DESARROLLO PARTICIPATIVO Y SOSTENIBLE COMO INNOVACIÓN SOCIAL

THE PARTICIPATORY AND SUSTAINABLE DEVELOPMENT AS SOCIAL INNOVATION*

REGISTRO DOI: 10.69849/revistaft/th102501250806


Pedro Arturo Rojas Arenas1
Adriano Menino de Macêdo Júnior2


RESUMEN

El texto presenta un breve diagnóstico de la sociedad contemporánea, destacando los desafíos y oportunidades que enfrentan los estados nacionales. Describe la crisis de la sociedad industrial moderna y el surgimiento de un nuevo orden social en el que el desarrollo sostenible se convierte en una cuestión vital. A continuación, reflexione sobre el concepto de desarrollo humano. El autor considera que la participación es el aspecto más relevante del desarrollo. Desde esta perspectiva, plantea que la participación efectiva de los individuos y las comunidades se posibilita mediante la organización, promoción y mejoramiento de los recursos humanos, es decir: mediante un proceso esencialmente educativo. Proceso educativo que incorpora ciencia y tecnología para el desarrollo autónomo de las comunidades. Por otro lado, considera que el desarrollo humano sólo puede lograrse sobre la base de la justicia social, que, a su vez, se hace operativa a través de la consulta. El proceso de consulta permite a individuos y comunidades identificar su propio modelo de desarrollo. El texto finaliza afirmando que la aceptación del concepto de ciudadanía mundial constituye el correlato indispensable de este proceso social contemporáneo; Sin este tipo de ética global, las personas no podrán convertirse en participantes activos y constructivos en el proceso global de desarrollo sostenible.

Palabras clave: Sociedad Contemporánea, Participación y Desarrollo, Educación Científica y Tecnológica, Proceso Consultivo, Justicia Social, Ciudadanía Mundial, Ética Global y Desarrollo Sostenible.

ABSTRACT

The text presents a brief diagnostic of contemporary society, highlighting the challenges and opportunities confronting the national states. It describes the crisis of modern industrial society and the emergence of a new social order in which the sustainable development becomes a vital issue. To follow reflecting on the concept human development and, from this perspective, considers the participation as the most important aspect of development. The author assumes that the effective participation of individuals and the community is possible through the organization, promotion and improvement of human resources, that is, through an inherently educational process. Educational process what incorporate alternative science and technology for sustainable development in the communities. On the other hand, he explains that the human development can only be performed on the level of social justice that is tailored by making decisions based on consultation. The process of consultation ought to be promoted with the purpose of achieved the effective participation of the individuals as of the communities in decision-making of your own model of development. In conclusion, the author suggests that the acceptance of the concept of world citizenship is the indispensable correlate of this contemporary social process; without this type of global ethic, the people may not become active participants and constructive in worldwide process of sustainable development.

Keywords: contemporary society, participation and development, education, science and technology, consultation process, social justice, world citizenship, ethics and global sustainable development

1 Introducción

Considerando exclusivamente el desarrollo del proceso productivo, la sociedad moderna se caracteriza por el uso de máquinas, la producción en serie y la presencia de trabajadores asalariados. “La sociedad posmoderna o contemporánea se define a partir de una nueva y sustancial transformación de la estructura y dinámica de las fuerzas productivas de la vida humana” Richta (1977). En esta sociedad observamos transformaciones a nivel del objeto de trabajo, de las fuentes de energía, de los recursos de trabajo y de la propia fuerza de trabajo. Se desarrollan materias primas artificiales, el uso de la energía nuclear, la incorporación de ordenadores en la producción y una creciente demanda de trabajadores especializados. La automatización de los procesos de trabajo en los tres sectores del sistema económico constituye la característica técnica distintiva de la sociedad posmoderna, aunque la mecanización se refiere predominantemente a la sociedad moderna. Toffler (1980).2

Berman (1982), en su obra Todo lo sólido se derrite en el aire, muestra cómo la tragedia “Fausto” de Goethe es típica de la modernidad. Sin embargo, lograr un desarrollo con justicia social sigue siendo el mayor desafío de la sociedad contemporánea. Este ideal, asociado a una visión de prosperidad para toda la humanidad, constituye una fuerza motivadora importante para las actividades realizadas por gestores de procesos innovadores en la construcción de una nueva sociedad, ya sean científicos sociales, científicos de otras áreas de la ciencia o simples los ciudadanos.


