DIDÁCTICA  Y PRÁCTICA DOCENTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL POST PANDEMIA

REGISTRO DOI: 10.69849/revistaft/th102501212144


Holanda García Cova


La innovación de la práctica docente es considerada como uno de los elementos más importantes para transitar hacia una transformación educativa. El análisis crítico de las prácticas docentes en el salón de clases devela diversos problema que son sumamente importantes y necesarios de atender, uno de estos aspectos tiene que ver con la capacidad que tengan los docentes para hacer un uso adecuado de la tecnología y el aprovechamiento del internet y las diversas herramientas digitales que se ofrecen, esto a partir de adecuadas mediaciones pedagógicas y generación de ambientes favorables de aprendizaje (UNESCO, 2004), (Carneiro, Toscano y Díaz, nd), (UNICEF, 2013).

Sin embargo, esta transformación docente, no es un asunto simple, ni una mera acción instrumentalista; existe todo un contexto histórico, político y económico muy particular; es decir, inercias y dinámicas de desarrollo de gran calado, evolución de las formas de comunicarse y transformación cultural, nuevos requerimientos en el plano económico y profesional, necesidades personales y sociales; entre otros aspectos, que son necesarios de focalizar y atender para poder comprender el mundo complejo en el que vivimos y actuar en consecuencia hacia esa transformación.

Frente a este panorama, es muy importante en primer lugar entender el contexto en el que se desarrolla la práctica docente: la escuela. Un análisis crítico nos permite distinguir que existen elementos para sugerir que la escuela mexicana quedó atrapada en gran medida en el pasado, es decir, toda organización social depende indudablemente de su capacidad de adaptación al entorno en que desarrolla su actividad, la sociedad se transformó, pero la escuela quedó anclada en prácticas caracterizadas por un acendrado tradicionalismo. Las organizaciones nunca existen para sí mismas, se deben a funciones sociales que corresponden a expectativas de la sociedad a la que pertenecen, sin duda alguna, se puede observar que las sociedades en el mundo se han transformado vertiginosamente sobre todo a partir de las últimas tres décadas; nuestro país no ha sido la excepción.

Figura 1. Contexto de la escuela. Fuente: Elaboración propia.

Los sistemas educativos no están al margen de esta situación. La transformación de los órdenes de vida obliga a reflexionar tanto en sus fines como en sus modos de organización debido a que la sociedad concibe a la educación formal como el instrumento para resolver un cúmulo de situaciones y aspectos que van desde la formación cultural hasta la educación para la empleabilidad pasando por situaciones tan complejas como la superación de situaciones de pobreza e inequidad, también se le confiere el desarrollo de conductas sociales y personales basadas en una convivencia armónica de respeto y tolerancia, así como facilitar la integración social con igualdad de oportunidades, justicia, democracia y respeto a los derechos humanos, entre muchos otros aspectos.

La escuela como organización social, no ha quedado excluida de este panorama, por lo tanto, es necesario reflexionar si se ha transformado para responder a las necesidades y expectativas que impone un modelo económico hegemónico como el de la globalización, analizar si ha redefinido su misión, el sentido de su presencia en la sociedad, de la visión que orienta su labor, si ha roto con obsoletas estructuras que funcionaban en un tiempo en que la sociedad cambiaba lentamente o si ha constituido formas de organización y de gestión mucho más flexibles, acorde a los entornos de cambio permanente que ahora presenciamos.

En el actual contexto de cambios permanentes y cada vez más veloces, controlar o reducir la incertidumbre del entorno se ha vuelto imposible. La escuela como organización social y el docente como agente de transformación se encuentran obligados a revisar tanto las finalidades y las misiones que pretenden cumplir en la sociedad, así como sus modos de organizarse en la intención de alcanzar sus propósitos.

No son tiempos fáciles, al respecto Pozner (2000, p. 7) afirma que:

La escuela como institución social es objeto de múltiples contradicciones. Se le analiza y cuestiona desde dentro y desde fuera; unos y otros coinciden: la escuela como organización está en crisis. Pero, conjuntamente con su conocida desvalorización, se vive una coyuntura en que se necesita de ella y se le asigna un rol protagónico tanto en el carácter de motor de la competitividad y de las transformaciones económicas, como en su condición de institución creadora de equidad y justicia social. Y todo ello en un complejo contexto de escasez de medios y recursos y de condiciones laborales deficientes para los docentes.

El docente se encuentra inmerso en esta crisis por lo que necesita analizar las transformaciones en el mundo y sus implicaciones, trazar una serie de pistas para desarrollar las capacidades necesarias en el marco de nuevas disciplinas y especialidades y ante la circunstancia de que los conocimientos se difunden con gran rapidez, que hagan frente a currículos que tienen una vigencia muy reducida y que tienen que ver de manera determinante con la necesidad de desarrollar en los estudiantes la capacidad para buscar y procesar información. Sacristán (2005, p. 39) afirma que:

se trata, por tanto, de ir reconstruyendo nuestra visión de la realidad, los discursos que venimos manteniendo para comprender el papel de la educación y de la escuela, sus fines en la nueva situación y los procedimientos de enseñar y de aprender que son posibles. Es decir, hay que elaborar una nueva narrativa, volver a escribir el discurso acerca de la educación, en suma, a la luz de las nuevas condiciones en la sociedad que nos toca vivir.

Teniendo en cuenta lo anterior se puede apreciar el enorme desafío que implica hablar de innovación de la práctica docente, sin embargo, existen diversos enfoques y estrategias constituidos para hacer frente a este panorama, y uno de los aspectos en los que existe mayor coincidencia es que los “sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan actualmente al desafío de utilizar las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) para proveer a sus estudiantes con las herramientas y conocimientos necesarios para el siglo XXI” (UNESCO, 2004, p.13).

Es importante señalar que, esto no quiere decir que la incorporación de las TIC, el uso de la tecnología o la capacitación de los docentes en el uso de las computadoras vaya a resolver los diversos problemas que actualmente enfrenta la educación, no se trata de una concepción instrumentalista, reduccionista que apueste por dotar de computadoras e internet a todas las escuelas, sobre todo cuando los hechos nos ubican en nuestra realidad; es decir, existen enormes desafíos en nuestro país para la reducción y superación de la brecha digital con sus consecuentes implicaciones, por ejemplo actualmente solo el 57.7 % de las escuelas mexicanas disponen de más de once computadoras, las escuelas sin conectividad representan el 60.1 %, sólo el 25.8 % de computadoras en las escuelas están conectadas a internet, existe

una proporción de 35 estudiantes por computadora y todavía una quinta parte de las escuelas no disponen de una sola computadora, sin embargo, la cuestión central para el éxito de los proyectos de informatización de las escuelas y, por tanto, para obtener mejoramientos en la calidad de los procesos de enseñanza radica en la capacitación de los profesores en el uso de las tecnologías de manera que ellos puedan integrarlas en los procesos de enseñanza-aprendizaje (Carneiro, Toscano y Díaz: nd).

