TEORÍA DE LOS PRINCIPIOS EN ECONOMÍA POLÍTICA

THEORY OF PRINCIPLES IN POLITICAL ECONOMY

REGISTRO DOI: 10.5281/zenodo.10809516


Robério Rosa Gomes


El artículo tiene como objetivo llevar a cabo la proposición de principios para la economía política, a la luz de la ciencia política. La propuesta surge debido a la necesidad de la ciencia política de comprender el comportamiento político y sus reflejos en la sociedad. Mientras tanto, existe el principio de motivación de decisión, que tiene como objetivo dirigir al investigador a comprender la toma de decisiones del gobierno. El principio de compensaciones debe usarse para dimensionar las ganancias, pérdidas o simplemente operaciones para no perder o ganar. El principio de la persona racional, tiene como deseo entender que el jefe ejecutivo al tomar una decisión, es consciente y puede evaluar el contexto complejo y dinámico de la realidad de su país. El Principio de la Paradoja del Incentivo, busca analizar la relación entre las decisiones del Estado y los efectos paradójicos que pueden derivarse de la decisión u objetivo que se pretende alcanzar, es decir, la decisión puede tener la intención de fomentar cierto comportamiento en la sociedad, sin embargo, puede darse una paradoja en la que la sociedad puede retraerse, ignorar o adoptar medidas contrarias a la intención inicial del Estado.

Palabras-clave: TEORÍA; DECISIÓN; PARADOJA; INCENTIVO; COMPENSACIONES; IDEOLOGÍA; POLÍTICA; ECONOMÍA; INTERDISCIPLINARIO; ECUACIÓN LÓGICA.

The article aims to carry out the proposition of principles for political economy, in the light of political science. The proposition emerges, due to the need from political science to understand political behavior and its reflections in society. In the meantime, there is the principle of decision motivation, which aims to direct the researcher to understand the government’s decision-making. The principle of trade-offs should be used to size the gains, losses or simply trades so as not to lose or win. The principle of the rational person has as its desire to understand that the chief executive when making a decision is aware and can evaluate the complex and dynamic context of the reality of his country. The Principle of the Paradox of Incentive, seeks to analyze the relationship between the decisions of the State and the paradoxical effects that may arise from the decision or objective that is intended to achieve, that is, the decision may have the intention of encouraging certain behavior in society, however, a paradox may occur in which society may retract, ignoring or adopting measures contrary to the initial intention of the State.

Keywords: THEORY; DECISION; PARADOX; INCENTIVE; COMPENSATION; IDEOLOGY; POLITICS; ECONOMY; INTERDISCIPLINARY; LOGICAL EQUATION.

1. Introducción

        Durante muchos años, la economía pura se ha apoderado de la economía política. Sin embargo, es una disciplina interdisciplinaria que también pertenece a la ciencia política pura.La proposición de los principios de la motivación de la decisión; de la persona racional y la Paradoja del Incentivo, su deseo es servir de guía a los investigadores. Debido a que el mundo está mucho más conectado, así como los efectos de la economía sobre la política son visibles y viceversa, en muchos casos los efectos sinalagmáticos pueden colapsar Estados y Naciones, así como llevar a la bancarrota segmentos económicos e incluso empobrecer a la sociedad.

         Es importante destacar que el ejemplo de la relación sinalagmática entre economía pura y política pura es evidente al analizar las sanciones impuestas por un país a otro que no cumple con los preceptos democráticos, así como el rescate financiero de los bancos a los gobiernos bajo la condición de que el sistema político cree políticas con el fin de remediar las decisiones que llevaron a la crisis. Estos son solo algunos ejemplos de la influencia recíproca de la política en la economía y viceversa.

      Se consideró la realidad del mundo, así como la presentada en Brasil, desde las perspectivas política y económica y sus respectivos efectos. Estos efectos influyen sustancialmente en las decisiones, en los cálculos de pérdidas y ganancias, en la realidad dinámica, compleja y racional, que pueden llevar a la quiebra de voluntades políticas, ideológico-económicas y proyectos de reelección o de sucesión en el gobierno.Es importante enumerar que en la actual conjetura mundial y el posible rediseño del orden mundial en su formato y requerimientos; tienden a hacer más evidente la preposición de principios. La evidencia es fructífera cuando los gobiernos deciden abandonar el dólar, crear monedas para que sus respectivos países y gobiernos sean mejor considerados y que haya desarrollo. Es el caso de Europa.

      Por último, cabe señalar, como se verá más adelante, que la presente propuesta utiliza el rastreo de procesos como metodología para crear la teoría de los principios. De acuerdo con la literatura actual, esta metodología ayuda en la creación de teorías y la prueba de las teorías respectivas. En cuanto a las pruebas, no es posible en este artículo, sino en otros estudios e investigaciones, que se lleven a cabo para validar o refutar la actual teoría de principios por parte de la sociedad académica.

 

1.1 Principios de la motivación de decisión

La preposición del principio de la motivación de la decisión, sirve como una forma básica de entender el porqué de la motivación, así como qué objetivo se buscó o se busca alcanzar. Comprender la motivación, así como qué objetivo alcanzar, ayudará a los científicos que buscan analizar al gobierno o político sobre qué ideología está siguiendo, aspiraciones partidistas, proyecto de gobierno, etc.

Es importante enumerar que la búsqueda de la comprensión de la motivación no es un rol sencillo, es complejo, porque habrá que analizar el discurso y/o utilizar el Process Tracing (Rastreo de Procesos) para llegar a conclusiones o preposiciones, por lo que es necesario tener como base, el plan de gobierno, banderas partidarias, cabildeo, macro temas macro externos, macro y micro temas internos. Sin embargo, los mecanismos causales pueden cambiar dentro del área que se pretende utilizar el principio de motivación para la toma de decisiones.

Además, es importante conceptualizar principios, reglas y normas. Ávila (2015, p. 57), enumera que el principio es una construcción normativa con implicaciones lógicas en el alcance de los hechos, es decir, el principio es objetivo a alcanzar. Las reglas que están determinadas por la legislación de un país, chocan fácilmente. Por otra parte, la norma, en el contexto de la ley, es el contenido de las disposiciones legales.

La norma, para la Ley, sirve como guía obligatoria, determinando acciones y consecuencias, ya sean positivas o negativas. Sin embargo, en Ciencias Políticas, el término “normativo” se refiere a lo abstracto. De Oliveira (2022, p. 12) sugiere que lo normativo es “fundamental para la vida, incluida la vida de los científicos”. Esta declaración, es del deber de ser, es decir, lo que se puede hacer, para que uno pueda diferenciar la norma de la Ciencia Política y el derecho, por ejemplo. En Ciencias Políticas la norma (la normativa) es como debe ser, en derecho tiene que ser o no, bajo pena de condenas.