2 Otros aspectos importantes sobre la diferencia entre la sociedad moderna y posmoderna son señalados por Capra (1997) en el libro Ponto de Mutação en el que habla de las tres transiciones contemporáneas que incluyen: el declive del patriarcado, el agotamiento de los combustibles fósiles y el cambio de paradigmas interpretativos de la realidad. Sin embargo, un aspecto esencial que se relaciona con la universalización y descentralización de la vida social humana está ausente en su esquema interpretativo.

2 Metodología

Para desarrollar los objetivos propuestos, nos basamos en una perspectiva metodológica de investigación exploratoria, que según el teórico Gil (2002, p. 41) se caracteriza por:

[…] Estas investigaciones tienen como objetivo proporcionar un mayor conocimiento del problema, con miras a hacerlo más explícito o constituir hipótesis. Se puede decir que esta investigación tiene como objetivo principal la mejora de ideas o el descubrimiento de intuiciones. Su planificación es, por tanto, bastante flexible, de modo que permite considerar los más variados aspectos relacionados con el hecho estudiado. En la mayoría de los casos, estas búsquedas implican: (a) investigación bibliográfica, (b) entrevistas con personas que tuvieron experiencia práctica con el problema investigado; y (c) análisis de ejemplos que “estimulan la comprensión”.

Con base en lo anterior, presentamos un breve diagnóstico de la sociedad contemporánea, destacando los desafíos y oportunidades que enfrentan los estados nacionales. Describimos la crisis de la sociedad industrial moderna y el surgimiento de un nuevo orden social en el que el desarrollo sostenible se convierte en una cuestión vital. A continuación, reflexionamos sobre el concepto de desarrollo humano. Por ello, clasificamos esta investigación, según Gil (2002), como exploratoria.

El teórico Gil (2002, p. 44) también clasifica la investigación científica en función de los procedimientos técnicos utilizados. Por ello, nuestro trabajo se clasifica como bibliográfico, el cual puede ser elaborado y “desarrollado a partir de material ya elaborado, compuesto principalmente por libros y artículos científicos”. Durante el desarrollo de todo el manuscrito recurrimos a teóricos y sus importantes trabajos para sustentar esta investigación, tales como: Richta (1977) “La Civilización En La Encrucijada”, Toffler (1980) “La Tercera Ola”, Berman (1982 ) “Todo Lo Sólido Se Disuelve En El Aire: La Aventura De La Modernidad”, Arbab (1986) “El Proceso De Transformación Social”, Pegoraro (1995) “La Ética Es Justicia”, Meadows (1978) “Los Límites Del Crecimiento”.

Como observamos en el texto de Daltro, M. R, & Faria, A. A. (2019, p. 223): “La construcción del conocimiento científico se organiza en una multiplicidad, permanentemente desafiada a desarrollar formas de leer la realidad. Este estudio presenta el Reporte de Experiencia (RE) como un producto científico específico de las ciencias humanas en la posmodernidad”.

De esta manera, la presente investigación cuenta con dos fuentes de información: por un lado, que corresponde a la revisión de los autores más reconocidos en el tema y por el otro, lo que podríamos llamar RE, en términos de otros autores se llama “Experiencias vitales”.

3 Sociedad industrial y la nueva civilización

El paradigma de la sociedad industrial moderna se basa en la formación de estados nacionales y en la consideración de que el desarrollo se mide fundamentalmente como un aumento de las fuerzas productivas de la sociedad. Este modelo otorga un papel preponderante a la racionalidad económica y pretende establecer indicadores eminentemente cuantitativos para determinar el desarrollo de países o regiones como: renta per cápita, producto interior bruto, etc.

El fundamento filosófico que sustenta este modelo define al ser humano básicamente como consumidor de bienes y como fuerza laboral en los procesos productivos. Su pleno desarrollo ha llevado, por un lado, a la masificación del mercado, el consumo y los estilos de vida y, por otro, a la centralización de los recursos, la riqueza y la toma de decisiones en unas pocas manos.

Las tendencias que se observan en el inicio de este nuevo siglo indican el agotamiento de un modelo que ha llevado a una crisis del sistema económico global con el proceso de empobrecimiento de la mayoría de los habitantes del planeta y el más acelerado proceso de destrucción del entorno ecológico. La humanidad está dirigiendo sus esfuerzos hacia la construcción de un nuevo orden internacional basado en la justicia social y el reconocimiento de la interdependencia global.