No obstante a este panorama, la inserción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, en mayor o menor medida, y su relación con la generación del conocimiento y las nuevas formas de comunicación, da pauta a modificaciones importantes en los aspectos sociales, culturales y económicos; la educación se debe de transformar, es necesario replantear el hacer del docente, revisar los perfiles de los docentes de hoy, analizar las capacidades que deben tener los docentes ante esta nueva situación globalizada. Cullen (2004, p. 21) señala claramente que “uno de los elementos determinantes de la nueva situación es el valor económico del conocimiento y de la información y, por lo mismo, la creciente importancia de regular los mecanismos socializadores para el trabajo mediante conocimientos. Es decir, redefinir la función social de la escuela y de las formas de las prácticas pedagógicas”.

Por consiguiente, es importante dirigir la mirada hacia las mediaciones pedagógicas que está realizando el docente dentro del salón de clases, a los ambientes de aprendizaje que genera en su práctica docente ahora que es evidente que la influencia del desarrollo tecnológico se encuentra en todos los ámbitos del quehacer cotidiano de los sujetos en la sociedad y la escuela no ha sido la excepción, las nuevas generaciones de estudiantes demandan un mayor dinamismo en las estrategias pedagógicas de construcción del conocimiento, además existe cada vez más una mayor dinámica de los sujetos de construir conocimientos a partir de su libre indagación y uso de todos los recursos digitales disponibles a través de las TIC, por lo tanto, el docente requiere forzosamente estar a la altura de estas condiciones para orientar favorablemente su labor docente y educativa en las nuevas circunstancias del siglo XXI.

La vinculación de las herramientas digitales a la práctica docente, para preparar experiencias de aprendizaje para sus estudiantes y acercar a los jóvenes a nuevas formas de construir el conocimiento, es una necesidad, existe consenso en ello; sobre todo, cuando existe una sociedad que requiere nuevas capacidades y con ello, la necesidad de que la escuela se transforme. El cuadro que se presenta enseguida nos muestra algunos de los enormes desafíos que tenemos por delante en la tarea de educar en el presente siglo.

Figura 2. Competencias profesionales del siglo XXI. Fuente: Elaboración propia a partir de: http://www.uclm.es/profesorado/Ricardo/Cursos/CompetenciaProfesionales.pdf

El progreso tecnológico ha permitido el desarrollo y la incorporación de las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC), así como de las Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento (TAC), en nuestras escuelas, definitivamente no en su totalidad, sin embargo, es evidente que se requieren diversos saberes, habilidades y conocimientos para que el docente pueda incorporar en su práctica docente el uso y creación de contenidos educativos digitales.

La formación docente y la práctica educativa en el nuevo milenio se está viendo afectada ya que los conocimientos adquiridos por los docentes están quedando obsoletos, por lo que se corre el riesgo de estar enseñando conocimientos obsoletos, por lo tanto, es importante la actualización permanente de los docentes para adquirir las capacidades requeridas por las nuevas tecnologías las cuales están revolucionando el conocimiento.

La incorporación de los docentes al uso de las TIC es una necesidad en la constitución de una nueva pedagogía, que rompa con los viejos esquemas, que esté a la altura de las expectativas motivacionales de los estudiantes y propicie la innovación de su práctica educativa para generar la transformación de información en conocimiento; la misma UNESCO reconoce que “los estándares sobre las competencias TIC de los docentes procuran mejorar el ejercicio profesional de docentes y profesores en todas las áreas de su labor y mediante la articulación de las habilidades en TIC con la pedagogía, el programa de estudios y la organización escolar” (UNICEF, 2013, p. 17).

En relación a todo lo anterior sería conveniente observar críticamente y descubrir

¿Qué es lo que está sucediendo en las escuelas respecto a la incorporación o no de estas herramientas digitales? ¿Hasta qué punto se está avanzando en nuevas prácticas pedagógicas, que consideren las actuales formas en que los estudiantes acceden a los datos, se comunican y procesan la información? ¿En qué medida se tienen las capacidades suficientes para incorporar estas herramientas digitales en mediaciones pedagógicas y propiciar una práctica docente innovadora?

A partir de la experiencia empírica -razón que motiva enormemente esta investigación, aunque no es la única- en diversos centros educativos se ha podido constatar que en estos aspectos se ha avanzado muy poco; generalmente las clases se siguen desarrollando de manera tradicional, centradas en el profesor y en la clase magistral, con estudiantes pasivos. La utilización de herramientas digitales generalmente se limita a la presentación de la información de manera más dinámica por parte del profesor, pero no se utilizan como herramienta didáctica para que el alumno se enfrente a situaciones de aprendizaje, de socialización, de construcción de conocimiento.

En el diálogo con los docentes se advierten dos razones que propician esta situación, por un lado, se encuentra el aspecto instrumental, es decir, la falta de equipo, de red de internet, deficiencia de las instalaciones eléctricas, etc., y por otro lado el aspecto pedagógico, es decir, el desconocimiento de estas herramientas digitales y su potencial pedagógico. Inclusive se puede afirmar, a partir de lo observado, que los docentes en formación, que evidentemente tienen un mejor manejo de la computadora, de las redes sociales, de las aplicaciones del celular; tampoco saben cómo constituir todos estos elementos en herramientas de aprendizaje debido a que desconocen en gran medida diferentes opciones digitales que se encuentran a la mano a través de internet. Vale la pena decir que diversos estudios coinciden con estas evidencias empíricas, por ejemplo, Carneiro, R., Toscano, J. y Díaz, T. (nd, p. 116) afirman en su estudio que:

Todo parece indicar, por lo tanto, que el desfase constatado entre expectativas y realidades no puede atribuirse únicamente a problemas de acceso. Ciertamente, el acceso del profesorado y del alumnado a las TIC es una condición necesaria que está aún lejos de cumplirse en muchos países, muchas escuelas y muchas aulas, por lo que es imprescindible seguir haciendo esfuerzos en este sentido; sin embargo, los estudios revisados indican también que en ningún caso puede considerarse una condición suficiente. Incluso cuando se dispone de un equipamiento y una infraestructura que garantiza el acceso a las TIC, profesores y estudiantes hacen a menudo un uso limitado y poco innovador de estas tecnologías.

Algo parecido ha ocurrido en la experiencia de trabajar con docentes estudiantes de maestría, a pesar de que su nivel de formación es a nivel de posgrado se ha podido observar que ellos tampoco tienen conocimiento de las diversas opciones que se tienen para incorporarlas a su práctica docente, se ha observado que el manejo de algunas de estas herramientas se limitan a un uso exclusivamente instrumental, desde la perspectiva de esta investigación, desperdiciando la oportunidad de fortalecer la creatividad, imaginación y enorme potencial creador de conocimientos y capacidades, de generar experiencias genuinas de aprendizaje en los estudiantes.

En el diálogo con los docentes se aprecia la convicción de que es necesario aprender las nuevas capacidades en el uso de la computadora y el internet, existe interés en incorporar estos conocimientos a su práctica docente, sin embargo, se desconocen las formas en que podrían capacitarse y no se cuentan con formas de organización, ya sea desde la dirección de la escuela o de forma colaborativa para intentar avanzar en un proceso que vincule el desarrollo de su currículum a través de la incorporación de estas herramientas digitales.

