PREVALENCIA Y CARACTERIZACIÓN DE CÁNCER DE TIROIDES EN PACIENTES ATENDIDOS EN EL HOSPITAL REGIONAL DE CUIDAD DEL ESTE

PREVALENCE AND CHARACTERIZATION OF THYROID CANCER IN PATIENTS TREATED AT THE REGIONAL HOSPITAL OF CUIDAD DEL ESTE

REGISTRO DOI: 10.5281/zenodo.8033711


kim Fonseca Gomes de Sá1
Amanda Colle Rebelatto1
Beatriz Dias Campos1
Matheus Mauricio Barros da Silva1
Isabele Vitalino de Oliveira1
Priscila Almeida de Aguiar1


RESUMO

El cáncer de tiroides es un tipo de cáncer que se origina en las células de la tiroides, una glándula con forma de mariposa ubicada en la base del cuello. La tiroides es responsable de producir hormonas que regulan el metabolismo del cuerpo. Existen varios tipos de cáncer de tiroides, siendo los más comunes el carcinoma papilar y el carcinoma folicular. El carcinoma papilar es el tipo más común y por lo general crece lentamente. El carcinoma folicular es menos común pero también tiende a ser de crecimiento más lento. A menudo, el cáncer de tiroides no causa síntomas perceptibles en las primeras etapas. A medida que el tumor crece, puede causar un bulto o masa palpable en el cuello, dolor de cuello, ronquera, dificultad para tragar o respirar y agrandamiento de los ganglios linfáticos en el cuello. El tratamiento del cáncer de tiroides depende del tipo y la etapa del cáncer, pero generalmente implica una cirugía para extirpar toda o parte de la tiroides (tiroidectomía). En algunos casos, también se puede necesitar radioterapia y quimioterapia. Las perspectivas de recuperación del cáncer de tiroides son generalmente buenas, especialmente para los tipos más comunes. La tasa de supervivencia a cinco años es alta, especialmente cuando el cáncer se detecta a tiempo y se trata adecuadamente. El seguimiento regular con pruebas médicas es importante para monitorear cualquier recurrencia o progresión del cáncer.

Palabras clave: CÁNCER DE TIROIDES; PREVALENCIA; ENDOCRINO

ABSTRACT

Thyroid cancer is a type of cancer that originates in the cells of the thyroid, a butterfly-shaped gland located at the base of the neck. The thyroid is responsible for producing hormones that regulate the body’s metabolism. There are several types of thyroid cancer, the most common being papillary carcinoma and follicular carcinoma. Papillary carcinoma is the most common type and usually grows slowly. Follicular carcinoma is less common but also tends to be slower growing. Thyroid cancer often does not cause noticeable symptoms in the early stages. As the tumor grows, it can cause a palpable lump or mass in the neck, neck pain, hoarseness, difficulty swallowing or breathing, and enlarged lymph nodes in the neck. Treatment of thyroid cancer depends on the type and stage of the cancer, but usually involves surgery to remove all or part of the thyroid (thyroidectomy). In some cases, radiation therapy and chemotherapy may also be needed. The outlook for recovery from thyroid cancer is generally good, especially for the more common types. The five-year survival rate is high, especially when the cancer is caught early and treated properly. Regular follow-up with medical tests is important to monitor for any recurrence or progression of the cancer.

Keywords: THYROID CANCER; PREVALENCE; ENDOCRINE

INTRODUCTION

Es indiscutible que el cáncer es una enfermedad que aqueja a innumerables personas a nivel mundial, siendo un grave e impactante problema de salud pública, en este contexto se destaca el cáncer de tiroides, que aunque no es tan común, es la principal neoplasia maligna endocrina, sin embargo, tiene una baja tasa de mortalidad1.

La principal manifestación de esta enfermedad son los nódulos, lo que no significa que todo nódulo deba considerarse cáncer. El tumor tiroideo maligno se puede clasificar en carcinoma papilar, carcinoma folicular, carcinoma medular y carcinoma anaplásico, actualmente el carcinoma papilar se considera el más frecuente. Se puede diagnosticar mediante una combinación de pruebas clínicas, de laboratorio y de imagen, como: examen físico e historial médico, análisis de sangre para verificar los niveles de hormona tiroidea, ultrasonido, biopsia, tomografía computarizada, resonancia magnética y gammagrafía tiroidea2.

El tratamiento para el cáncer de tiroides puede variar según el tipo y la etapa del cáncer, así como las características individuales del paciente. Sin embargo, por lo general implica una combinación de cirugía, terapia con yodo radiactivo y terapia hormonal3.