Un nuevo concepto de desarrollo se expresa en los discursos de los líderes nacionales y afecta marginalmente las políticas de las grandes corporaciones económicas. Este concepto abarca no sólo una visión de rentabilidad o ganancia, sino también factores asociados al bienestar social, tales como: empleo, mejora de la calidad de vida y protección del medio ambiente. Un aspecto esencial de este concepto se relaciona con la participación de las comunidades en la elaboración y ejecución de sus planes de desarrollo.

Si en el modelo industrial el concepto de desarrollo se relaciona con aumentos cuantitativos de los indicadores económicos, en la nueva sociedad la magnitud o medida del desarrollo se establece a través del bienestar social y la participación de las comunidades en la gestión de sus propias decisiones.

En este contexto, el desarrollo tiene como prerrequisito la existencia de organizaciones y el logro del conocimiento científico. Las comunidades regionales y locales emergen y exigen su autodeterminación. Desde las regiones se están generando nuevos procesos educativos, nuevas formas de generar tecnología apropiada, nuevas instituciones sociales. Sin duda, este proceso abarca una nueva visión de la educación, la ciencia y la tecnología.

Una de las particularidades de este nuevo proceso se expresa en la descentralización y la individualización. Descentralización en la toma de decisiones y desmasificación de la producción y el consumo. Por otro lado, aumenta la formación de recursos humanos el nivel de análisis de los actores y crea las condiciones para una toma de decisiones más adecuada basada en el proceso consultivo.

El proceso de consulta, como instrumento para resolver problemas y tomar decisiones, reemplaza a la ya desgastada democracia. Una consulta productiva presupone la consideración de todos los aspectos y todos los intereses involucrados. La visión filosófica que subyace a esta nueva visión del desarrollo conceptualiza al hombre como un ser creativo, no sólo de naturaleza material, sino también espiritual.

4 Las políticas de desarrollo como experimento social

Generalmente, los planes de desarrollo elaborados por entidades nacionales e internacionales se llevan a cabo sobre la base de que el cambio social no requiere transformaciones profundas en la estructura de la sociedad y se limitan esencialmente a considerar al individuo como su objetivo central. Se espera que con mayor capacitación, asistencia técnica y/o crédito, etc., se puedan lograr cambios significativos en el desarrollo de las comunidades locales y nacionales.

Por otro lado, los movimientos revolucionarios consideran que sólo una modificación radical de las estructuras, especialmente de las relaciones sociales de producción, a través de la conquista del poder político, permite llevar a cabo cambios sociales significativos.

Arbab (1986) afirma:

“Mi opinión es que el desarrollo comprende transformaciones fundamentales del individuo y de la estructura social… Vemos la transformación de la sociedad humana como el resultado de una serie compleja de interacciones entre cambios profundos que deben tener lugar dentro del individuo e intentos deliberados de cambiar la estructura de la sociedad. Además, no entendemos el cambio de las estructuras sociales simplemente como un cambio político, sino como un cambio total de las estructuras mentales, culturales, económicas y sociales, que incluye un cambio completo en los conceptos mismos de liderazgo y poder político”.

5 Visión Participativa del Desarrollo

Pensar el desarrollo participativo y sostenible como innovación social presupone una perspectiva teórica y práctica original que se está construyendo en varios proyectos gubernamentales y, particularmente, de ONG en todo el mundo. Las siguientes reflexiones son resultado de una profunda revisión conceptual y de la experiencia que tuvo como investigador invitado en la Fundación para la aplicación y enseñanza de las Ciências, FUNDAEC, en 1988.3

Un aspecto de especial interés, en la elaboración de una propuesta de desarrollo alternativo, es su comprensión como un proceso complejo, frente a la idea que considera el desarrollo como un paquete que se dona a la comunidad. La percepción unilateral y asistencialista del desarrollo es superada por una perspectiva multilateral y participativa.

El desarrollo sólo es posible con la participación efectiva de los individuos y las comunidades. Se trata de una participación que no se limita al disfrute de determinados servicios indispensables o básicos, ni se relaciona únicamente con el aumento ocasional de ingresos y, en ningún caso, con la simple consideración marginal de las opiniones de los grupos afectados. Es una participación a todos los niveles en el proceso de diseño y consecución de los objetivos de desarrollo. Esta visión establece dos condiciones básicas, sin las cuales no puede darse una participación efectiva y auténtica de las comunidades:


3 La Fundación para la aplicación y enseñanza de las ciencias, FUNDAEC, fue creada en Colombia en 1974. El principal propósito que motivó a sus fundadores fue encontrar estrategias para el desarrollo rural autónomo. Sus fundadores dedicaron sus esfuerzos a crear lo que se llamó la Universidad para el Desarrollo Integral. La Universidad se define como un espacio social en el que los habitantes de una región aprenden a diseñar su propio camino de desarrollo. Metodológicamente, la Universidad rural se centra en el estudio de los procesos de la vida social de la población, por ejemplo: la producción y comercialización, la educación, la toma de decisiones, el proceso de socialización, etc. Al mismo tiempo, pone en funcionamiento procesos de aprendizaje paralelos que incluyen la investigación-acción. Los procesos a los que se ha prestado mayor atención y en torno a los cuales se ha generado conocimiento valioso son: la educación formal no escolar, los sistemas de producción de pequeñas parcelas, la agroindustria rural, las unidades de apoyo a la producción y la creación de instituciones para el fortalecimiento de la economía local, como como: el fondo local, el centro de investigación de tecnología apropiada y limpia, asistencia técnica y centros de comercialización.

Las comunidades deben tener acceso real al conocimiento más avanzado. Dentro de los países, se acepta como razonable que las comunidades rurales y las comunidades urbanas periféricas tengan acceso a un tipo de educación de segunda categoría. Muchos planes de estudios de escuelas rurales se diseñaron basándose en el modelo de educación urbana moderna. Sin embargo, algunas instituciones están experimentando con nuevos contenidos temáticos y nuevas metodologías adecuadas para zonas rurales y urbanas marginadas. Estas organizaciones creen que todos los habitantes del campo y de las ciudades tienen derecho a los conocimientos científicos más avanzados.

Deben desarrollar formas organizativas a través de las cuales puedan mantener relaciones, en condiciones de igualdad y suficiente autonomía frente a fuerzas poderosas que operan fuera de las comunidades. Fuerzas que buscan subyugar la cultura y la economía de las comunidades para beneficiar a corporaciones o monopolios nacionales e internacionales en la producción y venta de bienes manufacturados.

Entender el desarrollo como un proceso implica también una nueva perspectiva institucional en la que las entidades públicas o privadas de desarrollo se perciban como parte del proceso y susceptibles de constante reformulación. Más que agentes externos, serán elementos catalizadores, promoviendo la plena participación de las comunidades a través de la consulta. De esta manera, pueden sintetizar experiencias y conocimientos, así como desarrollar planes y programas en consenso con la población.

La nueva visión del desarrollo abarca también estructuras, procesos y contenidos educativos, buscando superar esquemas tradicionales basados en el supuesto de que el conocimiento, así como la ciencia y la tecnología, siempre se originan fuera de las comunidades.

Esto implica establecer nuevos canales de transmisión y sistematización de conocimientos y tecnologías, y nuevos procesos de investigación, diferentes a los tradicionales o clásicos. La educación no puede limitarse sólo a la transferencia de información, sino que debe dirigir sus esfuerzos, principalmente, al objetivo de elevar el nivel de análisis de la comunidad respecto de los procesos económicos y sociales que la afectan directa o indirectamente.

6 Sobre el concepto de desarrollo sostenible

El término desarrollo sostenible fue acuñado en el documento Nuestro Futuro Común, publicado en 1987, también llamado Informe Bruntland, con la siguiente definición:

El desarrollo sostenible es la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.

La construcción de un modelo de desarrollo sostenible implica la consideración de varios criterios teóricos que deben operacionalizarse tanto al momento de realizar investigaciones como en el caso de ejecutar acciones o proyectos específicos en un municipio, distrito o comunidad urbana o rural.

Los criterios básicos de un modelo teórico-operativo de desarrollo sostenible se pueden definir de la siguiente manera:

  1. el proyecto debe ser socialmente justo y esencialmente participativo;
  2. el proyecto debe considerar la protección y mejoramiento del medio ambiente;
  3. el proyecto debe ser económicamente viable.

6.1 Sobre el concepto de justicia social

Pegoraro (1995) afirma que la justicia ilumina, al mismo tiempo, la subjetividad humana y el orden jurídico y social. La justicia consiste en crear una sociedad como un sistema equitativo de cooperación entre ciudadanos libres e iguales. Al final de la presentación, el texto finaliza con un hermoso elogio tomado de Aristóteles: “La justicia es la virtud perfecta que nos conecta con nuestros semejantes”.4


4 Más recientemente, Bahá’u’lláh, maestro espiritual de la humanidad, afirmó: “En mi opinión, la más amada de todas las cosas es la Justicia”. (Comunidad Internacional Bahai: 1995).