El principio de motivación de decisión se apoya en lo normativo con reflexiones en el empirismo, es decir, el principio es una construcción normativa con implicaciones lógicas en el alcance de los hechos. De esta manera, puede ser utilizado tanto por la ciencia política como por la economía.

En Brasil, el principio de motivación de la decisión está establecido en la Constitución y en la ley, que impone que las razones de una decisión, ya sea de un político o de un funcionario público, deben estar claramente fundamentadas. Si la decisión no tiene motivación (razonamiento y vinculación) será inconstitucional e ilegal.

El científico social Simon (1979, p. 25:27), famoso por sus contribuciones a la teoría de la toma de decisiones, enfatizó la relevancia de las elecciones, comportamientos y juicios de valor y hecho en la toma de decisiones. Al enumerar la relevancia del proceso de toma de decisiones, demuestra los efectos para la economía política. Es importante enumerar que Simon (1979), no trata el proceso de toma de decisiones como un principio, lo trata como una teoría. Lo que en el presente estudio, como ya se ha fundamentado, buscará tratar el proceso de toma de decisiones como un principio de motivación de decisión, es decir, como un objetivo a alcanzar.

Simon (1979, p. 30), utiliza el proceso de toma de decisiones como una forma de predecir los resultados, dentro de las organizaciones, él de esto que:

Las teorías clásicas de la toma de decisiones y la empresa hacen predicciones específicas y altamente comprobables sobre el comportamiento concreto de los tomadores de decisiones. Las teorías conductuales hacen predicciones algo diferentes. Debido a que estas predicciones pueden ser probadas directamente por observación, cualquiera de las teorías (o ambas) puede ser tan fácilmente falsificada cuando estas predicciones fallan, como cuando las predicciones sobre fenómenos agregados resultan ser erróneas.

Cuando Simón (1979), busca comprender y analizar el proceso de toma de decisiones, una cuestión de fundamental importancia para entender las decisiones dentro de las organizaciones. Sin embargo, el principio de la motivación de la toma de decisiones, no busca entender el proceso, busca ser fundamental para entender la motivación del agente político, ya sea en el ámbito tributario, políticas públicas, etc. La motivación siempre denota un fin que se busca con la decisión. Por esta razón se destaca como un principio.

El principio de motivación para la toma de decisiones es fundamental en la economía política. Las decisiones tomadas por los gobiernos pueden tener múltiples consecuencias, tanto para el gobierno como para la sociedad. Weir (2014), destaca que las decisiones pueden representar fracasos, es decir, sin entender la motivación de la toma de decisiones puede implicar derrotas al agente político y, en consecuencia, a su gobierno.

Por estas razones, la motivación de la toma de decisiones debe verse como un principio fundamental de la economía política y de la vida humana. Si no se considera adecuadamente, una decisión puede volverse históricamente infame como la peor decisión jamás tomada.

El estudio y la comprensión de la motivación de la toma de decisiones como principio ofrece una valiosa contribución a la economía política y otras áreas del conocimiento. La toma de decisiones es intrínseca a la naturaleza humana y sus consecuencias, ya sea a pequeña o gran escala, dan forma a nuestro mundo. Por lo tanto, es imperativo que continuemos analizando, entendiendo y refinando nuestro enfoque del principio de toma de decisiones.

Por lo tanto, la toma de decisiones es fundamental para la economía política, la actividad profesional, la política, la economía, etc. Simon (1979), por ejemplo, propuso la teoría de la toma de decisiones. Una de las premisas del autor era que “… No hay duda de que la economía política positiva ha sido fuertemente influenciada por las demandas de la política económica, para dar orientación sobre cuestiones públicas básicas”. La afirmación del autor demuestra la importancia de centrarse en la teoría de los principios en la economía política.

Es crucial que la toma de decisiones se base en un conocimiento completo para que se alcancen sus objetivos y para que sea entendida por todos los afectados por la decisión. En economía política, particularmente en la reforma tributaria, la toma de decisiones puede afectar a todos los individuos e instituciones. Por esta razón, uno debe sobre todo entender la toma de decisiones para que uno sepa quién se beneficiará o se verá perjudicado por la decisión.

El proceso de toma de decisiones debe ser analizado cuidadosamente por los científicos que estudian economía política, ya que las decisiones tienen requisitos que son fundamentales para comprender el principio de toma de decisiones. Bignetti (2009, p. 71:74), buscando comprender el proceso de toma de decisiones, revisó los escritos de Graham Alisson, autor de “Essence of decision“. En este trabajo, Alisson analiza la crisis de los misiles cubanos e introduce la teoría de las opciones múltiples, corriente en la toma de decisiones políticas. El análisis de esta decisión culminó en la búsqueda más allá de la motivación del resultado, que se basó en la toma de decisiones sobre los misiles, que habrían sido destinados a Cuba.

Bignetti (2009, p. 71:74) enumera que durante la Segunda Guerra Mundial y en el apogeo de la Guerra Fría, el gobierno de los Estados Unidos se enteró de que Cuba estaba a punto de recibir armas y soldados soviéticos para su defensa. La situación generó varias narrativas y controversias que podrían detonar una guerra armamentista en el continente americano. Frente al conflicto entre potencias nucleares, Alisson (apud Bignetti, 2009) analizó la situación y propuso tres modelos conceptuales para entender la toma de decisiones.

Allison parte de tres proposiciones. En primer lugar, los analistas piensan en la política exterior y la estrategia militar en términos de modelos conceptuales altamente implícitos, conducidos de manera directa, informal y no teórica, que tienen consecuencias significativas para el contenido de sus argumentos. Según la mayoría de los analistas, explica el comportamiento de los gobiernos nacionales en términos de un único modelo básico, llamado por Allison el Modelo del Actor Racional. En tercer lugar, dos modelos conceptuales alternativos contribuyen a explicaciones y predicciones más precisas: el Modelo de Comportamiento Organizacional y el Modelo de Política Gubernamental.

La cita de Alisson (1971) revela una comprensión profunda y multifacética de la toma de decisiones. En primer lugar, este autor argumenta que los analistas interpretan la política exterior y la estrategia militar utilizando modelos conceptuales altamente implícitos, conducidos de manera directa, informal y no teórica. Esto significa que se basan en estructuras de pensamiento que pueden ni siquiera ser reconocidas explícitamente, pero que, sin embargo, tienen un impacto significativo en sus conclusiones.

La segunda proposición de Alisson (1971), es que muchos analistas explican el comportamiento de los gobiernos nacionales en términos de un único modelo básico, que él llama el Modelo del Actor Racional. Este modelo considera que las acciones de los gobiernos se toman después de una evaluación racional de todos los factores y consecuencias posibles, buscando la decisión más ventajosa o estratégica.