Es importante mencionar que cada uno de los aspectos que se han señalado, varían obviamente, dependiendo del contexto económico en donde se encuentran insertadas las escuelas, cada institución y cada profesor tienen características muy particulares, esto muchas veces se ha tomado como una excusa, sin embargo, existe una certeza y esta es que si bien hace cuarenta o treinta años existía una cierta homogeneidad en la conformación de los grupos y se podría decir que la mayoría de los estudiantes coincidían en sus condiciones económicas, en la actualidad esa realidad no se presenta, ahora, los grupos son sumamente heterogéneos y el nivel económico y adquisitivo de los estudiantes varía enormemente, dentro del salón podemos encontrar a un alumno que carece de lo más elemental incluyendo lo relacionado con la informática y el internet o tener un alumno que cuenta con todos los adelantos tecnológicos, mejores incluso de los que posee el propio docente, por lo tanto, el docente debe de estar preparado para ser el apoyo en el aprendizaje de uno u otro alumno.

Por consiguiente, es necesario tener consciencia por parte de los docentes que el desconocimiento de las alternativas digitales, de las oportunidades que presenta el internet, de la negación de incorporarlas a su práctica docente no hace más que reproducir cierto analfabetismo digital en sus estudiantes lo cual impacta directamente en la conformación del capital cultural de los estudiantes, capital con el que se posicionan y toman posición, pero también son posicionados en el mundo (Bourdieu, 2013).

Cabe añadir, que si bien es cierto, se requiere actualmente que los docentes tengan las capacidades profesionales, en el dominio y uso didáctico de las tecnologías, para poder lograr procesos de enseñanza y aprendizaje de acuerdo con los cambios que hoy operan en esta sociedad, denominada en algunos casos como de la información y la comunicación; la mera implementación de estas herramientas digitales no son la solución al rezago educativo, y tampoco la innovación de la práctica docente se circunscribe al uso o no de la computadora.

El problema es mucho más complejo y requiere de un análisis profundo y de una re significación de lo que significa el mismo acto de educar, de la función del docente y requiere por lo tanto una mirada aguda, crítica y reflexiva de la práctica docente y de la formación de los nuevos docentes ante el hecho inobjetable de que la tecnología, el internet y las TIC han impactado en todos los ámbitos de la vida en sociedad.

Si bien es cierto que los desafíos de los tiempos que nos corresponde vivir implican la incorporación de las herramientas digitales para promover una práctica docente más dinámica y la constitución de ambientes de aprendizaje y experiencias significativas, es importante no perder de vista, los efectos de vivir en una realidad social de la que los sujetos no pueden evadirse, que vivimos inexorablemente en una nueva sociedad llamada de la información y que trae consigo también múltiples consecuencias que no pueden ser obviadas, entre ellas nuevas formas de exclusión, socialización, legitimación y cohesión o nuevas formas de asimetrías.

Al respecto Sacristán, (2005, p. 42) señala:

No deberíamos dejarnos llevar por el deslumbrante poder que parecen tener constructos como el que nos ocupa para significar giros decisivos en el curso histórico de una sociedad y en la cultura, cuando, en realidad, lo que se está haciendo es articular discursos que enfocan unos aspectos y ocultan otros, sin que falten las ocasiones en las que su presencia y función es la de legitimar intereses dominantes muy concretos de carácter económico y político. Caracterizar a las Nuevas Tecnologías de la Información (NTI) o por la preponderancia del conocimiento, suele convertirse en muchos casos en una sinécdoque que lo engloba todo y oculta algunas carencias; es decir que eleva a lo que es un rasgo de la sociedad a la caracterización total de la misma, como si todo lo social se agotase en aquél, como si la sociedad mítica de la información fuese una realidad en toda la sociedad e igualmente para todos.

Recapitulando, lo anterior apenas nos permite vislumbrar algunos de los aspectos más importantes que contextualizan esta investigación; en los siguientes apartados de este capítulo se pretende realizar lo que corresponde a la problematización que “persigue como fin último la selección, estructuración y delimitación del problema de investigación” (García y García, 2005, p. 9). Consiguientemente, se incluyen enseguida las reflexiones, deliberaciones y revisión crítica del saber experto y reportes de investigación sobre el tema con el fin de identificar lo que se considera finalmente el problema de investigación.

Información, comunicación y conocimiento: desafíos del docente actual

A continuación, se abordan, de manera general, tres aspectos importantes relacionados con el mundo actual. Se ha considerado importante contemplarlos en este apartado para contribuir a la contextualización de esta investigación, son

aspectos profundos que están transformando la sociedad en todos los ámbitos -no son exclusivos de la esfera educativa- y han sido propiciados por el avance tecnológico y profundizados a partir de la pandemia: la información, la comunicación y el conocimiento. Dichos aspectos están relacionados con la alfabetización digital de los docentes y con el quehacer educativo, pero, sobre todo, impacta en los modos en que los sujetos se relacionan entre sí y con el mundo, las formas en que convivimos, trabajamos, divertimos, informamos y en sí, en todas las actividades y haceres inherentes al ser humano.

Comunicación: nuevas formas y sentidos con el otro.

Las formas en que nos comunicamos han cambiado de manera determinante. El desarrollo tecnológico ha impactado de manera contundente, para bien y para mal. En las últimas dos décadas hemos pasado -desde el punto de vista tecnológico- de una comunicación básica, rudimentaria, mediada por casetas telefónicas, escaso acceso a los teléfonos celulares y a la computadora; a una comunicación mediada por millones de smartphones que nos permiten comunicarnos de manera simultánea a través de audio y video a cualquier lado del mundo en cuestión de segundos, mensajes de whatsapp con la incorporación de nuevas formas en la forma de transmitir información, estados de ánimo y de escribir los datos.

Es necesario señalar de manera más exacta que:

La sociedad red no es el resultado del impacto de las tecnologías de la información en las estructuras sociales. Es una nueva forma social que está definida por la comunicación como uno de sus factores centrales. Por este motivo y también para comprender las transformaciones sociales, económicas y culturales asociadas al desarrollo de esta sociedad hemos de conceder un papel central a las prácticas comunicativas y, más concretamente, a los medios de comunicación (Castells, Tubella, Sancho, Roca, 2007, p. 143).

De modo que este apartado hace énfasis en la trascendencia de los medios de comunicación y de las formas en que nos comunicamos actualmente. Es importante reflexionar, sobre el impacto que ha tenido la transformación de las formas para transmitir lo que pensamos y sentimos o requerimos informar; estas nuevas maneras han venido acompañadas de una compleja plexus de formas de comportamiento, contradictorias, espontáneas, globales, que van desde la virilización hasta el aislamiento, la comunicación a través de las TIC es un signo de nuestros tiempos y no cabe la menor duda que en el desarrollo de la identidad colectiva, los medios y formas de comunicación han sido determinantes en la construcción de la realidad actual.

En la escuela también se refleja la incursión del celular, pasamos de “el celular está prohibido” al celular “como requisito para tomar la clase”, durante el periodo de la pandemia. Es actualmente, en muchas escuelas, herramienta de trabajo, recurso de los padres para saber cómo se encuentran sus hijos durante el día, frente a la ola de inseguridad, es la enciclopedia más completa, para buscar al instante información de cualquier índole.

Esta nueva realidad virtual ha develado importantes retos para la implementación efectiva de tecnologías educativas que apoyen a los docentes, y estos tienen que ver desde las brechas en las habilidades digitales de los docentes, la accesibilidad por parte de las instituciones y los estudiantes a la red de internet y el equipamiento adecuado que permita una efectividad y viabilidad de las herramientas tecnológicas disponibles.

