CAMBIOS HISTOLÓGICOS Y ANATÓMICOS DE LA PIEL: UNA REVISIÓN DE LA LITERATURA DESDE LA PERSPECTIVA DE LA METODOLOGÍA DEINVESTIGACIÓN

REGISTRO DOI: 10.69849/revistaft/dt10202503262208


FLOR, Wilma Cecilia Talavera de; CURVELO, Fabio Oliveira1; JARDINS, Wedley2; LEAL, Ingrid Silva3; LIMA, Muryel Menezes4; MACHADO, Heberth Vitor Matos5; SILVA, Bruno Rossinholi6; TRINDADE, Mikaelly Soeiro7; JESUS, Bruna Lacerda do Nascimento de8; KUAN, Tatiane Mendoza9


RESUMEN

La piel es un órgano esencial que protege el cuerpo, regula la temperatura y participa en la percepción sensorial. Su estructura histológica se compone de epidermis, dermis e hipodermis, donde se ubican células specializadas como queratinocitos, melanocitos y fibroblastos. A lo largo del tiempo, diversos factores intrínsecos (genética, envejecimiento) y extrínsecos (radiación solar, contaminación) generan alteraciones anatómicas y funcionales, afectando la producción de colágeno, la elasticidad y la respuesta inmune. En procesos inflamatorios, como la psoriasis, se observan cambios característicos en las capas cutáneas, y en infecciones fúngicas, la histopatología revela modificaciones en la capa córnea y anexos. Asimismo, el envejecimiento cutáneo se asocia con pérdida de firmeza y aparición de arrugas, mientras que la cicatrización hipertrófica implica una producción excesiva de colágeno. Comprender estos cambios, mediante técnicas de imagen y estudios moleculares, es fundamental para mejorar el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades dermatológicas.

PALABRAS CLAVE: Histología de la piel; Alteraciones anatómicas; Envejecimiento cutáneo; Inflamación cutánea; Cicatrización hipertrófica.

ABSTRACT

The skin is an essential organ that protects the body, regulates temperature, and plays a key role in sensory perception. Its histological structure comprises the epidermis, dermis, and hypodermis, housing specialized cells such as keratinocytes, melanocytes, and fibroblasts. Over time, various intrinsic (genetics, aging) and extrinsic (solar radiation, pollution) factors induce anatomical and functional changes that affect collagen production, elasticity, and immune responses. In inflammatory disorders like psoriasis, characteristic modifications in the skin layers are observed, while fungal infections alter the stratum corneum and skin appendages. Additionally, skin aging involves a loss of firmness and wrinkle formation, whereas hypertrophic scarring reflects excessive collagen deposition. Understanding these changes through imaging techniques and molecular studies is crucial for improving the diagnosis, prevention, and treatment of multiple dermatological conditions.

KEYWORDS: Skin histology; Anatomical alterations; Skin aging; Cutaneous inflammation; Hypertrophic scarring.

1. INTRODUCCIÓN

La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y cumple funciones vitales de protección, regulación térmica, percepción sensorial y mantenimiento de la homeostasis [1]. Desde una perspectiva histológica, se compone principalmente de tres estratos: la epidermis (capa más externa), la dermis (capa intermedia) y la hipodermis (capa más interna), cada uno de ellos con tipos celulares y estructuras especializadas [2]. Conocer la arquitectura tisular de la piel resulta esencial para comprender cómo se manifiestan diversos procesos fisiológicos y patológicos, así como para el desarrollo de abordajes terapéuticos más eficaces.

En términos de histología normal, los queratinocitos constituyen la mayoría de las células epidérmicas y son responsables de la formación de la barrera protectora; los melanocitos, por su parte, están implicados en la pigmentación cutánea [1]. Adicionalmente, existen células de Langerhans en la epidermis, cruciales para la respuesta inmunológica local, y fibroblastos en la dermis, encargados de la producción de colágeno y otras fibras que mantienen la resistencia y elasticidad del tejido [2,3].