J. Rawls en su obra “Teoría de la Justicia” piensa en la ética como un esfuerzo por superar los conflictos sociales producidos por la disputa por bienes materiales y culturales. Como los bienes son cuantitativamente limitados y el apetito de cada ciudadano es ilimitado, se hace necesaria la intervención de un principio mediador. Este papel lo desempeña el principio objetivo de justicia. En este sentido, la ética es la práctica de la justicia, o bien, el comportamiento ético es, ante todo, un comportamiento conforme a la justicia. Sin embargo, nadie es justo consigo mismo, sino en relación con los demás. Aquí la justicia exige reconocer al otro como igual a mí, portador de la misma dignidad y derechos.

Considerando el altísimo concepto de justicia jurídica, Aristóteles deduce dos tipos de justicia particular: distributiva y conmutativa. El primero, que regula las acciones de la sociedad política en relación con los ciudadanos, apunta a la distribución justa de los bienes públicos: jardines, riquezas, cargas y obligaciones sociales. La segunda forma de justicia, conmutativa, regula las relaciones entre los ciudadanos. Son relaciones planificadas y voluntarias, como contratos, compras y ventas, salarios, préstamos, etc.

En nuestros días, el pensador estadounidense J. Rawls centra su atención en la justicia como base de un nuevo contrato social, siguiendo la estela de Kant y Rousseau. El tema central de las obras de este autor es la justicia. Para evitar malentendidos terminológicos y conceptuales, vale la pena señalar, desde el principio, que esta idea no se toma ni en el sentido aristotélico ni exactamente en el kantiano: la justicia no es ni una virtud ni un derecho, sino un principio fundacional de una sociedad. bien ordenado.

Por tanto, partiendo de la idea de conflicto social, el movimiento ético-político según John Rawls se puede concentrar en tres periodos:

  1. reconocimiento del conflicto entre bienes escasos disponibles y el deseo ilimitado de posesión por parte de los individuos.
  2. intervención de la teoría de la justicia, estableciendo una sociedad ordenada y justa.
  3. la consolidación de la comunidad política donde prevalezcan la cooperación, el sentido de justicia y las virtudes de la ciudadanía.

Desde el principio aparece clara la tesis principal del tratado: “La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales como la verdad lo es para los sistemas de pensamiento”. No analiza la justicia en términos doctrinales, sino la justicia como equidad aplicada a la distribución de bienes sociales. Ésta es la función de la justicia como equidad, que debe ser el imperativo categórico de la sociedad política. Incluso la libertad, tan fundamental en la filosofía política moderna, cae bajo el imperio de la justicia, que es responsable de establecer los límites de su ejercicio.

Hay dos principios de justicia en una sociedad bien ordenada, según J. Rawls:

  1. Cada persona tendrá derecho a la base de libertad más amplia posible, compatible con libertad similar para todos los demás.
  2. Las desigualdades sociales y económicas deben organizarse de tal manera que:

a) pueda razonablemente esperarse que sean ventajosas para todos; y b) estén vinculados a cargos y funciones accesibles a todos.

El primero es el principio de libertad y de los derechos humanos fundamentales. Garantiza los derechos de participación política, opinión, reunión, conciencia, religión, etc. Éste es, de hecho, el imperativo categórico de la filosofía política de

J. Rawls y el fundamento del Estado de derecho y la democracia constitucional.

El segundo es el principio de diferencia. Se refiere a los intereses materiales, la distribución equilibrada de los bienes primarios, cargas, deberes y ventajas sociales. Aquí hay un debate entre las tesis marxistas y el liberalismo ortodoxo. Contra las tesis igualitarias, Rawls afirma que las desigualdades sociales intolerables dentro del primer principio no pueden negarse en el orden social, económico y cultural regido por el segundo principio. Son aceptables siempre que beneficien a los más desfavorecidos en la escala social. Es necesario que una sociedad bien ordenada maximice la condición mínima: una vez aceptado el principio de diferencia, se puede deducir que el mínimo social vital debe fijarse en un nivel que maximice las expectativas de los grupos menos favorecidos.

6.2 El orden social justo

Con base en lo anterior, el mayor desafío contemporáneo es la construcción de un orden social justo a nivel local, nacional e internacional. Esto significa que es imperativo crear estructuras nuevas e integrales para que las necesidades básicas de los seres humanos sean satisfechas satisfactoriamente. En resumen, las estructuras deben servir al bien humano.