La prevención del cáncer de tiroides pasa por la adopción de hábitos saludables y la detección precoz de la enfermedad. Aunque no es posible prevenir por completo el desarrollo del cáncer de tiroides, existen algunas medidas que pueden reducir el riesgo y aumentar las posibilidades de detección temprana. Entre ellos: autoexamen de tiroides, dieta balanceada y exámenes regulares4.

METODOLOGIA

Este estudio es un estudio transversal observacional, descriptivo y retrospectivo que tiene como objetivo investigar la prevalencia y caracterización del cáncer de tiroides en el Hospital Regional de Ciudad del Este en Paraguay, utilizando las historias clínicas de pacientes diagnosticados con cáncer de tiroides en un cierto período de tiempo.

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

1.1GLÁNDULA TIROIDES

La glándula tiroides es una estructura endocrina que tiene forma de mariposa, compuesta por dos lóbulos conectados por una región central llamada istmo. Cubre las caras anteriores del segundo al cuarto anillo de la tráquea. Es un órgano ricamente vascularizado, que recibe riego sanguíneo de las arterias tiroideas superiores e inferiores1.

La tiroides juega un papel crucial en la regulación del metabolismo del cuerpo a través de la producción de hormonas tiroideas por parte de las células foliculares: triyodotironina (T3) y tiroxina (T4). Su función es secretar la cantidad necesaria de hormonas tiroideas para desempeñar un papel esencial en el crecimiento y desarrollo, la regulación de la temperatura corporal, el metabolismo energético, la función cardiovascular, la función neuromuscular y el mantenimiento del equilibrio hormonal en todo el organismo1,2,3.

Para regular las hormonas tiroideas, el hipotálamo secreta TRH (hormona liberadora de tirotropina, cuyo objetivo es la hipófisis, que al ser estimulada por la TRH tiene la función de liberar TSH (hormona estimulante de la tiroides) al torrente sanguínea, que llega a la tiroides y estimula la secreción de T3 y T4. Todo este proceso está regulado por una retroalimentación negativa sobre las concentraciones de T3 y T43,4.

1.2 CÁNCER DE TIROIDES

Mientras realiza sus funciones fisiológicas vitales, la glándula también está sujeta a diversas condiciones patológicas, siendo el cáncer de tiroides una de ellas. Histológicamente, su composición normal se basa en dos tipos principales de células parenquimatosas, siendo el primer tipo las células foliculares que pueden dar lugar a cánceres papilares, foliculares o anaplásicos y el segundo tipo las células parafoliculares, que pueden dar lugar al carcinoma medular de tiroides1,4.

1.2.1 Epidemiología

El cáncer de tiroides es raro, alrededor del 1% entre otros tipos, pero entre las neoplasias endocrinas malignas es más común. En 2020, la incidencia mundial fue de 10,1 por 100 000 mujeres y 3,1 por 100 000 hombres, y las tasas de mortalidad fueron de 0,5 por 100 000 mujeres y 0,3 por 100 000 hombres1,5,6.

Apesar de ser considerado el carcinoma endocrino más frecuente, no se dispone de suficiente información sobre sus características epidemiológicas y anatomopatológicas en Paraguay, además de no contar con un Registro Nacional de Tumores, actualizado, sin embargo, según el atlas de mortalidad por cáncer en Paraguay, entre 2015 y 2019, el cáncer de tiroides representó el 1,11 % de las muertes por cáncer en mujeres y el 0,64 % de las muertes por cáncer en hombres7,8.

La discrepancia entre el número total de casos de cáncer de tiroides y muertes refleja la naturaleza relativamente indolente y la excelente supervivencia. Es decir, su prevalencia es mayor en mujeres que en hombres, y está presente en un amplio rango de edad, entre 25 y 65 años7,9,10.

La incidencia del cáncer de tiroides aumenta con la edad, siendo raro en niños y adolescentes y ocurriendo de 2 a 4 veces más en mujeres que en hombres. Sin embargo, el riesgo de que un nódulo sea maligno es mayor en los extremos de edad (niños y ancianos) y en el sexo masculino6,11.

Su incidencia parece aumentar 4% cada año. Este aumento se ha atribuido a factores como los avances en los métodos de detección, las mejoras en el diagnóstico y una mayor concienciación sobre la enfermedad. En las últimas décadas ha habido un aumento en la incidencia de cáncer de tiroides, sin embargo, este hecho probablemente se deba al aumento en el diagnóstico de la enfermedad, no a un verdadero aumento en la ocurrencia de cáncer de tiroides, ya que ha habido un avance en el uso de ultrasonido4,7,8,12.