Sociedad de la infodiversidad

En determinado momento se pensó que con el desarrollo tecnológico indudablemente estaríamos con la posibilidad de acceder a cantidad inconmensurable de información y por lo tanto la enorme posibilidad de transformar esa información en conocimiento. La realidad ha sido más compleja de lo se pensaba.

La cantidad de información falsa, las estrategias diseñadas desde diferentes fuentes de poder para manipular o tergiversar los datos, los intereses económicos y políticos, las estrategias geopolíticas y una innumerable cantidad de intereses han inundado la red de una enorme cantidad de información falsa, medias verdades o medias mentiras. Pareciera que estamos en la era de la desinformación.

Conocimiento a través de las TIC, la gran posibilidad

Uno de los grandes pendientes sigue siendo la apropiación de las TIC (Crovi, 2008) y muestra de ello sería la utilización de las mismas para generar conocimiento. Es importante señalar que a partir de la pandemia se dio un gran avance cuantitativo y cualitativo en ese sentido, sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer, además, como se ha señalado la utilización de las TIC no es el punto de llegada, es apenas el punto de partida, es el inicio para descubrir y construir nuevas formas de aprender, de experimentar, de explorar y atrevernos a transformar nuestra práctica.

El avance tecnológico, las nuevas formas de comunicación y el acceso a la información, nos ofrecen la gran posibilidad de avanzar en la construcción de conocimiento. Las nuevas ecologías del aprendizaje han sido un aspecto en el que se avanzó en la pandemia y son una gran posibilidad para alcanzar la apropiación de las TIC.

En la práctica docente, tanto para la enseñanza a distancia como presencial, dentro y fuera del contexto de la pandemia, estos tres aspectos son fundamentales y afectan de manera directa todo lo que sucede en la escuela: las funciones docentes más básicas, la comunicación efectiva entre el docente y sus estudiantes, la evaluación de aprendizajes, la toma de decisiones pedagógicas, el intercambio de mejores prácticas y la colaboración entre docentes fuera del ámbito escolar, solo por mencionar algunas.

1.1.1   Educación y TIC en el contexto venezolano

De acuerdo a diversos estudios, se ha demostrado que la introducción utilitarista de tecnología, es decir, la introducción de las TIC en los sistemas escolares no

transforma en automático los resultados en el aprendizaje de los estudiantes; en diversos estudios realizados por la UNESCO señalan que la introducción de las TIC a los sistemas escolares no transforman o no siempre, los resultados educativos debido a que estas herramientas son un complemento y no un sustituto de la práctica pedagógica (Kozma, 2014), la experiencia en nuestro país es un claro ejemplo.

En lo que concierne a la relación entre educación y política desde la perspectiva de Freire tendríamos que detenernos a reflexionar críticamente y observar cómo las políticas educativas implementadas en nuestro país se han regido por un interés económico, por una lógica de mercado, de consumismo en vez de estar dirigidas por criterios éticos y pedagógicos. Como muestra de lo anterior basta con recordar los programas que se han implementado en nuestro país en los últimos años, entre los que se cuentan: el Programa de canaimita , el Programa Habilidades Digitales para Todos (HDT), en el año 2009; el Programa INFOCENTROS. Es incalculable la inversión del estado venezolano  para modernizar los salones, regalar tabletas y computadoras y digitalizar libros; sin embargo, diversas voces exhiben la       corrupción y el fracaso de todos los proyectos digitales del Gobierno venezolano, acusan investigadores en educación y ha quedado documentado en diversos   reportajes “La historia y discurso se repiten, mientras no se tome conciencia de que la tecnología por sí misma no es la solución de los problemas en el aula, los problemas de calidad, equidad y cobertura no se podrán solventar solamente con la tecnología, no importa lo avanzada que esta sea” (Silva,2021,p.3), pero aunado a lo anterior, en nuestro país hemos padecido las consecuencias de un contexto caracterizado por una corrupción rampante, así como deficiencias y negligencias toleradas a lo largo de los últimos anos que nos han llevado del relumbrón tecnológico al fracaso digital en la educación de nuestro país.

Estos programas implementados a lo largo de varios anos han sido señalados por su evidente opacidad, al respecto David Calderón, de la organización civil Venezolanos Primero ha señalado que “El rezago digital es histórico y tiene que ver con superficialidad y con corrupción”.

Por consiguiente, la contingencia derivada por la pandemia ha hecho evidente, más que nunca, el atraso, fracaso y condiciones precarias con que enfrenta nuestro país al reto educativo en este contexto. Al respecto, Fernández, Herrera, Hernández, Nolasco y De la Rosa, (2020) señalan en la siguiente lista los aspectos más relevantes que el Covid-19 ha evidenciado en el sistema educativo venezolano.

  • Ausencia de una capacitación docente adecuada para incorporar las tecnologías de la información a la experiencia pedagógica cotidiana.
  • Malgasto y fraude en el uso de miles de millones de bolívares del erario en la “adquisición” de computadoras, laptops, tabletas y distintas tecnologías que  supuestamente se distribuyeron a docentes y a un número importante de estudiantes, pero de las que hoy pocos pueden echar mano para acceder a la educación en línea.
  • Precaria adaptación digital para su enseñanza en línea de los materiales didácticos que se utilizan de forma presencial en las diferentes asignaturas de los distintos niveles educativos.
  • Ausencia de servidores con la capacidad suficiente para dar acceso simultáneo a millones de usuarios.
  • Inexistencia de una política para atemperar el acceso desigual al internet con fines educativos para un número muy relevante de estudiantes del país
  • Limitada estrategia para garantizar la enseñanza de los aspectos fundamentales del currículo a través de la televisión estatal –la opción de utilizar Canal 11 y las televisoras de las entidades es insuficiente, pues de acuerdo a datos de la SCT dichas opciones sólo tienen cobertura del 50% del territorio nacional–, y no está siendo acompañada de guías efectivas para estudiantes, docentes y padres de familia, de forma que aquéllos que logran ver estas transmisiones, puedan potenciar los beneficios educativos de las lecciones transmitidas.

En definitiva, es importante señalar -se abordará más adelante- que la incorporación de las TIC no son la panacea de la educación, no transforman por sí mismas los resultados educativos, ya que son herramientas que complementan la práctica educativa, no la sustituyen; pero si aunado a esto, los procesos de incorporación o suministro tecnológico a las escuelas se encuentran marcados por la opacidad, corrupción e ineficiencia, entonces el desafío de una educación digital en Venezuela se vuelve colosal.

El Covid-19: Impacto en el contexto de esta investigación

El mundo siempre se ha transformado, pero nunca, a la velocidad que ahora sucede. Durante los últimos 30 años hemos sido testigos del cambio del mundo y de las sociedades: profundas variaciones económicas, procesos de globalización, una revolución tecnológica sin precedentes (biotecnología, nuevos materiales, robótica, etc.); un profundo deterioro ambiental, crisis del agua, calentamiento global, fenómenos de discriminación, desigualdad, exclusión y una pandemia a partir de la cual hemos visto escenarios impensables en todos los ámbitos de la vida  cotidiana, la huella de escenas crudas y dolorosas, como la partida de familiares, seres queridos y conocidos; las estadísticas muestran a nivel mundial, hasta febrero de 2023, aproximadamente 6.8 millones de muertes debidas al virus SARS- CoV-2 (STATISTA, 2023), sin embargo se ha considerado que las muertes asociadas a este virus alcanza la cantidad de casi quince millones de muertes, hasta ahora, en el mundo. Todo lo mencionado anteriormente y muchos otros fenómenos, procesos y acontecimientos, marcan y determinan el día a día en nuestro planeta.