El principio de una vida según la justicia se puede enunciar de la siguiente manera: debemos respetar los derechos básicos de la vida. Este principio requiere una actitud fundamental: el reconocimiento de que todos los seres humanos nacen físicamente iguales. La naturaleza nos dio el mismo derecho a la vida, a la educación, a una vida sana, a la participación en la vida política, a la distribución de bienes materiales y culturales que nutren la vida. Estos derechos no se ganan: se otorgan al nacer. Ésta es la idea central de todos los códigos que proclaman los derechos humanos. Por ejemplo, el código de derechos humanos de la ONU es en cierto sentido un tratado de ética y justicia firmado por casi todas las naciones.

El segundo principio, el de una vida social justa, puede formularse de la siguiente manera: debemos crear un orden social donde la ciudadanía sea plena y universal. La ciudadanía, como logro de los actores sociales, es el resultado de la conciencia política y la participación efectiva en la lucha por construir estructuras sociales justas.

De hecho, mientras haya miseria, hambre, epidemias generalizadas, analfabetos, personas sin hogar, personas sin tierra, nuestra sociedad, en su estructura, será injusta, porque excluirá a la mayoría de la población de los beneficios humanos básicos. La carta constitucional puede ser excelente, pero seguirá siendo letra muerta hasta que su regulación e implementación no cree estructuras que satisfagan las demandas básicas de la comunidad.

Además, el principio de justicia social gestiona las desigualdades. Nacimos en países con diferentes trayectorias históricas. Por tanto, las desigualdades son una realidad irrefutable. Corresponde al principio de justicia social gestionar las

desigualdades históricas. Pero, in limine, la justicia no admite que las desigualdades sean injustas. La justicia social prescribe que la organización de la sociedad cree estructuras que garanticen a todos los ciudadanos la oportunidad de desarrollar sus capacidades y evolucionar en sus condiciones históricas.

7 Sobre el Concepto Económicamente Viable y Ecológicamente Sostenible5

La noción de desarrollo que se volvió hegemónica en nuestra sociedad asociaba las ideas de progreso, bienestar, superación con un sentido evolutivo unilineal, donde se podía clasificar a las personas en una escala que va del atraso al progreso, de lo tradicional a lo moderno o incluso del subdesarrollo. al desarrollo.

El ideal desarrollista, afirmado desde los años cincuenta del siglo XX, es un caso ejemplar en nuestra historia reciente de la concepción unilineal del desarrollo asociada a la afirmación del proyecto capitalista contemporáneo; En el contexto de la Guerra Fría, constituyó un conjunto de ideas fuertes que motivaron las políticas de desarrollo.

El adjetivo sostenible hace referencia a aquello que está en perfecto equilibrio, que se conserva sin desgaste y se mantiene en el tiempo. Aplicado al desarrollo, traslada estas cualidades a una forma de organizar la vida social, creando la expectativa de una sociedad sostenible, en plena armonía con la naturaleza, sin conflictos sociales que puedan poner en peligro su reproducción. Así, el desarrollo sostenible aparece como una buena noticia que puede brindar a todos un futuro estable.

Aunque se presenta con aires de nueva utopía, prometiendo revolucionar las relaciones entre los hombres y entre los hombres y la naturaleza, el desarrollo sostenible es un concepto generado en el ámbito de la economía, y es con esta referencia que se considera el pensamiento social. La novedad que trae es la incorporación de la naturaleza dentro de la cadena productiva.


5 La mayoría de las ideas aquí presentadas se pueden encontrar en el artículo de Isabel C. M. Carvalho: “Los Mitos Del Desarrollo Sustentable” publicado en la revista mensual: Política Ambiental, noviembre-diciembre. 1991, Brasilia, D.F.: IBASE.

Mientras que en la teoría económica clásica la naturaleza no transformada por el trabajo humano no tiene valor, el desarrollo sostenible incorpora lo que se consideraba un bien gratuito, asignándole un costo que ahora se contabiliza en la producción. La naturaleza se convierte en un bien de capital y nace un tipo de economía ecológica.

Como aclara el Informe Bruntland6, los costos ambientales sólo aparecen cuando se supera la capacidad de asimilación del medio ambiente. A partir de entonces, no se podrán evitar y habrá que pagar por ello. Básicamente, hay dos posibilidades: los costos pueden ser externalizados, es decir, transferidos a diversos segmentos de la sociedad en forma de costos por daños a la salud humana, la propiedad y los ecosistemas, o internalizados, es decir, pagados por la empresa.

El principio de que quien contamina paga se centra más en una nueva contabilidad ambiental que en el derecho de todos a un medio ambiente sano y a una calidad de vida.