1.2.2 Factores de Riesgo

Actualmente, debido al gran acceso y facilidad a la tecnología, exámenes de imagen y más interés en una buena calidad de vida, la gran mayoría de los tumores de tiroides se vuelven indolentes y se detectan de manera incidental, en la mayoría de los casos se identifican “accidentalmente”, por medio de tiroides. cribado, pruebas de imagen por causas ajenas o investigación diagnóstica de patologías tiroideas benignas, por lo que es muy difícil identificar verdaderos factores de riesgo de esta patología. Haciendo así el término “factor de riesgo”, en el contexto del cáncer de tiroides, cualquier característica o exposición que aumente la probabilidad de un diagnóstico de cáncer de tiroides13.

Sin embargo, podemos dividir los factores de riesgo en dos, modificables y no modificables.

1.2.2.1 Factores de riesgo modificables (o potencialmente modificables)

Hasta hace poco, la exposición infantil a la radiación ionizante se consideraba el único factor de riesgo modificable establecido para el cáncer de tiroides. Pero con el tiempo, otros factores de riesgo modificables sugieren13.

La exposición a la radiación ionizante en la región de la cabeza y el cuello en la infancia sigue siendo el factor de riesgo modificable mejor establecido y común para el cáncer de tiroides13,14.

La incidencia de la enfermedad está relacionada con la exposición de la tiroides a dosis de 200 a 700 rads durante la niñez o juventud, pero tiene un tiempo de latencia de 5 a 30 años15.

La investigación diagnóstica de afecciones tiroideas benignas como nódulos tiroideos, bocio, hipertiroidismo, hipotiroidismo, tiroiditis puede resultar en la detección temprana e incidental del cáncer de tiroides, ya que las sospechas de estas enfermedades benignas pueden servir como incentivo para buscar ayuda médica, posibilitando así la investigación. de carcinoma de tiroides, ya que también puede estar precedida de enfermedad tiroidea benigna13.

Los factores dietéticos como el exceso o la deficiencia de yodo también son aspectos importantes. El yodo juega un papel clave en la función normal de la glándula tiroides, la deficiencia de yodo en la dieta se asocia con un mayor riesgo de cáncer de tiroides debido a este papel esencial que el yodo. Esta deficiencia es un factor de riesgo importante para varios tipos de enfermedad tiroidea benigna, incluidos el bocio y el hipotiroidismo, mientras que el exceso de yodo puede inducir disfunción tiroidea en pacientes con ciertos factores de riesgo, como enfermedad tiroidea preexistente, ancianos, fetos y recién nacidos13.

Factores metabólicos como la obesidad/exceso de adiposidad están relacionados con inflamación crónica de bajo grado caracterizada por activación inespecífica del sistema inmunológico, por el aumento de factores inflamatorios y producción de diversas citocinas y adipocinas. Estos elementos pueden determinar directa o indirectamente la proliferación celular y promover la tumorigénesis en varios tejidos, incluida la glándula tiroides16.

En los últimos años, muchos estudios han investigado la relación entre la obesidad y el cáncer de tiroides. Se estima que un aumento de cinco puntos en el IMC y un aumento de 0,1 puntos en la relación cintura-cadera aumentan el riesgo de TC en un 30 % y un 14 %, respectivamente15,16.

1.2.2.2 Factores de riesgo no modificables

Los antecedentes familiares y las condiciones hereditarias aumentan el riesgo de cáncer de tiroides ya que el carcinoma de tiroides no medular familiar tiene una de las predisposiciones hereditarias más altas, el 5% de los casos de FNMTC se pueden encontrar en síndromes de cáncer hereditario, sin embargo, más del 90% es esporádico en naturaleza14.

El sexo femenino también es un factor de riesgo, ya que, como la mayoría de las patologías tiroideas, el carcinoma también es más frecuente en este grupo15.

1.2.3 Clasificación

Con respecto a la clasificación de los cánceres de tiroides, existen diferentes subtipos que se pueden identificar. Los principales tipos histológicos incluyen carcinoma papilar, carcinoma folicular, carcinoma medular y carcinoma anaplásico. Cada uno de estos subtipos tiene características distintas en términos de origen celular, comportamiento clínico y opciones de tratamiento. Comprender estas diferencias es fundamental para desarrollar estrategias terapéuticas adecuadas y personalizadas para cada paciente. Además de la clasificación histológica, la clasificación de los cánceres de tiroides también puede tener en cuenta otros aspectos, como el estadio de la enfermedad, la presencia de metástasis y la valoración del riesgo de recurrencia11.