Lo anterior ha traído como consecuencia una profunda transformación y ha incidido en diversos puntos de quiebre en aspectos fundamentales relacionados con los sujetos, entre ellos, procesos económicos, productivos, sociales y culturales; la concepción del mundo y el sentido de la vida. Al respecto Pozner (2000: 5) señala que “estas transformaciones están impactando con tanta fuerza que trastocan a su vez valores, instituciones y creencias de la vida individual y social. Su impacto alcanza una profundidad que la humanidad no pudo ni aun puede medir en su alcance y perspectivas. Se asiste a un estallido de las certezas y a una multiplicación de las incertidumbres”.

Se ha determinado colocar un apartado específico para hablar respecto de la pandemia que ha azotado al mundo desde el año 2020 en virtud del gran impacto que ha tenido en todos los aspectos de nuestra vida diaria. En este espacio se describen algunas de los acontecimientos más relevantes en torno a este proyecto de investigación, el desarrollo como tal del doctorado e inevitablemente en el ámbito personal, este punto de quiebre en la historia de la humanidad ha trascendental como para obviar de nuestra memoria, de la experiencia del doctorado y de los resultados de la investigación.

Es por ello que enseguida se realiza un análisis de la realidad a partir de la revisión de diversas fuentes, pero sobre todo se invita a reflexionar críticamente sobre la importancia de las TIC, no desde el punto de vista instrumentalista, sino como la posibilidad de co-construcción de espacios ubicuos de aprendizaje, formación y desarrollo personal que finalmente es la apuesta de este proyecto de investigación.

El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente, a la enfermedad derivada por un nuevo coronavirus (2019-nCoV) posteriormente clasificado como SARS-CoV2 causante del padecimiento COVID-19, como una pandemia. A partir de este momento las autoridades a nivel mundial comenzaron a diseñar medidas para enfrentar esa nueva amenaza.

El día 23 de marzo de 2020 inició en nuestro país la Jornada Nacional de Distanciamiento para ayudar a reducir el riesgo de propagación del COVID-19. Todavía en  ese momento la mayoría de la sociedad, incluyendo los actores del ámbito escolar considerábamos que tal contingencia sería cuestión de días, quizás semanas; se pensaba que esta jornada de Distanciamiento se vincularía con el periodo vacacional de Semana Santa y que después volveríamos a la normalidad, ¡qué lejos estábamos del porvenir!

La contingencia del COVID-19 nos colocó como seres humanos, en circunstancias nunca antes vistas, en un mundo que desconocíamos, donde pudimos observar fenómenos inéditos de salud pública, económicos, políticos, sociales y culturales; vivimos entre la incredulidad, el azoro, el miedo, la preocupación y el inmenso dolor de perder familiares, amigos, colegas, seres queridos y conocidos… y aún no termina.

Un año después, en una declaración del Secretario General de la ONU sobre la pandemia de la COVID-19 señaló:

Ha sido un año de edificios de oficinas vacíos, calles silenciosas y escuelas cerradas en gran parte del mundo. Felicito a las mujeres, los hombres y las personas jóvenes de todo el mundo por adaptarse a trabajar, aprender y vivir de nuevas maneras. Rindo homenaje al personal sanitario por su dedicación y sacrificio y a todos los demás trabajadores esenciales que han mantenido las sociedades en funcionamiento. Saludo a todos los que se han enfrentado a los negacionistas y a la desinformación, y han seguido los protocolos científicos y de seguridad. Han ayudado a salvar vidas.

El impacto derivado de la pandemia, como se ha observado, ha sido en todos los ámbitos de nuestra vida. Este trabajo de investigación no podría ser la excepción, más aún, considerando que prácticamente la mitad del mismo se ha desarrollado en el marco de lo descrito.

En el ámbito educativo, las autoridades escolares reorganizaron sus actividades y literalmente de un día para otro docentes y estudiantes se vieron obligados a llevar a cabo las actividades académicas a través del uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) esto generó una serie de nuevos problemas y la profundización de otros que ya existían, entre ellos, se puede mencionar la confirmación de un alto grado de analfabetismo digital de los docentes, estudiantes y padres de familia, la evidente inequidad en el acceso a equipos de cómputo adecuados e internet de calidad, la ausencia de espacios físicos para desarrollar actividades académicas desde la casa y la saturación de actividades académicas para los estudiantes bajo la supervisión de los padres, solo por mencionar algunas de estas circunstancias. Al respecto Bedacarratx señala lo siguiente (2020, p. 14).

Con las coordenadas clásicas (espacio-tiempo) radicalmente desordenadas (o en un nuevo orden que el mundo escolar desconocía), docentes de todos los niveles del sistema educativo hemos estado compelidos a actuar, a dar respuestas, a seguir educando, a seguir sosteniendo los sentidos de nuestro hacer. Esta primera respuesta colectiva y pronta compulsión a «no parar», a «no abandonar» a nuestros estudiantes, nos llevó́ a gran parte del profesorado a pretender replicar la presencia en lo virtual, a «dar» los mismos contenidos, a pretender lograr los mismos objetivos.

Este contexto y la urgencia por mantener la escuela funcionando, generó un enorme estrés, que repercutió en los estados psicoemocionales de estudiantes, docentes y padres de familia debido al confinamiento y al contexto en general; al respecto Pierre Levy advierte lo siguiente:

La pandemia de coronavirus tiene y seguirá teniendo efectos catastróficos no sólo en términos de salud física y mortalidad, sino también en las áreas de salud mental y economía, con consecuencias sociales, políticas y culturales que son difíciles de calcular. Ya se puede decir que la escala de sufrimiento y destrucción se acerca a la de una guerra mundial (Levy, 2020).

La escuela siguió funcionando, se avanzó de una manera sorprendente en la integración de las TIC a la mediación pedagógica de los docentes; con aciertos, es verdad, pero también con muchos errores. Este escenario expuso las inequidades, no solo de un sistema educativo, sino de un país, de una sociedad que observa con pasmo el retraso en prácticamente todos los ámbitos del Estado Venezolano, en este escenario surgió lo que se denominó a nivel mundial Enseñanza Remota de Emergencia (ERE).

Enseñanza Remota de Emergencia (ERE) y la compelación docente a enseñar

El propósito de este apartado es reflexionar acerca de cómo ha funcionado la escuela en el contexto derivado del COVID-19. En este marco, el docente prácticamente de un día para otro, sin ninguna otra alternativa, tuvo que enfrentarse a la necesidad de utilizar las TIC para desarrollar su práctica educativa. Desde la educación básica hasta los niveles de licenciatura y posgrado los docentes se vieron obligados a conformar diseños instruccionales, crear salas para videoconferencias, enviar actividades de trabajo por whatsapp o por correo electrónico, en pocas palabras, buscar las alternativas para mantener el proceso de aprendizaje de sus estudiantes.