El mercado opera sobre la base del principio de convertibilidad universal. Así, al contabilizar los bienes naturales que antes estaban libres de valor comercial, estos bienes y la calidad de vida asociada a ellos (pureza del agua, aire, silencio, alimentación saludable, etc.) se consideran equivalentes a un valor en moneda. De esta forma, podrán ser indemnizados en caso de su destrucción o pérdida. Sabemos lo perverso que es este tipo de cambio. La destrucción de la naturaleza, las fuentes de vida y las poblaciones que dependen de estos recursos para su supervivencia no tiene precio.

Lo que se revela en este movimiento es la hegemonía del discurso económico, que se establece cada vez más como el lugar para la producción de verdades y fórmulas científicas para la organización y la vida social. Es necesario invertir la premisa que es la base del pensamiento economista, donde se desarrolla la discusión sobre el desarrollo.


6 Nuestro Futuro Común, Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo. (WCED) Río de Janeiro: FGV, 1987

La economía no debe ser tomada como la dimensión determinante del campo social, sino establecida por él: debe estar al servicio de la sociedad. Las alternativas de futuro son elecciones que deben darse fundamentalmente en el campo social y en el ámbito de la toma de decisiones.

El desarrollo que queremos es aquel en el que las personas y los grupos sociales puedan definir sus necesidades y construir una gestión democrática de la diversidad con miras a la sociedad en su conjunto. Pensando en un eje democrático pluralista, el desarrollo ya no sería la marcha de todos en una dirección, sino el reconocimiento y articulación de diferentes formas de organización y demandas diferenciadas como bases de una sostenibilidad real.

La capacidad de garantizar la supervivencia de las generaciones presentes y futuras dependerá de la capacidad de construir un modelo rico en alternativas que pueda afrontar -con nuevas soluciones- la actual crisis socioambiental. Sólo la amplia participación de la sociedad puede hacer viable este modelo y, por tanto, la democracia y el consenso, en la medida de lo posible, serán medidas efectivas para promover la sostenibilidad.

Es esencial llevar el pensamiento y la acción más allá del paradigma económico materialista, que durante tanto tiempo el tiempo se ha convertido en sinónimo de desarrollo, riqueza, bienestar, progreso y transformación intensiva de la naturaleza. Si realmente queremos asegurar el derecho a la supervivencia física, económica, social y cultural de las poblaciones, así como garantizar las condiciones ambientales que son el sustrato para el sustento de toda la vida en el planeta, es necesario construir un modelo de desarrollo que tenga su razón de ser en las prioridades establecidas por el conjunto de la sociedad. Esto significa revertir la trayectoria excluyente de desarrollo que conocemos y extender el estatus de ciudadanos a la mayoría que vive al margen de los procesos económicos, culturales y políticos.

Al considerar el concepto de desarrollo como un proceso fundamentalmente participativo, indicadores económicos como el ingreso per cápita, el producto interno bruto o las mejoras en la infraestructura de una comunidad no resumen los aspectos centrales del tema.

En esta nueva perspectiva, el concepto de desarrollo se relaciona con el bienestar y la calidad de vida de las poblaciones y sitúa la participación en la toma de decisiones como una cuestión esencial. La participación plena es posible mediante la organización de las comunidades y la capacitación de sus recursos humanos; prerrequisito necesario para una consulta exitosa que promueva el bienestar y la justicia social.

8 Desarrollo Sostenible, Agenda 21 y Ciudadanía Mundial.

La Agenda 21 es un programa de acción, basado en un documento de 40 capítulos, que constituye el intento más audaz y completo jamás realizado para promover, a escala planetaria, un nuevo modelo de desarrollo, conciliando métodos de protección ambiental, justicia social y eficiencia económica.

Se trata de un documento consensuado al que contribuyeron gobiernos e instituciones de la sociedad civil de 179 países, cuyo proceso preparatorio duró dos años y culminó con la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo -CNUMAD- en 1992, en Río de Janeiro, también conocido como ECO-92. Además de la Agenda 21, de este proceso surgieron otros cuatro acuerdos: la Declaración de Río, la Declaración de Principios Sobre el Uso de los Bosques, el Convenio Sobre la Diversidad Biológica y la Convención Sobre el Cambio Climático.

El desafío de ECO-92 era el siguiente: crear, a escala planetaria, un nuevo tipo de desarrollo, capaz de fomentar el progreso humano, no sólo en algunos lugares y durante unos años, sino en todo el planeta y por tiempo indefinido. período de tiempo. Esta tesis, defendida por la comisión medioambiental de la ONU en 1982, tiene dos requisitos previos:

  1. la creación de una tecnología limpia subordinada a la expansión de la vida:
  2. derribar el muro político, económico y técnico-científico que mantiene excesivas desigualdades tanto a nivel de cada país como en el ámbito internacional.