1.2.3.1 Carcinoma papilar

El carcinoma papilar de tiroides representa la mayoría de los carcinomas de tiroides (70-80%), siendo el menos agresivo debido a la metástasis lenta y la baja invasividad17.

Histológicamente, los PTC se originan a partir de células foliculares tiroideas y se caracterizan por papilas compuestas por un tejido conectivo vascular rodeado por células epiteliales neoplásicas. Presenta cuerpos de psamoma, que son calcificaciones concéntricas, y núcleos con cromatina finamente dispersa15,18.

Macroscópicamente, el cáncer papilar es considerablemente variable, las lesiones son firmes, blancas y no encapsuladas, macroscópicamente pueden evidenciarse calcificaciones, necrosis o cambios quísticos18,19.

En general, todo tumor papilar en la tiroides debe ser considerado como um carcinoma. La diseminación es predominantemente por vía linfática a los ganglios linfáticos cervicales, en algunos casos hay extensión local a tejidos vecinos, así como metástasis15.

La etiología más frecuente en la mayoría de los carcinomas papilares de tiroides es la exposición a radiaciones ionizantes en la infancia. Las concentraciones de yodo en la dieta pueden influir en la incidencia y, en algunos casos, en la morfología de los carcinomas papilares15,19.

El carcinoma papilar es la menos agresiva de todas las neoplasias glandulares, pero puede cambiar en algunas circunstancias especiales. Tener factores de mal pronóstico, como edad avanzada en el momento del diagnóstico, sexo masculino, tamaño tumoral grande y crecimiento extratiroideo. Hay algunos subtipos de carcinoma papilar que merece la pena mencionar por su comportamiento clínico más agresivo. Estos subtipos agresivos se han asociado con altas tasas de multifocalidad, extensión extratiroidea, metástasis locales ya distancia y recurrencia15,18,19.

1.2.3.1.1 Variante de célula alta

La variante de células altas representa el 10% de los cánceres papilares. El tumor suele ser grande (>6 cm), se extiende extratiroideamente y muestra actividad mitótica e invasión vascular con más frecuencia que el cáncer papilar clásico. El tumor tiende a ocurrir en pacientes de edad avanzada. El pronóstico es menos favorable que el del cáncer papilar habitual (con tasas de supervivencia estimadas a 10 años del 75%)19.

1.2.3.1.2 Variante de Esclerosis Difusa

La variante de esclerosis difusa del carcinoma papilar representa solo alrededor del 3% de todos los carcinomas papilares. El tumor, que afecta con mayor frecuencia a niños y adultos jóvenes, puede presentarse como un bocio bilateral19.

1.2.3.1.3 Variante Sólida

Un patrón de crecimiento sólido se observa focalmente en muchos carcinomas papilares, y básicamente esto es cuando el crecimiento sólido representa >50% de la masa tumoral. La variante sólida se observa con mayor frecuencia en niños y se ha informado en >30% de los pacientes con carcinoma papilar después del accidente nuclear de Chernobyl18,19.

1.2.3.1.4 Variante folicular del cáncer papilar

La variante folicular del carcinoma papilar es una entidad controvertida y su incidencia es difícil de determinar, ya que en el pasado algunas de estas lesiones se clasificaron como carcinomas foliculares o adenomas19.

1.2.3.2 Carcinoma Folicular

El carcinoma folicular de tiroides es un subtipo más agresivo del carcinoma de tiroides bien diferenciado, debido a su diagnóstico generalmente tardío, y representa el 10% de las neoplasias tiroideas malignas17.

Histológicamente, la malignidad se establece por la existencia de invasión capsular y/o vascular, y no tanto por la morfología celular. Como resultado, es el carcinoma más difícil de diagnosticar con una biopsia por aspiración con aguja fina15.

Su diseminación suele ser por vía hemática. También puede presentar metástasis ganglionares regionales, así como invasión local15.

1.2.3.3 Carcinoma de células de Hürthle

Esta rara neoplasia se caracteriza por estar constituida por grandes células epiteliales con citoplasma eosinófilo. Su diseminación es tanto linfática como hemática. La presencia de invasión vascular o capsular confirma la malignidad, presentan un curso clínico más agresivo en comparación con otras formas de carcinoma diferenciado de tiroides, con una mayor incidencia de metástasis a distancia y una progresión más rápida de la enfermedad metastásica, este comportamiento clínico agresivo está bien establecido principalmente para pacientes que tienen una enfermedad invasiva (extensión extratiroidea o invasión vascular extensa), mientras que los pacientes con CHC mínimamente invasivo tienen un pronóstico excelente15,20.