Finalmente, Alisson (1971) propone dos modelos conceptuales alternativos para explicar y predecir los comportamientos de toma de decisiones: el Modelo de Comportamiento Organizacional y el Modelo de Política Gubernamental. El primero considera que las decisiones están moldeadas por normas, rutinas y estructuras organizativas, mientras que el segundo sugiere que las decisiones son el resultado de negociaciones y luchas políticas internas. Estos modelos ofrecen nuevas formas de entender la toma de decisiones, dando una visión más completa y matizada de los procesos de toma de decisiones en contextos políticos y militares.

La toma de decisiones es un campo complejo que cubre muchas áreas temáticas y tiene implicaciones significativas tanto para la teoría como para la práctica. En el ámbito de la economía política, comprender la motivación para la toma de decisiones es esencial para implementar reformas efectivas y garantizar que sean comprendidas y aceptadas por todos los afectados. Para obtener esta comprensión, es útil recurrir a diferentes modelos y teorías, como las propuestas por autores como Simon (1979), Allison (1971) que ofrecen perspectivas únicas y valiosas sobre el proceso de toma de decisiones.

Frente a las teorías sobre el proceso de toma de decisiones, se hace evidente que el principio de toma de decisiones se utiliza dentro del ámbito de las estrategias de un gobierno, instituciones u organizaciones. Kingdon (2007) también explora el proceso de toma de decisiones en política e introduce la teoría de las corrientes múltiples. Lo cual, en cierto modo, es consistente con Simon (1979). Kingdon propuso la teoría de las corrientes múltiples. Es importante señalar que Kingdon (2007) en su famosa frase “una idea que ha llegado a su momento”, utiliza las consecuencias de la toma de decisiones para analizar la controversia política que apunta a la proposición de la política pública.

Es importante mencionar que Kingdon (2007, p. 219) también busca analizar la toma de decisiones de los parlamentarios y el gobierno, reflexionando sobre ellas, buscando tanto el proceso de pre-toma de decisiones, que se queda corto de la ciencia. Realiza el proceso mental, interpelando para insertar la toma de decisiones:

Pero, ¿qué hace que sea el momento de considerar una idea? Esta pregunta es en realidad parte de un rompecabezas más grande: ¿Qué hace que las personas, dentro y alrededor del gobierno, se dediquen, en un momento dado, a algunos temas y no a otros? Los politólogos han aprendido mucho sobre la promulgación de leyes y, más ampliamente, sobre cómo se toman las decisiones en diferentes instancias de gobierno. Sin embargo, los procesos previos a la toma de decisiones siguen siendo territorios inexplorados. Sabemos más sobre cómo se abordan los problemas que sobre cómo se han convertido en temas en la agenda del gobierno, sobre cómo se formulan las decisiones tomadas por los tomadores de decisiones y por qué algunos posibles problemas y alternativas nunca se toman en serio.

Como bien mencionó Kingdon (2007) hay preguntas que necesitan ser respondidas sobre la toma de decisiones, pero para responderlas necesitamos entender que este principio necesita cumplir ciertos requisitos para que a partir de entonces entendamos cómo se llevó a cabo la toma de decisiones y, por lo tanto, ayudar de cierta manera a responder algunas de las preguntas de Kingdon.

Teniendo en cuenta lo anterior, es notable que el proceso de toma de decisiones es un elemento fundamental en la economía política, que requiere una comprensión profunda de diversas teorías y modelos. Kingdon (2007), a través de la teoría de las corrientes múltiples, saca a la luz la necesidad de una visión holística y dinámica del proceso de decisión, considerando las numerosas variables que influyen en la formulación de políticas públicas. Además, también es necesario considerar los procesos previos a la decisión, aún poco explorados en la literatura, citados por Kingdon (2007).

Kingdon (2007), explora la toma de decisiones en el ámbito político desde la teoría de las corrientes múltiples. ¿Investiga por qué algunas ideas se consideran y otras no? ¿Por qué las personas dentro y alrededor del gobierno en un momento dado se involucran en algunos asuntos a expensas de otros? Estas preguntas subrayan la necesidad de estudiar el principio de toma de decisiones en todos sus matices y reflejan la importancia de comprender la dinámica política, social y económica en la que se insertan estas decisiones. Partiendo del principio de la toma de decisiones, uno puede entender y responder a estas preguntas, porque las decisiones pueden ser por omisión, acción por omisión o simplemente por acción.

Otro teórico importante en este campo es Lindblom (1959) que desarrolló la idea del “incrementalismo”, sugiriendo que las decisiones políticas generalmente se toman a través de pequeños cambios en lugar de grandes transformaciones. Lindblom (1959) postula que el tomador de decisiones debe considerar una variedad de factores, como la economía, el empleo, la inflación, entre otros. Esto ofrece una respuesta, aunque indirecta, a algunas de las preguntas propuestas por Kingdon (2007).

Sugiere que la toma de decisiones no es solo un ejercicio intelectual, sino también una consideración práctica de sus consecuencias en una serie de áreas, incluidos los impactos en los votantes, los aliados políticos, la economía y la política en general. Con esto, Lindblom (1959, p. 162) nos recuerda que comprender el proceso de toma de decisiones requiere un examen cuidadoso de las variantes.

En otra posible línea amplia de enfoque, establecería, como su objetivo principal, consciente o inconscientemente, el objetivo relativamente simple de mantener el nivel de precios. Sólo unos pocos otros objetivos, como el pleno empleo, podrían condicionar o dificultar ese objetivo. De hecho, dejaría de lado la mayoría de los otros valores sociales porque no le interesaban en ese momento, y por el momento ni siquiera intentaría ordenar, en orden de importancia, los pocos valores que juzgaba de relevancia inmediata. Si se le presionaba, admitiría inmediatamente que estaba ignorando muchos valores pertinentes y muchas posibles consecuencias importantes de sus decisiones.

Añadiendo al punto de Lindblom (1959) sobre el incrementalismo, debe señalarse que en la política democrática, los cambios rara vez son abruptos o radicales. Tienden a ocurrir gradualmente, avanzando paso a paso a medida que los tomadores de decisiones evalúan y reevalúan los efectos de sus acciones. Este proceso de avance lento pero constante permite realizar ajustes en el camino para minimizar los impactos negativos y maximizar los beneficios. Por lo tanto, el incrementalismo no es una limitación, sino una estrategia inteligente para hacer frente a la incertidumbre y la complejidad de las decisiones políticas.