A su vez, RIO+20 mostró las dificultades para asumir un compromiso serio por parte de las grandes potencias, principales responsables de la contaminación global, al tiempo que expresó una mayor preocupación por parte de la sociedad civil sobre esta cuestión vital. Desde esta perspectiva, vale destacar el aporte de la Comunidad Internacional Baháí (2012) al considerar el concepto de tutela, en estos términos: “Todos y cada uno de nosotros somos guardianes del planeta”.

9 Consideraciones finales

En primer lugar, quiero recordar algunas de las conclusiones de Meadows (1978):

  • “Estamos unánimemente convencidos de que la tarea fundamental que enfrenta la humanidad es una enmienda rápida y radical de la situación mundial, actualmente desequilibrada y en peligroso deterioro”.
  • “Cualquier intento deliberado de lograr un estado de equilibrio racional y duradero, mediante medidas planificado, en lugar de a través del azar y la catástrofe debe basarse en última instancia en un cambio básico en los valores y objetivos a nivel individual, nacional y global”.

La Comunidad Internacional Bahai (1995) explica el aspecto distintivo del cambio destacado por Meadows (1978) con las siguientes palabras:

“El mayor desafío que enfrenta la comunidad mundial es liberar los enormes recursos financieros, técnicos, humanos y morales necesarios para el desarrollo sostenible. Esos recursos sólo se liberarán en la medida en que los pueblos del mundo desarrollen un profundo sentido de responsabilidad por el destino del planeta y el bienestar de toda la familia humana. Este sentido de responsabilidad sólo puede surgir de la aceptación de la unidad de la humanidad. Sin este tipo de ética global, las personas no podrán convertirse en participantes activos y constructivos en el proceso global de desarrollo sostenible”.

Más recientemente, se debe tener en cuenta una observación importante contenida en el Resumen Ejecutivo del Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial (2021) para comprender los cambios en curso y los posibles escenarios de corto y largo plazo para la sociedad humana:

“El COVID-19 aceleró la cuarta revolución industrial, ampliando la digitalización de la interacción humana, el comercio, la educación a distancia y el trabajo remoto. Estos cambios han transformado la sociedad mucho más allá de la pandemia, con la promesa de importantes beneficios… sin embargo, también pueden crear o aumentar desigualdades. Aunque el Salto digital He abierto oportunidades para algunos jóvenes, muchos de ellos están iniciando su vida profesional sin perspectivas…”

Para terminar, quiero mencionar la COP26, la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, celebrada este año 2021 en Glasgow, Escocia. Este evento reafirma -una vez más- la creciente preocupación de la sociedad civil y de los líderes de muchos países por la dramática situación de calentamiento global que deberá afrontar la humanidad en los próximos años. Es importante reconocer que en las últimas décadas se han realizado importantes esfuerzos en términos de educación, tecnología y prácticas productivas, así como el aumento del uso de fuentes de energía limpias. Sin embargo, la humanidad aún no ha logrado superar la alarmante situación que vive nuestra casa común: el planeta Tierra.

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1 ORCID: https://orcid.org/0000 0002 9279 1174 Universidade do Estado do Rio Grande do Norte, BrasilE-mail: arturoarenas@uern.br

2 ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6367-1088 Universidade do Estado do Rio Grande do Norte, Brasil E-mail: adrianomenino2016@gmail.com

1.El Texto original escrito por el Maestro en Sociología Pedro Arturo Rojas Arenas fué aprobado por la Comisión Científica de la 21st WFSF World Conference, Bucharest, Romania, June, 26th– 28th of 2013. Tema Central del Evento: Global Research and Social Innovation: transforming futures. Subtema: Complex, integrative and holistic future. En noviembre de 2021, el autor principal, actualizó el texto incluyendo una breve mención del World Economic Forum y de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambios climáticos -COP-2026. Finalmente, incorporó nuevas referencias de Noam Chomsky y Manuel Castells.

*Texto publicado con apoyo técnico de Adriano Menino de Macedo Júnior en la Revista: Research, Society and Development, v. 10, n. 16, e105101623784, 2021(CC BY 4.0) | ISSN 2525-3409 | DOI: http://dx.doi.org/10.33448/rsd-v10i16.237841 Recibido: 11/23/2021 | Revisado: 11/29/2021 | Acepto: 11/30/2021| Publicado: 12/04/2021