1.2.3.4 Carcinoma Medular

El carcinoma medular de tiroides (MTC) representa el 5-10% de los tumores malignos de tiroides, es un tumor neuroendocrino raro que puede producir calcitonina a partir de células C parafoliculares. Se asocia a una mutación del proto-oncogene RET y puede ser esporádico o ligado a síndromes hereditarios15,17,21.

La CMT esporádica generalmente es diferenciada, menos agresiva y tiene una tasa de crecimiento lenta, pero tiene resultados impredecibles. La extirpación completa del tumor es actualmente la única terapia curativa, y el diagnóstico temprano de CMT es esencial22.

La determinación de este gen en los familiares es importante porque permite descubrir a los portadores y tratarlos antes de que se manifieste la neoplasia, así como descartar el seguimiento de los que no la tienen10,15.

Histológicamente se observan grupos de células neoplásicas poliédricas ou fusiformes, separadas por áreas de colágeno e amiloide. Tiene birrefringencia en rojo Congo, invasión vascular e infiltrado linfocitario. En microscopía electrónica se aprecian gránulos neurosecretores. La técnica inmunohistoquímica presenta tinción positiva para calcitonina10,12,15.

La multicentricidad es rara en formas esporádicas y muy frecuente en formas familiares o asociada a endocrinopatía. La diseminación tiene lugar en los ganglios linfáticos cervicales y mediastínicos superiores, y también por vía hemática en el pulmón, el hígado o hueso12,13,15.

1.2.3.5 Carcinoma Anaplásico

El carcinoma anaplásico se considera raro (<2%), pero es una de las neoplasias malignas más letales y de alta agresividad, debido a su rápido crecimiento y fuerte invasividad, otro hecho importante y preocupante se refiere a la baja respuesta a la mayoría de las terapias disponibles actualmente15,17.

De acuerdo con el sistema de estadificación de la Unión para el Control Internacional del Cáncer (UICC), los tumores ATC se designan como enfermedad en estadio IV independientemente de la carga tumoral y la presencia o ausencia de metástasis y se subclasifican como IVa, IVb, IVc y IVd, según el grado de invasión de las capas de tejido circundantes. Patológicamente, las células ATC son células fusiformes, gigantes y escamosas, con alto índice mitótico, necrosis, hemorragia e invasión vascular23.

1.2.4 diagnóstico

El diagnóstico de cáncer de tiroides se realiza mediante una combinación de evaluación clínica, pruebas de imagen, pruebas de laboratorio y, en algunos casos, biopsia10.

1.2.4.1 Evaluación Clinica

Iniciar una evaluación de la tiroides requiere una historia clínica y un examen físico cuidadoso, el médico realizará una historia clínica completa, incluidos los síntomas, los antecedentes familiares y la exposición a factores de riesgo. Sin embargo, muchos pacientes diagnosticados con nódulos tiroideos son asintomáticos y tienen una función tiroidea normal en el momento del diagnóstico. Aunque la historia clínica no es sensible ni específica para detectar malignidad, ciertos factores de riesgo están asociados con una mayor probabilidad de malignidad. Por otro lado, la presencia de dolor localizado, síntomas de hipotiroidismo, antecedentes familiares de enfermedad tiroidea nodular benigna o tiroiditis de Hashimoto sugieren un proceso benigno. También se realizará un examen físico para verificar el tamaño, la forma y la consistencia de la tiroides. Es importante destacar que la palpación de la tiroides puede ser especialmente difícil en pacientes obesos o pacientes con cuello corto10,11,24.

1.2.4.2 Gammagrafía Tireoidea

La gammagrafía tiroidea es poco usada como parte de la evaluación inicial de los nódulos tiroideos debido a su baja sensibilidad y especificidad. Sin embargo, hay circunstancias en las que puede ser útil, como determinar si un nódulo funciona en un paciente con hipertiroidismo, verificar si un nódulo diagnosticado como sospecha de neoplasia folicular por aspiración con aguja fina (PAAF) es hiperfuncionante o evaluar el estado funcional de los nódulos en un bocio multinodular. Es importante destacar que la gammagrafía tiroidea no está indicada de forma rutinaria en todos los casos de nódulos tiroideos, y su uso específico es en situaciones en las que puede aportar información adicional relevante para el diagnóstico y manejo clínico. Corresponde al médico especialista valorar la necesidad y pertinencia de realizar este examen en cada caso concreto11.