El principio de toma de decisiones, como ejercicio práctico y teórico, es fundamentalmente complejo, siendo impulsado por una maraña de factores e influencias que abarcan el individuo, la organización y el entorno más amplios. Esta complejidad se refleja en nuestra premisa para el principio de motivación para la toma de decisiones: El principio de toma de decisiones es un proceso complejo y multifacético que implica la consideración de información limitada, múltiples corrientes de pensamiento y variables contextuales, y a menudo se lleva a cabo de manera incremental para responder eficazmente a las incertidumbres y complejidades del entorno social, político y económico. Esta premisa señala que este principio no es un proceso lineal, sino que es dinámico y está sujeto a cambios y adaptaciones a medida que evoluciona el contexto.

Por lo tanto, el principio preciso de toma de decisiones dependiendo de la pregunta, debe utilizar como metodología el análisis del discurso o Process Tracing. La metodología es fundamental en el uso del principio, porque puede proponer teoría, o busca conocer desde el discurso las decisiones para emitir el discurso.

2. Principio de los trade-offs

En primer lugar, cabe señalar que los Trade-offs, es un principio de la economía, que puede ser utilizado o prestado para que en el ámbito de la política, uno entienda las ganancias, pérdidas o simplemente intercambios para no perder o ganar. Este principio se puede utilizar como una teoría de los principios de la economía política, porque esta área es interdisciplinaria.

El proceso de toma de decisiones en economía política tiende a ser complejo, influenciado por una serie de factores y trae consigo consecuencias tangibles. La decisión de un gobierno, basada en su ideología política, puede dirigir la política y la economía a lo largo de caminos que traen ganancias y pérdidas. Estas variaciones, que pueden afectar a la sociedad en su conjunto, son un ejemplo de lo que Mankiw (2013, 3: 8) define como “compensaciones”.

Cabe señalar que los principios de la economía, cuando se aplican a la economía política como disciplina interdisciplinaria de la Ciencia Política y la Economía, contribuyen a la construcción de una estructura que incluye principios, valores y objetivos específicos. Estos están influenciados por la ideología político-económica adoptada por los gobernantes.

El principio de compensaciones en economía política sirve como guía en el proceso de toma de decisiones, proporcionando un medio para evaluar los costos y beneficios potenciales de cualquier acción propuesta. Tal análisis es crucial para entender cómo las acciones del Estado como agente político pueden afectar la economía y qué sectores pueden sufrir impactos positivos o negativos. Por ejemplo, un cambio en la base de cálculo del impuesto sobre la renta durante una reforma tributaria puede tener implicaciones significativas para la estructura financiera del Estado, las instituciones privadas y la vida de las personas.

El Estado, a través de la tributación de servicios y productos, regula la riqueza, aunque la redistribución de la riqueza sigue siendo un desafío. Mankiw (2013, p. 4) señala que el concepto de trade-offs consiste en una situación de elección, donde las elecciones pueden ser conflictivas, es decir, se puede entender como trade-offs el equilibrio entre ganancias y pérdidas, en un ejemplo si tiene el cambio de tasas impositivas puede traer beneficios a algunos, mientras que resulta en pérdidas para otros.

Al considerar la reforma tributaria, por ejemplo, el principio de compensaciones es esencial para evaluar cómo los cambios propuestos podrían afectar la economía y la política. El análisis permite anticipar los sectores que pueden verse impactados de forma positiva o negativa. Este proceso de evaluación puede, si se lleva a cabo correctamente, conducir al éxito de la economía y a la creación de puestos de trabajo e ingresos para los ciudadanos. Por lo tanto, un gobierno que aplica efectivamente el principio de compensaciones en la toma de decisiones puede ganar una reputación de éxito, contribuyendo al bienestar de la sociedad en su conjunto.

Como premisa, la toma de decisiones en economía política no es un proceso aislado, sino que está conformada por múltiples factores, incluida la ideología política del gobierno, la estructura financiera del estado y los posibles impactos en diferentes sectores de la economía y las personas.

El principio de compensaciones guía la toma de decisiones en economía política, lo que requiere una evaluación cuidadosa de los costos y beneficios asociados con cualquier decisión. Tal análisis permite al tomador de decisiones considerar en qué y cómo el estado puede verse afectado, así como la economía. La aplicación efectiva de este principio busca asegurar decisiones exitosas que minimicen los impactos negativos en la sociedad, contribuyendo al éxito de la economía y a la generación de empleo e ingresos.

Por lo tanto, el principio de compensaciones sirve como una brújula fundamental en la economía política, permitiendo a los responsables de la formulación de políticas evaluar de manera equilibrada las consecuencias de las políticas propuestas. La aplicación efectiva de este principio durante la toma de decisiones puede conducir a un gobierno exitoso, promoviendo una economía próspera y, en consecuencia, una sociedad más equilibrada.

En resumen, el principio de compensaciones refuerza la necesidad de un enfoque meticuloso y reflexivo para la toma de decisiones políticas y económicas. Teniendo en cuenta los múltiples impactos y las posibles variaciones en el tejido socioeconómico, la gestión cuidadosa de los intercambios, o compensaciones, puede servir como un elemento crucial para el éxito a largo plazo de una nación. Al emplear este principio de manera efectiva, los gobiernos pueden aspirar a lograr un equilibrio entre los diferentes sectores de la economía y la política misma.

3. Principio de las personas racionales

Para Simon (1979, p. 30) este principio es retratado como la teoría de las personas racionales. Según el autor, “La teoría clásica de la racionalidad omnisciente es increíblemente simple y hermosa. Sobre todo, nos permite predecir (correcta o incorrectamente) el comportamiento humano, sin necesidad de levantarnos de nuestras sillas…” De esta manera, el principio de racionalidad debe partir del hecho de que las personas que son políticos o agentes son racionales y que sus decisiones se toman desde la comprensión del mundo.

Por otro lado, es importante mencionar que el principio de las personas racionales tampoco es un tema nuevo, su debate es de amplio espectro. Siendo debatido en varias áreas del conocimiento humano. Por esta razón, uno tiene que elevar el espectro de principios, porque todas las áreas se ocupan de ello.

Es importante enfatizar que el principio de las personas racionales puede ser utilizado como base para comprender su esencia. Sin embargo, es esencial que una persona, al tomar una decisión, sea consciente de un contexto complejo y dinámico para garantizar que la decisión tomada produzca los efectos deseados y beneficie a las instituciones y personas involucradas.

El tema de la racionalidad ha sido objeto de debate por parte de varios investigadores en diferentes áreas del conocimiento. Entre ellos, destaca Lindblom (1959), quien en su investigación enfatiza que la racionalidad no se limita a un solo concepto, sino que abarca un “acto racional”.