Sin lugar a duda, se puede afirmar que los docentes en su gran mayoría ignoraban la denominación, características y sobre todo propósito de la ERE, no se profundizará en este aspecto porque no es el propósito de esta investigación, sin embargo, es necesario mencionarlo por las implicaciones y el impacto que esto ha tenido.

De acuerdo con Hodges, Moore, Lockee, Trust y Bond, (2020, p. 17) la ERE se describe como:

… un cambio temporal de la entrega de instrucción a un modo de entrega alternativo debido a circunstancias de crisis. Implica el uso de soluciones de enseñanza totalmente remotas para la instrucción o la educación que de otro modo se impartirían presencialmente o como cursos combinados o híbridos y que volverán a ese formato una vez que la crisis o la emergencia hayan disminuido. El objetivo principal en estas circunstancias no es recrear un ecosistema educativo robusto, sino más bien proporcionar acceso temporal a la instrucción y a los apoyos instructivos de una manera rápida y fácil de instalar durante una emergencia o crisis.

De acuerdo con lo anterior, surgen muchas preguntas en relación con el contexto COVID, el cierre de las escuelas, desde el nivel básico hasta las universidades y la Enseñanza Remota de Emergencia. ¿En qué medida los docentes contaron con la suficiente información para comprender que nos encontrábamos, al menos los primeros quince meses de la contingencia por COVID, bajo el paradigma de la ERE?

¿Tenían conciencia de que las experiencias de aprendizaje en línea bien planificadas son significativamente diferentes de los cursos ofrecidos en línea en respuesta a una crisis o desastre? ¿Comprendieron la necesidad de identificar las diferencias al evaluar en el contexto de la ERE? ¿Fueron sensibles y empáticos frente a las necesidades materiales y emocionales por parte de los estudiantes en el marco de la ERE? ¿En qué medida se trataron de imitar o replicar las estrategias de enseñanza del modo presencial en el contexto de la ERE? ¿Qué opinión tienen los estudiantes respecto a los procesos de enseñanza-aprendizaje bajo la dinámica de la ERE?

La emergencia derivada de la contingencia por el COVID-19, evidenció la falta de preparación para trabajar en esta modalidad, la necesidad de que la escuela siguiera funcionando obligó a realizar múltiples reestructuraciones en diversos aspectos de las organizaciones educativas. Se pudo observar que cada institución, cada docente, recurrió a las más diversas estrategias para poder llevar a cabo las actividades de aprendizaje, desde los mensajes con actividades e instrucciones por whatsapp, el uso del correo electrónico, la utilización de clases en línea, el manejo de la herramienta Google Classroom y posteriormente en agosto de 2020 la implementación del programa Aprende en Casa, por parte de la SEP, mediante el cual las clases serían transmitidas por canales de TV abierta y privada, así como a través del de YOUTUBE de la SEP, entre otras estrategias.

Al respecto Puiggrós (2020, p. 37) señala lo siguiente:

La mayor parte de los educadores se vieron enfrentados a la necesidad de adquirir rápidamente saberes tecnológicos y –lo que es más impactante– nuevas formas de comunicación con sus estudiantes. Desde el primitivo uso del teléfono o de notas entregadas con el paquete de comida para hacer llegar tareas escolares a los chicos, hasta WhatsApp, videoconferencias y aulas informáticas, rompieron una rutina que llevaba ya más de un siglo y medio. El salto tecnológico fue desigual e inorgánico, pero muy amplio.

La Enseñanza Remota de Emergencia fue el punto de partida para plantearnos, métodos, estrategias y técnicas para continuar aprendiendo, se modificaron los canales para el envío y recepción de información en los procesos de enseñanza, todo esto a medida que aparecían necesidades y limitaciones de recursos y circunstancias que cambiaban rápidamente.

La necesidad de usar las tecnologías digitales para asegurar que la enseñanza remota en sus distintos escenarios no se interrumpiera, mostró diferentes problemáticas, no solo en el aspecto tecnológico, sino también del organizativo, ya que exigió cambios en cuanto los procesos de planeación de las clases, a la par se percibió la disminución de la calidad de los cursos impartidos, específicamente en cuanto a la distinción de los materiales de aprendizaje que deben ser aprendidos y aquellos que deben ser pospuestos durante el tiempo que dure el problema, conocido como disolución del currículum escolar. En este sentido, al igual que el profesorado, tanto el alumnado, como sus familias, se han visto en la necesidad de adaptarse a los requerimientos, herramientas e instrumentos mínimos para continuar con el temario y las tareas escolares desde casa de tal manera que el apoyo familiar en los hogares que se encuentran en confinamiento resulta determinante para el éxito de la estrategia de aprender en casa (Portillo, Castellanos, Reynoso y Gavotto, 2020).

En los últimos meses hemos transitado a otras experiencias educativas: la educación en línea y el modelo híbrido y continuamos bajo la contingencia derivada por el COVID-19 pero mucho hemos avanzado y también hemos descubierto elementos importantes que se abordarán más adelante, baste por ahora resaltar dos aspectos. El primero, la necesidad de encontrar formas de proporcionar continuidad de enseñanza y ayudar al profesorado a desarrollar habilidades para trabajar y enseñar en entornos remotos, además repensar, a partir del aprendizaje de esta experiencia, cómo responder institucionalmente de una manera más adecuada, frente a la posibilidad de la recurrencia de cerrar nuevamente, parcial o totalmente la escuela en el escenario de nuevos picos u olas de contagio por la pandemia.

El segundo aspecto tiene que ver con el reconocimiento que los docentes han realizado por más de un año, la escuela siguió funcionando, en retrospectiva, se considera desde aquí que los resultados han sido positivos a pesar de que no estábamos preparados para la crisis, más que evidenciar posibles fallas, debemos reconocer la labor docente que, dadas sus propias circunstancias, tuvieron la determinación, con sus propios medios de sacar adelante a sus estudiantes, adaptaron sus propios recursos tecnológicos, inmuebles y familiares; sobreponiéndose a problemas de telecomunicaciones, afectaciones familiares por la enfermedad, factores económicos y otros, siempre en pro de la formación de sus estudiantes y del proceso educativo.

En lo anterior ha tratado de describir lo que sucedió en el interior mismo del desarrollo de este doctorado y en el escenario en que se desarrolló el trabajo empírico para esta investigación.

Finalmente, se comparte la dirección web de una imagen interactiva creada por Sonia Lorena Esperón Lorenzana.

Figura 3. http://view.genial.ly/5fb34b732e26ac0ceb7dbfa4/interactive-image-imagen-interactiva.

La Gentrificación digital, consecuencia del COVID-19

El concepto de gentrificación proviene del urbanismo y entre otros aspectos, alude a cómo la población humilde original de un espacio geográfico resulta desplazada por otra de mayor poder adquisitivo que sí puede afrontar los elevados costos de los inmuebles. Es un concepto que cada vez tiende a utilizarse más frecuentemente en otras áreas del conocimiento; es por ello, que desde un punto de vista pedagógico se ha incorporado en esta investigación para poder interpretar lo que ha sucedido a partir de la contingencia derivada por el COVID-19 en relación al acceso por parte de estudiantes y docentes a lo que se denominó Enseñanza Remota de Emergencia.