1.2.4.3 Ultrasonografia

La ultrasonografía se utiliza a menudo como la primera opción de examen de imagen para las lesiones nodulares tiroideas, debido a su simplicidad, bajo costo, no invasividad y buena correlación con los aspectos macroscópicos de los nódulos. Se recomienda el examen de ultrasonido en todos los pacientes con sospecha de tener uno o más nódulos tiroideos. Los nódulos tiroideos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cáncer). Para el cálculo de una prueba diagnóstica, la sensibilidad de la USG varía en torno al 79-98%, la especificidad entre el 42-95% y la precisión entre el 71-86%, aproximadamente. Es importante resaltar que ningún signo ecográfico es exclusivo de malignidad. Sin embargo, la combinación de ciertas características, como aumento de tamaño, márgenes irregulares, flujo sanguíneo anormal, presencia de microcalcificaciones e hipoecogenicidad, aumenta el riesgo de malignidad en una lesión. Así, la ultrasonografía puede ayudar a identificar lesiones nodulares con mayor potencial de malignidad, permitiendo la selección de nódulos para biopsias en casos de tiroides multinodular10,24.

1.2.4.4 Pruebas De Laboratorio

Las pruebas de función tiroidea son de poca utilidad, ya que la mayoría de los pacientes con nódulos tiroideos benignos y malignos tienen una función tiroidea normal (eutiroidea). Sin embargo, la evaluación inicial debe incluir la medición de los niveles séricos de hormona estimulante de la tiroides (TSH) para identificar pacientes con hipotiroidismo o tirotoxicosis no sospechada24.

1.2.4.5 Biopsia – PAAF

Si hay nódulos tiroideos sospechosos, se puede recomendar una biopsia. Una biopsia generalmente se realiza mediante aspiración con aguja fina (PAAF), en la cual se toma una pequeña muestra de tejido del nódulo y se examina bajo un microscopio. Este método tiene alta sensibilidad y especificidad en el diagnóstico de tumores tiroideos malignos, especialmente carcinoma papilar. Tiene como objetivo la detección de nódulos benignos o malignos y orientar el tratamiento hacia conservador o quirúrgico, en función de su clasificación. La elección entre la palpación y la ecografía como guía para la realización de PAAF depende de varios factores, como el tamaño del nódulo, las características texturales del nódulo (como la presencia de áreas líquidas), la dificultad de localizar con precisión el nódulo por palpación , la presencia de bocios multinodulares o nódulos no palpables. En nuestro grupo, los resultados de los exámenes citológicos se clasifican en cuatro categorías: benignos, indeterminados, sospechosos y malignos25,26,27,28.

1.2.5 Tratamiento

El tratamiento del cáncer de tiroides depende de varios factores, como el tipo de cáncer, el estadio de la enfermedad, la edad del paciente y su estado de salud general. Generalmente, los principales métodos de tratamiento incluyen cirugía, terapia con yodo radiactivo y terapia hormonal1,11.

1.2.6 Prevención

Evitar o minimizar los factores de riesgo modificables suele ser suficiente para prevenir la enfermedad. Los esfuerzos clínicos para evitar el sobrediagnóstico y el sobretratamiento, junto con los avances en la investigación epidemiológica sobre el cáncer de tiroides, tienen el potencial de reducir sustancialmente la incidencia de la enfermedad en la población13.

Como muestran Simpson y colaboradores (1987), existe un excelente pronóstico para el carcinoma diferenciado papilar y folicular, con una supervivencia superior al 90% a los 5 años. El pronóstico del carcinoma medular depende de algunos factores (mayores de 40 años, género masculino, enfermedad palpable y metástasis en ganglios cervicales) ya que tiene una supervivencia del 65% a los 5 años que puede disminuir en los pacientes que los presentan. El carcinoma de células de Hurthle tiene una tasa de supervivencia del 80% a los 5 años, con la presencia de metástasis a distancia e invasión local como factores de mal pronóstico. El carcinoma anaplásico es conocido por su mal pronóstico y mala evolución, con una supervivencia de aproximadamente el 10% al año y ninguna supervivencia a los 2 años15.

POBLACIÓN DE ESTUDIO

La población de estudio estará conformada por todos los pacientes que fueron diagnosticados con cáncer de tiroides y recibieron tratamiento en el Hospital Regional de Ciudad del Este durante el período del enero de 2021 al febrero de 2023. Los criterios de inclusión serán pacientes de ambos sexos, sin edad específica. Se excluirán del estudio los pacientes que no cuenten con una historia clínica completa y aquellos con diagnóstico previo de cáncer de tiroides.

criterios de inclusión

Se incluyeron Pacientes de ambos sexos com diagnóstico confirmado de câncer de tireoides basado em imágenes, biopsias o histopatología. también fueron incluídos pacientes que se sometieron a tiroidectomía total o parcial en el Hospital Regional de Ciudad del Este.

criterios de exclusión

Autoexcluidos Pacientes con historias clínicas incompletas, con diagnóstico previo de cáncer de tireoides antes del período de estudio y con enfermedad tiroidea benigna.