Según Lindblom (1959), el “acto racional” puede entenderse como una acción dirigida por objetivos, siendo discutida tanto en economía como en teorías de toma de decisiones y juegos. Esta concepción busca reunir tres requisitos fundamentales para comprender el principio de las personas racionales.

Para que un individuo pueda realizar una acción racional, es necesario que sea consciente de los diferentes aspectos involucrados en su respectiva toma de decisiones. Por ejemplo, en el contexto de la construcción, es fundamental que la persona responsable de la toma de decisiones tenga una comprensión de los riesgos inherentes, o de lo contrario esté bajo la guía de alguien con conocimiento racional en este campo[1].

Además, el comportamiento racional es un aspecto inherente del tomador de decisiones individual, y el investigador debe ser consciente de los signos y discursos de comportamiento que pueden indicar desviaciones de lo establecido por la racionalidad.

Para ilustrar el principio de las personas racionales, es fundamental comprender no solo los requisitos necesarios para que una persona sea considerada racional, sino también la premisa básica presentada por Bignetti (2009, p. 72). En su relectura del contexto de la Segunda Guerra Mundial y basándose en las percepciones de esta situación, este autor afirma que cualquier acción específica de un gobierno resulta de la combinación de objetivos y valores relevantes, alternativas de acción percibidas, estimaciones de las consecuencias que acompañan a cada alternativa y una evaluación global de las consecuencias.

La premisa del Modelo del Actor Racional, que los eventos importantes derivan de causas importantes, es decir, que los monolitos realizan grandes actos motivados por grandes razones, afirma Allison, debe ser contrarrestada por los hallazgos de que (i) los monolitos son cajas negras que cubren múltiples capas y diversos mecanismos en una estructura de toma de decisiones altamente diferenciada, y (ii) grandes actos son el resultado de un conjunto innumerable de acciones pequeñas y a menudo conflictivas realizadas por individuos en múltiples niveles organizacionales. Por lo tanto, si este modelo aborda presiones y propósitos creados por problemas en las relaciones internacionales, debe ser confrontado con otros modelos que analicen los mecanismos intranacionales de los cuales surgen las acciones gubernamentales. Es en este sentido que Allison propone discutir tres modelos de toma de decisiones, que se describen a continuación.

Alisson (1971) estipula dos proposiciones fundamentales para el modelo, proporcionando ideas adicionales para comprender el principio de las personas racionales. La primera proposición señala que un aumento en los costos percibidos en una acción alternativa reduce la probabilidad de que se elija esa acción. Esto significa que cuando los costos asociados con una opción se hacen más evidentes, las personas tienden a evitar esa elección, buscando alternativas que sean más favorables en términos de costo.

La segunda proposición establecida por Alisson (1971), afirma que una disminución en los costos percibidos de una alternativa aumenta la probabilidad de que se elija esa alternativa. Esto indica que cuando los costos involucrados en una opción se reducen, las personas tienden a considerarla como una opción viable, aumentando la posibilidad de seleccionarla.

Estas proposiciones agregan una perspectiva interesante al principio de las personas racionales, ya que resaltan la influencia de los costos percibidos en la toma de decisiones. Los costos, tanto en términos de recursos financieros como de otros tipos, desempeñan un papel crucial en la evaluación y selección de las opciones disponibles. Downs (2015, p. 46:47) Al aplicar estas proposiciones al contexto de la toma de decisiones políticas y económicas, queda claro que la percepción de los costos puede moldear significativamente el curso de acción elegido. Si los costos de un enfoque particular se perciben como altos, es probable que esta opción se descarte en favor de alternativas más asequibles.

Por otro lado, según Downs (2015), si los costos asociados con una alternativa se perciben como bajos, esa opción gana mayor consideración y puede convertirse en la opción preferida. Esta dinámica subraya la importancia de una evaluación cuidadosa de los costos involucrados en una decisión, teniendo en cuenta no solo los aspectos económicos, sino también los impactos sociales y políticos.

Al integrar estas proposiciones en el principio de las personas racionales, es posible enriquecer la comprensión de cómo se toman las decisiones y qué factores influyen en este proceso. Considerar la percepción de los costos como un elemento clave en el proceso de toma de decisiones puede conducir a elecciones más informadas e informadas, lo que resulta en mejores resultados tanto para los individuos como para las organizaciones o gobiernos involucrados.

En resumen, las proposiciones establecidas por Alisson en relación con los costos percibidos complementan el principio de las personas racionales, destacando el impacto de estos costos en la selección de alternativas. Esta perspectiva refuerza la importancia de un análisis exhaustivo y realista de los costos involucrados en una decisión, permitiendo una elección más racional y eficiente.

Este principio juega un papel clave en la economía política, guiando la toma de decisiones desde la persona racional, a través de un enfoque tecnocrático. En otras palabras, la autoridad política se basa en el conocimiento técnico para informar sus decisiones, lo que permite hacer una distinción entre estrictamente político, estrictamente económico o una combinación de ambos. De esta manera, se crea un abanico para cuestionar si el agente político empleó el principio de racionalidad en su decisión político-ideológica para lograr un objetivo puramente político, económico o ambos.

En este sentido, considerando el principio de personas racionales, citado por Mankiw (2013), los individuos generalmente operan siguiendo una lógica que busca maximizar sus beneficios personales. Esta premisa sugiere que las personas toman decisiones que les parecen las mejores dadas las circunstancias. En el contexto de la economía política, este principio se extiende al comportamiento de los actores políticos, que toman decisiones con la esperanza de maximizar los beneficios para ellos o sus electores.

Es importante, sin embargo, considerar que el concepto de racionalidad es amplio y puede variar dependiendo del contexto. En el campo de la economía política, por ejemplo, un político puede tomar una decisión que parece irracional desde un punto de vista estrictamente económico, pero que tiene sentido cuando se considera el contexto político, como la necesidad de ganar votos o apaciguar a los grupos de interés. Por lo tanto, la racionalidad en la economía política debe entenderse ampliamente, incorporando tanto la lógica económica como la política.

La economía política, al tratar de establecer una base sólida para sí misma como disciplina interdisciplinaria, debe tener en cuenta el principio de las personas racionales. La toma de decisiones por el Estado y sus actores debe guiarse por la racionalidad técnica y política, en el entendimiento de que la aceptabilidad de estas decisiones por la sociedad puede lograrse tanto mediante la coerción como mediante la armonización de intereses.

El principio de personas racionales establece que los individuos, incluidos los actores políticos, tienden a actuar racionalmente al tomar decisiones, buscando maximizar sus propios beneficios o los beneficios de sus electores. Este principio reconoce la importancia de la racionalidad técnica y política en la toma de decisiones, teniendo en cuenta el contexto específico y la interacción entre los intereses económicos y políticos. La comprensión de este principio permite un análisis más completo y razonado de la toma de decisiones en economía política, considerando tanto los aspectos económicos como políticos involucrados.