La contingencia del COVID -19 a partir del mes de marzo de 2020 nos colocó como seres humanos, en circunstancias nunca antes vistas, en un mundo que desconocíamos, donde pudimos observar fenómenos de salud pública, económicos, políticos, sociales y culturales, inéditos, vivimos entre la incredulidad, el azoro, el miedo, la preocupación y porque no decirlo, nos enfrentamos al dolor de la pérdida del conocido, el vecino, el colega, el amigo, el ser querido.

En lo que concierne a la educación, los docentes no estuvieron ajenos al impacto de este contexto y prácticamente de un día para otro, sin ninguna otra alternativa, tuvieron que enfrentarse a la necesidad de utilizar las TIC para desarrollar su práctica educativa.

Desde la educación básica hasta los niveles de licenciatura y posgrado los docentes se vieron obligados a conformar diseños instruccionales, crear aulas para videoconferencias, enviar actividades de trabajo por whatsapp o por correo electrónico, en pocas palabras, buscar las alternativas para mantener el proceso de aprendizaje de sus estudiantes.

En retrospectiva, desde el día 23 de marzo de 2020 que inició la Jornada Nacional de Distanciamiento para ayudar a reducir el riesgo de propagación del COVID-19, hasta la fecha, se avanzó de una manera sorprendente en la integración de las TIC a la mediación pedagógica de los docentes; con aciertos, es verdad, pero también con muchos errores. Este escenario expuso las inequidades, no solo de un sistema educativo, sino de un país, de una sociedad que observa con pasmo el retraso en prácticamente todos los ámbitos del Estado Venezolano.

La obligación en todos los niveles educativos de realizar las actividades educativas a través del uso de la tecnología, generó, una enorme cantidad de fenómenos interesantes, prueba de ello es el analfabetismo digital de los docentes, el estrés generado en estudiantes, padres de familia y docentes, la saturación de actividades, las deficiencias técnicas relacionadas con equipos de cómputo obsoletos, difícil acceso a internet y no se puede soslayar los estados psico-emocionales de estudiantes y docentes debido al confinamiento y al contexto en general, entre muchos otros. Sin embargo, es importante señalar, que un aspecto que se pretende analizar con mayor detalle es el de la práctica docente porque es uno de los aspectos centrales de esta investigación y la coincidencia con la pandemia del COVID-19 no puede ser soslayada.

En otras palabras en este periodo que ha durado el confinamiento derivado por el COVID-19 se ha constatado lo que en esta investigación hemos denominado gentrificación digital, es decir el desplazamiento de las personas con menores recursos hacia las orillas, alejadas del centro de fuerza en donde se desarrollaron las actividades académicas, donde quedan invisibilizadas, tal como siempre sucede en este modelo económico capitalista, donde la exclusión, es uno de los signos característicos de los tiempos modernos.

La gentrificación digital expuso, aún más, la precariedad de una gran parte de la sociedad, de las escuelas de nuestro país; se evidenció además del analfabetismo digital de los docentes, la carencia de equipos actualizados para funcionar con plataformas básicas en la actualidad para desarrollar una educación a distancia como Zoom o Teams.

La gentrificación digital mostró de manera fehaciente la enorme brecha que existe entre una cultura digital y una cultura analógica; porque esta brecha no solo hace referencia a la falta de accesibilidad a tecnología, internet, se convierte en una brecha social, por lo tanto, estamos hablando de la pérdida de oportunidades para incorporarse al desarrollo, para acceder a servicios básicos, a la cultura; la pandemia ha sido particularmente más dura con la población más vulnerable. La gentrificación digital indudablemente lo que ha provocado es ampliar esa brecha que divide, aún más, a las generaciones y grupos sociales en términos económicos, sociales, culturales y sanitarios.

Alfabetización digital docente: Análisis y reflexión

Una fase fundamental de esta investigación ha sido la que corresponde al estudio del estado del arte. Es importante reiterar que el estado del arte es conocer el estado actual del tema de investigación en específico, en otras palabras, identificar ¿Qué se ha investigado sobre el tema de mi investigación? ¿Cuáles son los antecedentes investigativos? Recordar que la ausencia de dato, es un dato y finalmente precisar que el Estado del arte implica una revisión, lectura, análisis y selección.

En el caso particular de esta investigación se llevó a cabo una búsqueda de bibliografía, principalmente tesis, pero también se recurrió a revisar, artículos académicos, revistas, páginas web, libros, que abordan el tema de investigación con la finalidad de identificar los objetivos, marcos teóricos, diseños metodológicos, hallazgos y resultados.

Para realizar esta tarea se utilizaron diferentes herramientas para llevarla a cabo, un ejemplo de ellas es la herramienta PADLET, de la cual se muestran algunas evidencias.

Figura 4. Padlet del proceso de análisis documental 1. Fuente: Elaboración propia.

Figura 5. Padlet del proceso de analisis documental 2. Fuente: Elaboración propia.

Se expone a continuación información obtenida a través de este proceso de revisión y se destacan algunos de los referentes que destacan por su aportación a esta investigación.

  • De la información obtenida a partir de los textos consultados también se determinó que la investigación que se presenta responde al paradigma cualitativo, con un enfoque de Investigación-Acción Participativa, desde este enfoque, se deriva una perspectiva que focaliza los fenómenos educativos denominada Investigación para el Diseño Educativo (EDR).
  • En el análisis de la literatura investigada se pudo observar que hay consenso sobre la importancia de la alfabetización digital de los docentes y el uso de las TIC como un elemento que contribuye a innovar su práctica docente, sin embargo, considero que falta profundizar en los ¿Cómo?, bajo estas circunstancias, esta investigación contribuye en ese sentido. Es importante destacar que la metodología adoptada (EDR) enfatiza que esta perspectiva responde a un problema contextual específico, no pretende llegar a generalizaciones.
  • A partir de literatura revisada observé que la narrativa como estrategia pedagógica para la formación de docentes a partir de la documentación narrativa de sus experiencias, no es algo nuevo y es una línea de investigación utilizada por diversos autores, entre otros, Daniel Suárez como uno de los principales; sin embargo, la incorporación de las herramientas digitales y su enorme potencial vinculadas con la narrativa personal como elementos para promover la alfabetización digital, considero que es un campo que se debe explorar y en donde esta investigación puede contribuir al conocimiento.
  • Como parte de este proceso dialéctico en la investigación, se asumió la propuesta de Moisés Esteban-Guitart de la Multimetodología Autobiográfica Extendida (MAE) como parte importante al momento de diseñar el Curso- taller  como parte importante del diseño metodológico de esta investigación.
  • Es importante señalar que un concepto que se incorporó en esta investigación se denominó Elemento Significante. Esta es una propuesta personal que surge a partir de lo vivenciado de la contingencia derivada por el COVID-19 y después de reflexionar ¿Qué sigue después de la Enseñanza Remota de Emergencia? Considero que la propuesta de esta investigación debe integrar de manera contundente los “elementos significantes” como un aspecto fundamental para reflexionar, resignificar y revalorizar el sentido de diversos aspectos tan profundos y complejos como la vida misma, la educación, la docencia, la comunicación, etc.
  • El concepto de Elemento Significante es una tarea que se está realizando actualmente con la finalidad de sustentar su incorporación en esta investigación.
  • Definitivamente el análisis de la literatura permitió determinar contundentemente que esta investigación pretende aportar al estudio de las diversas estrategias que se pueden utilizar para alfabetizar digitalmente a los docentes, más allá del dominio instrumental de las TIC, focaliza la práctica docente como el proceso más importante a transformar.
Escenario específico de la investigación

El propósito del siguiente apartado es exponer el escenario en el que se desarrolló esta investigación, para ello, se abordan tres aspectos: El primero, hace referencia a los antecedentes de la investigación, indudablemente, implica parte de la biografía personal, pero se ha considerado necesario para comprender el sentido y propósito de esta investigación. El segundo aborda el impacto de la pandemia derivada del COVID-19 en este proyecto, ya que esta contingencia transformó lo planeado durante los dos primeros años del doctorado. Finalmente, el tercer aspecto se refiere al enfoque de esta investigación, aspectos que se desarrollan a detalle en el capítulo correspondiente al desarrollo metodológico.