Algunas limitaciones del estudio pueden incluir la disponibilidad e integridad de los registros médicos, lo que puede resultar en una muestra limitada de pacientes. Los resultados obtenidos estarán restringidos a la población atendida por el Hospital Regional de Ciudad del Este y no podrán ser generalizables a otras regiones o instituciones.

PROCEDIMIENTOS PARA LA RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN, INSTRUMENTOS A UTILIZAR Y MÉTODOS PARA EL CONTROL Y CALIDAD DE LOS DATOS

Los datos fueron recolectados de la historia clínica física del Hospital Regional de Ciudad del Este. Se registrará la siguiente información de los pacientes diagnosticados con cáncer de tiroides:

Datos demográficos: edad y género;

Frecuencia por periodo: mes y año;

Informes de biopsia e histopatología: tipo histológico de cáncer de tiroides, grado de diferenciación tumoral;

Tratamientos quirurgico realizados: identificar el tipo.

ANÁLISIS DE DATOS

Los datos recopilados se organizarán y analizarán utilizando métodos estadísticos descriptivos. Se calculará la prevalencia de cáncer de tiroides en la población estudiada, a partir de la proporción de casos diagnosticados. Además, se realizarán análisis estadísticos para explorar posibles asociaciones entre las características demográficas (edad, sexo) y las características del cáncer de tiroides (tipo histológico, grado de diferenciación). Los análisis se realizarán utilizando el software estadístico Excel.

PROCEDIMIENTOS PARA GARANTIZAR LOS ASPECTOS ÉTICOS EN LAS INVESTIGACIONES CON SERES HUMANOS

Este estudio se llevará a cabo de conformidad con las normas éticas y la normativa aplicable. Se garantizará la confidencialidad y el anonimato de los pacientes implicados. Los datos recopilados se utilizarán exclusivamente con fines de investigación y no se divulgarán públicamente de forma que permitan la identificación individual de los pacientes.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Durante el período de enero de 2021 a febrero de 2023, aproximadamente 20000 pacientes fueron ingresados en el Hospital Regional de Ciudad del Este. Inicialmente, la primera muestra estuvo conformada por 31 pacientes que tuvieron internación relacionada con tiroidectomía total o parcial, siendo excluidos 16 pacientes que no cumplían con los criterios del estudio por tener diagnóstico de bocio multinodular. Se analizaron 15 pacientes con edades entre 21 y 70 años que cumplieron con los criterios de participación, como se muestra en el Gráfico 1. El rango de edad promedio de los participantes de la muestra fue de 41 años, con una moda de 30 años.

Gráfico 1 – Rango de Edad de Cáncer de Tiroides

              Fonte: Autores

La población examinada fue predominantemente femenina, con 12 pacientes en comparación con los pacientes masculinos, lo que está en línea con la información reportada por académicos sobre la mayor incidencia de enfermedad tiroidea en mujeres.

Gráfico 2 – Sexo de pacientes

            Fonte: Autores

Al analizar los meses estudiados se observó que no hubo mes con alta demanda de hospitalización de pacientes diagnosticados con cáncer de tiroides, como se muestra en el gráfico 3, por lo que observamos que hubo una frecuencia de alrededor de 2 o 1 paciente por mes, que presenta el coeficiente de incidencia estandarizado de cáncer de tiroides por periodo y media móvil.

Gráfico 3 – Frecuencia por período.

            Fonte: Autores

Con base en las historias clínicas de los pacientes a los que se les realizó tiroidectomía, se pudo observar que 15 casos fueron tiroidectomía total únicamente, sin ningún caso de tiroidectomía parcial. De los pacientes sometidos a tiroidectomía total, 11 fueron sometidos a disección de la cadena ganglionar cervical.

Gráfico 4 – Típos de cirurgía

    Fonte: Autores

En cuanto a la caracterización del cáncer de tiroides, hubo cierta dificultad, ya que no todas las historias clínicas contenían esta información. Por lo tanto, dentro de la muestra de pacientes sometidos a tiroidectomía, 16 casos fueron bocio multinodular y 15 casos cáncer de tiroides, como se muestra en el Gráfico 4. Solo 7 de estos tenían sus resultados histológicos disponibles, como se muestra en el gráfico 5, con un 33% de casos de carcinoma papilar, un 13% de casos de tipo folicular y 53% de casos que no aparecieron.