La teoría de juegos proporciona un enfoque complementario al principio de las personas racionales en el análisis de la toma de decisiones en economía política. A través de la teoría de juegos es posible modelar interacciones estratégicas entre diferentes actores y predecir los resultados de estas interacciones, basándose en las elecciones racionales hechas por cada uno.

En el contexto de la economía política, la teoría de juegos ayuda a comprender cómo las decisiones políticas están moldeadas por las interacciones entre diferentes intereses y actores políticos desde la racionalidad. Al considerar las estrategias adoptadas por cada actor y las consecuencias resultantes de estas estrategias, es posible obtener una visión más completa del proceso de toma de decisiones políticas.

Por lo tanto, al combinar el principio de las personas racionales con la teoría de juegos, es posible comprender cómo los actores políticos buscan maximizar sus beneficios personales dentro de las interacciones complejas y dinámicas de la economía política. Este enfoque integrado proporciona una base sólida para el análisis y la comprensión de las decisiones políticas, teniendo en cuenta no sólo los aspectos económicos y políticos, sino también la interdependencia estratégica entre los actores involucrados.

En conclusión, el principio de personas racionales juega un papel crucial en la economía política, proporcionando una base sólida para la toma de decisiones basadas tanto en la racionalidad técnica como en consideraciones políticas. Al reconocer que los individuos operan en busca de maximizar sus beneficios personales, el principio de personas racionales nos permite comprender las motivaciones detrás de las elecciones hechas por los actores políticos.

La aplicación de este principio en la economía política nos ayuda a distinguir entre estrictamente político, estrictamente económico o una combinación de ambos. Esto es fundamental para comprender si los agentes políticos están empleando un enfoque político-ideológico para lograr objetivos puramente políticos, económicos o ambos. Esta distinción es importante para evaluar la legitimidad y la eficacia de las decisiones políticas.

Parafraseando a Sartini (2004, p. 25:29) el principio de las personas racionales nos permite analizar las interacciones estratégicas entre los actores políticos a través de la teoría de juegos. Este enfoque complementario enriquece nuestra comprensión de las decisiones políticas, teniendo en cuenta las estrategias adoptadas por cada actor y las consecuencias resultantes de estas estrategias.

            Al considerar ideologías adyacentes, el principio de personas racionales nos recuerda la importancia de considerar la complejidad de la toma de decisiones políticas. Aunque la búsqueda de maximizar los beneficios personales es un aspecto central, también es necesario tener en cuenta las ideologías subyacentes, las necesidades de la sociedad y las demandas de los diferentes grupos de interés.

            Por lo tanto, comprender y aplicar el principio de las personas racionales en la economía política nos permite analizar y evaluar las decisiones políticas de una manera más integral e informada. Así, tanto la comprensión como la aplicación de los principios nos ayudan en la búsqueda de un equilibrio entre la racionalidad técnica y política, contribuyendo al desarrollo de políticas más eficientes y a una mejor comprensión de las ideologías que impregnan el escenario político.

4. Principio del paradojo del incentivo

El principio de la paradoja del incentivo sigue la inspiración de Mankiw (2013) y busca analizar la relación entre las decisiones estatales y los efectos paradójicos que pueden surgir. Este principio aborda la idea de que el Estado puede imponer medidas con el fin de fomentar ciertos comportamientos en la sociedad, sin embargo, puede darse una paradoja en la que la sociedad puede retirarse, ignorar o adoptar medidas contrarias a la intención inicial del Estado. Esta lógica paradójica puede entenderse a la luz de la teoría de juegos, más específicamente a través del dilema del prisionero.

El dilema del prisionero, presente en la teoría de juegos, ofrece una perspectiva para comprender el principio de la paradoja. Una ecuación propuesta para ilustrar esta relación considera factores como el número de segmentos dentro de la sociedad, el principio de la paradoja del incentivo, la organización pública, los ingresos públicos, la sociedad, la recaudación total por organización pública, el principio de toma de decisiones, las personas racionales, los trade-offs, el consumo y la capacidad de producción. Esta ecuación tiene como objetivo calcular los resultados a corto, mediano y largo plazo, proporcionando una visión más completa del tema.

Sin embargo, es importante hacer un análisis crítico de este principio, reconociendo sus limitaciones y considerando la complejidad de la realidad. La ecuación propuesta no puede capturar todos los matices del comportamiento humano y las interacciones sociales. Además, el principio de la paradoja de los incentivos está influenciado por una serie de factores, como las ideologías políticas, el envejecimiento de la población, el pensamiento keynesiano (1996), la globalización, la desdolarización y el fortalecimiento de otras economías. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta estos elementos para un análisis más completo y preciso.

El principio de la paradoja de los incentivos es una herramienta útil para comprender las consecuencias paradójicas de las decisiones gubernamentales sobre la sociedad y las instituciones. Sin embargo, su aplicación requiere un enfoque crítico y una comprensión de las limitaciones de la ecuación propuesta a continuación. Es esencial considerar otros factores y la complejidad de la realidad para un análisis más completo y coherente.

Por lo tanto, el Principio de la Paradoja surge del entendimiento de que las decisiones gubernamentales pueden estar dirigidas a alentar o inhibir ciertos comportamientos en la sociedad. Sin embargo, paradójicamente, cuando el Gobierno impone medidas, puede haber una retractación o adopción de medidas contrarias por parte de la sociedad. Esta dinámica paradójica puede ser analizada a la luz de la teoría de juegos, según Sartini (2004), especialmente a través del dilema del prisionero.

Para entender el principio de la paradoja, utilizamos la lógica del dilema del prisionero, un modelo de teoría de juegos. La ecuación propuesta busca representar esta compleja relación, teniendo en cuenta varios factores, como el número de segmentos dentro de la sociedad, el principio de la paradoja del incentivo, la organización pública, los ingresos públicos, la sociedad, la colección total de instituciones, el principio de toma de decisiones, el consumo y la capacidad de producción. Esta ecuación busca ofrecer una visión más completa y analizar los resultados a corto, medio y largo plazo.

La ecuación lógica a continuación, busca de cierta manera escalar y comprender el principio de la paradoja del incentivo, siendo que:

N= número del seguimiento dentro de la sociedad (comercio)

PIN= Principio de lo paradojo del incentivo (positivo o negativo)

OGP= Organización publica

REP= Receta publica

SOC= Sociedad

AREC= Total arrecadado por el Orgp

PTDEC = Principio de la toma de decisión

CONSC= Consumo

CADEP = capacidad de producción

Donde se debe buscar los resultados en corto, medio y largo plazo, conforme a seguir:

CP= Corto plazo es igual a 3 años

MP= Medio plazo es igual a 5 años

LP= Longo plazo es igual a 10 años

Esta ecuación busca capturar la complejidad de las interacciones entre estas variables y sus consecuencias. Representa la relación entre el número de segmentos de la sociedad, el principio de la paradoja del incentivo, la organización pública, los ingresos públicos, la sociedad, la recaudación total por organización pública, el principio de toma de decisiones, las personas racionales, los trade-offs, el consumo y la capacidad de producción.