El interés por la problemática de esta investigación surge desde el contexto de la experiencia y la evidencia empírica de dos trayectos de mi vida: el primero, haber laborado en la  Universidad Nacional Experimental de Guayana  durante 17 anos y en sistema de educación media  venezolano durante 15 anos y de la experiencia como docente de posgrado y mi relación con una gran cantidad de estudiantes que se desempeñan como docentes de diferentes niveles y que me permitió conocer de su realidad, habilidades, saberes y conocimientos en relación a las TIC y su práctica docente.

Indudablemente, sería muy interesante que se pudiera leer la documentación histórica de los procesos y experiencias que se han suscitado en la incorporación de las TIC en las escuelas, pero no es el propósito del presente proyecto de investigación, sin embargo, se ha considerado pertinente expresar un contexto biográfico para comprender la preocupación y la intención de la presente

Indudablemente, sería muy interesante que se pudiera leer la documentación histórica de los procesos y experiencias que se han suscitado en la incorporación de las TIC en las escuelas, pero no es el propósito del presente proyecto de investigación, sin embargo, se ha considerado pertinente expresar un contexto biográfico para comprender la preocupación y la intención de la presente investigación.

A partir de la identificación de ese problema surge la inquietud de aportar en su solución y de construir un proyecto de investigación, que más allá de una investigación documental, trascienda a partir de la praxis, razón por la cual se ha determinado el diseño de la investigación y sus objetivos.

Figura 6. Problemática de la investigación. Fuente: Elaboración propia.

Planteamiento y propósito de la investigación

A partir de lo analizado en la contextualización se puede observar que en la actualidad, la tecnología ha impactado en cada ámbito de nuestras vidas, reconfigurando la forma en que aprendemos, nos comunicamos y comprendemos el mundo que nos rodea. La educación no está exenta de esta transformación, y la alfabetización digital se ha convertido en una competencia esencial para educadores y estudiantes por igual. Sin embargo, el proceso de dotar a los docentes con habilidades digitales va más allá de la adquisición técnica; debe evolucionar hacia un enfoque que promueva la emancipación y el empoderamiento de los educadores en su práctica pedagógica. Esta reflexión plantea la base conceptual y el propósito de esta investigación aspira a nutrir una alfabetización digital docente desde un prisma transformador y participativo.

En este viaje hacia la alfabetización digital docente transformadora, se reconoce la importancia de adoptar una pedagogía crítica como fundamento. La pedagogía crítica cuestiona las estructuras de poder presentes en la educación y se esfuerza por fomentar la reflexión, la conciencia social y la acción transformadora. En el contexto de la alfabetización digital, esta perspectiva implica ir más allá de las destrezas técnicas superficiales y adentrarse en una comprensión profunda de cómo las tecnologías digitales impactan la enseñanza y el aprendizaje.

Una característica central de esta investigación radica en su enfoque participativo y colaborativo. Reconociendo que el conocimiento no es propiedad exclusiva del investigador, se busca establecer un terreno en el que los docentes sean agentes activos en su propia transformación. Los docentes no son meros receptores pasivos de información, sino que poseen una riqueza de experiencias y saberes que pueden enriquecer significativamente la investigación. Esta colaboración se fundamenta en la idea de “seres sentipensantes”, abrazando la complejidad de la condición humana y reconociendo la interconexión entre la razón y la emoción en el proceso de aprendizaje.

El objetivo último de esta propuesta de investigación de doctorado es trascender los límites del saber académico convencional. Más allá de la acumulación de datos y teorías, se aspira a contribuir en procesos reflexivos para empoderar a los docentes y se conviertan en agentes de cambio en sus aulas y comunidades educativas. La investigación se erige como un espacio de diálogo y transformación mutua, donde el investigador y los participantes colaboran para tejer una red de conocimiento enriquecedor y significativo.

En resumen, esta reflexión sienta las bases para realizar esta investigación que busca nutrir una alfabetización digital docente transformadora desde una perspectiva de pedagogía crítica y participativa. Reconoce la importancia de los docentes como agentes activos de su propia transformación y resalta la necesidad

de ir más allá de las habilidades técnicas para abrazar una comprensión profunda y reflexiva de cómo la tecnología puede mejorar la práctica pedagógica. En última instancia, esta investigación pretende catalizar un proceso de empoderamiento y emancipación que repercuta en la experiencia educativa de docentes y estudiantes por igual.

Objetivo general
  • Construir una propuesta pedagógica que contribuya a la alfabetización digital de los docentes para avanzar hacia procesos innovadores de aprendizaje, incorporando el uso de las TIC en una escuela post pandemia.
Objetivos particulares
  • Vislumbrar la reconfiguración del contexto que da sentido y sustancia al hacer cotidiano del docente en relación con el uso de las TIC a partir de la pandemia.
  • Analizar la resignificación epistemológica  del docente  partir de su experiencia en este escenario educativo de la COVID-19.
  • Explorar sobre los fundamentos filosóficos  de los docentes en relación a los aspectos socioemocionales como fuente de aprendizajes de vida y no formales durante la pandemia.
  • Generar un conjunto fundamentos teóricos metodológicos, que contribuyan a la alfabetización digital de los docentes a fin de fortalecer su mediación pedagógica  de las TIC como elemento innovador hacia una escuela en la post pandemia.
Enfoque y estructura de la investigación

La presente tesis doctoral expone el desarrollo del tipo investigación- acción participativa, recibe este nombre en virtud de que está orientada a cuestiones de mejora y cambio social. Hay que destacar que está basada en el paradigma cualitativo, y realizada a través de dos perspectivas predominantes, la interpretativa y la crítica. Hace referencia también a situaciones problemáticas susceptibles de cambio; al diagnóstico comprensivo de un problema desde los propios actores sociales para guiar la acción.

Esta investigación pretende dar cuenta de cada uno de los pasos de la investigación y de la experiencia del proceso de intervención al aplicar la propuesta que se ha construido desde aquí. Es importante destacar el carácter de investigación cualitativa y resaltar la flexibilidad de este paradigma en el proceso de investigación, proceso que “siempre está abierto, en movimiento, pleno de los secretos que deberá develar la mirada aguda pero discreta y respetuosa del observador. Esta mirada tiene que ser lo suficientemente ajena como para no invadir, suficientemente diestra para descubrir, suficientemente humilde para reconocer el valor de otras miradas” (Vasilachis, 2006, p. 21).