Gráfico 5 – Resultados de la muestra histopatológica.

          Fonte: Autores

Además, no fue posible encontrar datos sobre el tamaño de la muestra, el estadio de la enfermedad y el seguimiento posterior de estos pacientes. Es importante señalar que todos los datos obtenidos no pueden considerarse completamente confiables debido a la falta de información necesaria para un análisis efectivo y cualitativo. Sugerimos que, en futuros estudios, los investigadores participen activamente en todos los pasos desde la anamnesis, el procedimiento y el postoperatorio del paciente, para evitar contratiempos como este e impactar negativamente en la investigación.

CONCLUSIÓN

Del análisis de los datos recopilados en este estudio sobre la prevalencia y caracterización del cáncer de tiroides en pacientes atendidos en el Hospital Regional de Ciudad del Este, se pueden inferir algunas conclusiones relevantes. Se observó que la mayoría de los pacientes diagnosticados con cáncer de tiroides eran del sexo femenino, corroborando la literatura que apunta a una mayor incidencia de esta enfermedad entre las mujeres. Esta asociación entre género femenino y cáncer de tiroides puede explicarse por factores hormonales y genéticos, además de otros aspectos específicos relacionados con la tiroides ya descritos en el estudio.

Además, se constató que no hubo una alta demanda de hospitalizaciones por cáncer de tiroides en los meses analizados, lo que indica una frecuencia media de hospitalizaciones relativamente baja. Estos resultados pueden estar relacionados con varios factores, como el acceso limitado a los servicios de salud, el diagnóstico tardío de la enfermedad o incluso la efectividad de los tratamientos conservadores.

En cuanto a los tipos de cirugía realizados, todos los casos analizados fueron tiroidectomía total, lo que indica la preferencia por este abordaje quirúrgico en el tratamiento del cáncer de tiroides. Es importante recalcar que la tiroidectomía total se recomienda en casos de tumores malignos, mientras que la tiroidectomía parcial se puede realizar en casos seleccionados de nódulos benignos.

A la caracterización del cáncer de tiroides, se encontraron algunas limitaciones en las historias clínicas de los pacientes. La falta de información detallada sobre el tamaño de la muestra, el estadio de la enfermedad y el seguimiento posterior de los pacientes dificultó un análisis más profundo. Es fundamental resaltar la importancia de una documentación completa y precisa con el fin de proporcionar datos fiables para futuras investigaciones y estudios epidemiológicos.

Dadas estas consideraciones, se hace evidente la necesidad de estudios más completos y sistemáticos sobre el cáncer de tiroides, con miras a obtener un conocimiento más completo y preciso de esta enfermedad. La colaboración entre profesionales de la salud, investigadores e instituciones es fundamental para la adecuada recopilación y análisis de datos, así como para la implementación de estrategias efectivas de prevención y tratamiento.

Por lo tanto, este estudio ofrece una visión inicial sobre la prevalencia y las características del cáncer de tiroides en los pacientes del Hospital Regional de Ciudad del Este, destacando la importancia continua de las investigaciones y las intervenciones para mejorar el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes con esta afección.

CONSIDERACIONES FINALES

El cáncer de tiroides tiene una importancia significativa en términos de salud pública debido a varios factores. Como se mencionó anteriormente, su incidencia ha ido en aumento a lo largo de los años, por lo que es fundamental monitorear la ocurrencia y tendencias de esta enfermedad para planificar estrategias de prevención y control. Además, el diagnóstico y tratamiento precoces juegan un papel crucial en la mejora de la calidad de vida de los pacientes, proporcionando intervenciones más eficaces y un pronóstico más favorable, además de contribuir al bienestar físico y emocional.

El tratamiento del cáncer de tiroides requiere un abordaje multidisciplinario que involucre a especialistas en las áreas de endocrinología, cirugía, radioterapia, patología y oncología. Es fundamental asegurar el acceso a servicios de salud especializados y de calidad para asegurar un adecuado tratamiento y seguimiento de los pacientes con cáncer de tiroides.

La monitorización continua y el seguimiento a largo plazo juegan un papel clave para garantizar el bienestar físico y emocional de los pacientes. Por tanto, la relevancia del cáncer de tiroides para la salud pública está relacionada con su creciente incidencia, su impacto en la calidad de vida de los pacientes, la importancia del diagnóstico precoz, la necesidad de tratamiento y seguimiento especializado, así como sus implicaciones socioeconómicas. El monitoreo epidemiológico, la concientización y la implementación de estrategias de prevención y control son fundamentales para abordar de manera efectiva esta condición y mejorar los resultados de salud de la población.

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