En otro punto, imaginemos una sociedad como la brasileña, en la que la organización pública, siguiendo la clasificación de Norte (2018, p. 16:19), se refiere a las organizaciones distintas de las instituciones representadas por normas. En este contexto, considere la importación de un alimento en particular por parte del sector alimentario, que utiliza el trigo como materia prima. Imagine también que Brasil no tiene plena capacidad productiva de trigo y, por lo tanto, necesita importarlo. Sin embargo, el gobierno quiere que los agricultores produzcan todo el trigo necesario para el consumo interno en el país. Con el fin de fomentar la siembra local y lograr la autosuficiencia en la producción de trigo, el gobierno implementa una política pública que impone recargos de una cierta cantidad de consumo. En este escenario, es importante considerar el volumen anual de importaciones y la disponibilidad de área para plantar.

El principio de la paradoja del incentivo es una herramienta útil para analizar situaciones en las que dos individuos o instituciones deben tomar decisiones estratégicas sin saber qué camino tomará el otro. En este contexto, al comienzo de la paradoja del incentivo, los actores involucrados se enfrentan a la paradoja del incentivo. La organización pública busca incentivar la siembra de trigo dentro del país, mientras que los terratenientes tienen que decidir si se adhieren a esta política e invierten en capacidad productiva. Ambas partes están sujetas a riesgos e incertidumbres, ya que los resultados pueden variar dependiendo de las elecciones hechas por cada parte. La aplicación del principio de paradoja en este contexto ayuda a comprender cómo las interacciones estratégicas y las consecuencias de las decisiones pueden afectar el resultado.

El principio de la paradoja del incentivo implica una incertidumbre inherente en la toma de decisiones, especialmente cuando se trata de propietarios con la capacidad de plantar dentro de los límites tecnológicos establecidos. En este contexto, Brasil adopta un enfoque a largo plazo, ofreciendo líneas de crédito y actuando como garante en todas las transacciones financieras. Dado el escenario, es esencial que el principio de la paradoja del incentivo resulte en un resultado que pueda ser evaluado como positivo o negativo para la toma de decisiones de la organización pública. Para ello, se utiliza una fórmula propuesta por el politólogo, que busca lograr resultados positivos para todas las partes involucradas: sociedad, organización pública y sectores interesados.

El principio de la paradoja del incentivo busca analizar situaciones en las que dos individuos o instituciones deben tomar decisiones estratégicas sin conocimiento de las elecciones del otro. En el contexto del principio de la paradoja del incentivo, los actores involucrados se enfrentan a una paradoja similar. La organización pública busca estimular la siembra de trigo dentro del país, mientras que los terratenientes deben decidir si se adhieren a esta política e invierten en capacidad productiva.

Ambas partes están sujetas a riesgos e incertidumbres, ya que los resultados pueden variar dependiendo de las elecciones hechas por cada una de ellas. La aplicación del dilema del prisionero en este contexto ayuda a comprender las interacciones estratégicas y las consecuencias de las decisiones, y puede afectar el resultado del principio de la paradoja del incentivo.

Por lo tanto, la fórmula que debe ser aplicada por el politólogo y económico para utilizar este principio sigue la comprensión de la búsqueda del resultado positivo, para las siguientes partes: sociedad, organización pública y los segmentos:

PTDEC + CADEP = CONSC * N – REP – OGP – AREC * ORGP * SOC * PIN

El razonamiento lógico subyacente a este principio nos lleva a resultados diferentes. Si el resultado es igual a cero, significa que la toma de decisiones puede conducir a un resultado positivo a medio plazo. Por otro lado, si el resultado es negativo, esto indica que la decisión tomada no fue correcta y no cumplió con los requisitos deseados. En el caso anterior, la sociedad puede reducirse, lo que lleva a la organización pública a asumir los costos de invertir en su propia producción de trigo. Sin embargo, si el resultado es igual a 1, significa que la toma de decisiones utilizó correctamente la paradoja y fue una elección correcta, por lo que hubo incentivo.

El principio de la paradoja del incentivo busca comprender las posibles consecuencias de las decisiones del Estado, teniendo en cuenta que estas decisiones pueden alentar o inhibir ciertos comportamientos en la sociedad. Sin embargo, la paradoja surge cuando la imposición del Gobierno conduce a una retractación, resistencia o medidas que contradicen la acción del propio Estado.

En este sentido, buscamos encontrar un resultado numérico que demuestre si la toma de decisiones es positiva, negativa o si hay equilibrio. Por lo tanto, es necesario realizar una investigación que proporcione los valores específicos de las variables para la realidad del país en cuestión. Aplicar empíricamente la teoría del principio de la paradoja del incentivo. De esta manera, se puede entender que el principio es falso.

Frente a dilemas complejos, como las ideologías divergentes, el envejecimiento de la población, el pensamiento keynesiano, la globalización, la desdolarización[2] y el fortalecimiento de otras economías, el principio de la paradoja del incentivo se vuelve fundamental para un análisis profundo y para predecir los posibles resultados. Es importante enumerar que la fórmula anterior es una ecuación de álgebra, que relaciona las siguientes variables: “PTDEC, CADEP, CONSC, N, REP, OGP, AREC, ORGP, SOC y PIN” que a través de operaciones matemáticas demostrarán el resultado que se busca. Así que la ecuación se puede leer de la siguiente manera: “la suma de PTDEC y CADEP es igual al producto de CONSC y N restado por REP, OGP y el producto de AREC, ORGP, SOC y PIN”. A lo largo de este texto, exploramos el principio de la paradoja del incentivo y su relevancia en el análisis de las decisiones políticas y económicas. Observamos que este principio ofrece un enfoque crucial para comprender las consecuencias paradójicas de las acciones estatales, teniendo en cuenta las reacciones imprevistas de la sociedad.

Partiendo de la premisa de que el Estado busca fomentar o inhibir comportamientos a través de sus medidas, encontramos que a menudo existe una desconexión entre las intenciones iniciales del Estado y las respuestas de la sociedad. La paradoja del estímulo se manifiesta cuando las personas reaccionan en contra de lo esperado, retirándose, resistiendo o adoptando medidas que van en contra de la intención original.

A través de la teoría de juegos y el dilema del prisionero, entendemos cómo las interacciones estratégicas entre los actores políticos y económicos pueden conducir a resultados paradójicos. Reconocemos la importancia de considerar las elecciones racionales hechas por cada parte involucrada, teniendo en cuenta los riesgos, incertidumbres y consecuencias de esas decisiones.

A pesar de las limitaciones iniciales de la proposición, el principio de la paradoja del incentivo sigue siendo una herramienta valiosa para un análisis más informado de las decisiones políticas y económicas. Teniendo en cuenta los efectos paradójicos de las acciones del Estado. Así, es posible anticipar posibles reacciones de la sociedad y ajustar las estrategias de manera más eficiente. Este enfoque permite una toma de decisiones más informada, buscando resultados positivos tanto para las instituciones como para las personas involucradas.

Al lograr un equilibrio entre los objetivos deseados y los matices contextuales, podemos promover una gobernanza más eficiente y responsable. Comprender las posibles consecuencias paradójicas de las acciones estatales nos permite tomar decisiones más informadas que consideran los intereses de todas las partes involucradas y buscan el bienestar colectivo.

La complejidad de la organización económica, política y social de un país es un desafío que necesita ser continuamente analizado y comprendido para desarrollar políticas públicas efectivas. Este análisis se vuelve especialmente importante cuando consideramos cómo estas políticas pueden afectar la economía de un país, así como los diferentes segmentos de su sociedad.

En el caso de Brasil, este análisis se hace aún más necesario debido a la singularidad de su economía y la diversidad de sus instituciones políticas y económicas. La evolución de la estructura económica del país está marcada por la complejidad e interdependencia de sus instituciones públicas y privadas. Comprender esta dinámica es crucial para el desarrollo de una política económica que pueda beneficiar efectivamente a todos los segmentos de la sociedad brasileña y al gobierno a través de sus agentes políticos.

En este contexto, el sistema tributario emerge como uno de los principales mecanismos de regulación y control económico utilizados por el Estado. Sin embargo, a pesar de su potencial para influir en la distribución de la riqueza y la productividad económica, el sistema tributario brasileño a menudo ha sido criticado por su complejidad y por su aparente ineficacia que perjudica al comercio y a las personas.

Una de las principales cuestiones a abordar es cómo el Estado, a través de sus políticas tributarias, puede fomentar o desalentar la creación de nuevas actividades económicas. Además, es esencial considerar la forma en que estas políticas afectan a las personas, que a menudo son las más afectadas por las altas cargas fiscales.

En este escenario, vale la pena enfatizar la importancia de las ideologías político-económicas en el uso del principio de la paradoja del incentivo. Dependiendo de la orientación ideológica de los tomadores de decisiones, las políticas económicas y fiscales pueden tener impactos muy diferentes en la economía y la sociedad.

El principio de la paradoja del incentivo a analizar según el empirismo debe usar su ecuación lógica, y los resultados en el ámbito de la política pueden variar su grado de certeza, porque la política pura es dinámica, que es diferente si la usas dentro de la economía pura. Dado que la economía pura trabaja con el modelado, los resultados pueden ser visibles y relativamente estables.

5. Conclusión

            Frente a la realidad del mundo, especialmente en Brasil, es que la economía pura va de la mano con la política pura. Lo que en un principio no tendría problemas, sin embargo, cuando esta relación interfiere con el éxito o fracaso de una o ambas áreas, ya sea en el campo empírico o normativo, merecen especial atención por parte de las ciencias.

            La atención en el presente artículo se centró sólo en una naturaleza normativa, y aún no se han realizado estudios empíricos para validar, modificar o refutar la teoría de principios. Sin embargo, independientemente de las pruebas y la parsimonia de las ciencias. Los principios de compensaciones, persona racional y motivación para la decisión ya se utilizan para estudiar instituciones en otras áreas del conocimiento humano. En cuanto al principio de la paradoja del incentivo, surge cuando se trata de la necesidad de analizar los aciertos, errores, etc., del jefe de gobierno o del Presidente, es decir, analizar científicamente.

            La preocupación en la contemporaneidad de las ciencias, incluso si trabaja con errores y éxito, requiere atención, y que se utilicen métodos científicos para que pueda producir además de resultados empíricos, resultados normativos.

            Las proposiciones normativas del artículo necesitan ser probadas, sin embargo, se cree que incluso si pasa por pruebas, estas proposiciones para la economía política son fundamentales, cuando llama la atención de la ciencia política y la economía para detenerse y enfocarse en constituir objetos de estudios ya sean holísticos o en un área específica para comprender o usar la paradoja para analizar un modelo económico o comportamiento político.

            Además, con el presente estudio que la economía política como disciplina interdisciplinaria, carece de soporte teórico propio o que la teoría política y económica se utiliza para comprender y aprehender la economía política su papel en la construcción y difusión del conocimiento.

            Además, en Brasil, la economía política sigue siendo una de las disciplinas de la ciencia política. No recibe la atención que merece. En el estudio del estado del arte, esta afirmación se hace más evidente. En mi opinión, la escasez de investigación en el área, la convierte en un área fértil y un mundo por explorar.

            El pensamiento de economía política es algo que debe sorprender a todos los científicos, sean de cualquier área, porque refuerza que un gobierno no termina solo en carisma, popularidad, sino en la competencia para liderar, liderar, coordinar, tomar decisiones que se ve desde el ángulo racional, que tiene evidentes las ganancias y pérdidas, que tiene una mejor visión del panorama dinámico y complejo de la realidad de un país.

            En la introducción y en estas consideraciones finales, está el llamado a las ideologías político-económicas. Aunque no se abordan dentro de la teoría de principios, merece atención, porque desde la teoría de principios es posible analizar y estudiar un gobierno que se fundamenta en el liberalismo, el neoliberalismo, el conservadurismo o el socialismo. Debido a que estas ideologías traen en sus alcances más allá de los sueños para la sociedad y el estado, necesita herramientas económicas para poder subsistir.

            Por lo tanto, la economía política merece la atención de las ciencias y la sociedad, para que las concepciones científicas y mundiales puedan madurar. Además, se hace evidente los caminos que toman los políticos para liderar el rumbo de un país, especialmente países en desarrollo como Brasil.

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[1] Es importante mencionar que con el ejemplo anterior está la duda sobre quién es la persona racional para tomar una decisión. Para evitar esta confusión, cabe destacar que incluso si el propietario de la obra es una persona no calificada, quien es responsable del error conjunta y solidariamente es el ingeniero.

[2] Es un movimiento político en el que los países aliados con China y BRICS + están cuestionando fuertemente el uso del dólar como moneda predeterminada. Cf. sitio: vermelho.org.br


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