En los últimos años, diversas investigaciones han profundizado en las modificaciones estructurales y funcionales de la piel bajo condiciones específicas. Por ejemplo, en el envejecimiento cutáneo se observan alteraciones progresivas como la reducción de la síntesis de colágeno y la degradación de la matriz extracelular, lo que conlleva pérdida de firmeza y aparición de arrugas [3,4]. Asimismo, afecciones inflamatorias como la psoriasis presentan engrosamiento epidérmico (acantosis), hiperqueratosis y la formación de microabscesos, alteraciones que suelen correlacionarse con manifestaciones clínicas de placas eritematosas y descamaciones [5]. Por otro lado, en los procesos de cicatrización hipertrófica, se han descrito incrementos anómalos en la cantidad y distribución del colágeno, generando tejido fibroso con menor elasticidad [6]. Además, en el contexto de infecciones fúngicas (dermatofitosis), el estudio histológico evidencia cambios celulares característicos en la capa córnea y en anexos cutáneos, lo que facilita el diagnóstico y el abordaje terapéutico [7].

La relevancia de la histología de la piel no solo radica en comprender la estructura y función de este tejido, sino también en su estrecha relación con la patogénesis de múltiples enfermedades dermatológicas y sistémicas. Investigaciones recientes enfatizan la importancia de integrar técnicas de imagen avanzadas (por ejemplo, microscopía confocal in vivo) para el estudio detallado de la anatomía y microarquitectura cutánea, lo cual posibilita correlacionar hallazgos clínicos con características histológicas en tiempo real [2]. Esta visión integrada ayuda a profundizar en la fisiopatología de diferentes alteraciones y a mejorar el diagnóstico precoz, el pronóstico y el diseño de intervenciones más específicas.

En efecto, el conocimiento histológico y la identificación de factores extrínsecos e intrínsecos que influyen en los cambios cutáneos (como la exposición solar, el estilo de vida y la predisposición genética) proporcionan información valiosa para la práctica clínica [8]. Así, se pueden diseñar estrategias de prevención, protocolos de tratamiento individualizados y políticas de salud más efectivas que aborden las necesidades dermatológicas de la población.

De este modo, la presente investigación se centra en revisar sistemáticamente la literatura para identificar y analizar las principales alteraciones anatómicas e histológicas de la piel, sus mecanismos implicados y las implicaciones clínicas resultantes. Al exponer los hallazgos y las lagunas existentes en el campo, se pretende ofrecer un panorama que contribuya a fundamentar futuros estudios y a mejorar la atención en el ámbito dermatológico.

2. MATERIALES Y MÉTODOS

Este estudio se planteó como una revisión bibliográfica con el fin de identificar, describir y analizar las principales alteraciones anatómicas e histológicas de la piel reportadas en la literatura científica, así como sus implicaciones clínicas. Para ello, se llevó a cabo una búsqueda sistematizada en diferentes bases de datos de acceso público (PubMed, SciELO, Google Académico), utilizando descriptores relacionados con “histología de la piel”, “alteraciones cutáneas”, “cicatrización”, “envejecimiento de la piel” y “procesos inflamatorios”. La estrategia de búsqueda contempló el uso de operadores booleanos (AND, OR) y se limitó a artículos en español, inglés y portugués publicados entre 2015 y 2023.

Como criterios de inclusión, se seleccionaron aquellos artículos que (a) presentaran datos originales o revisiones profundas de la anatomía e histología cutáneas; (b) describieron alteraciones estructurales de la piel en el contexto de patologías dermatológicas, procesos de envejecimiento o infecciones; y (c) estuvieran disponibles en formato de texto completo gratuito. Se excluyeron estudios duplicados y aquellos que no abordaron de manera explícita la correlación entre hallazgos histológicos y manifestaciones clínicas.

Tras la búsqueda inicial, se identificaron 30 referencias potenciales. Luego de la lectura de títulos y resúmenes, se descartaron 18 artículos que no cumplían los criterios de inclusión. Posteriormente, se efectuó la lectura completa de 12 documentos, resultando en la selección final de 10 artículos que responden adecuadamente a los objetivos planteados (incluyendo los estudios enumerados en este trabajo [1–8]). Se procedió a extraer la información clave de cada artículo en una planilla de análisis, donde se categorizó el tipo de estudio, el enfoque metodológico, las principales alteraciones histológicas descritas y las aplicaciones clínicas señaladas por los autores.

Para el análisis y la discusión, se realizó una síntesis narrativa que permitió comparar y contrastar los hallazgos de las diferentes fuentes, destacando similitudes, discrepancias y lagunas presentes en la literatura [2]. Dado el carácter bibliográfico de este estudio, no se requirió aprobación por parte de un comité de ética, al no emplearse datos sensibles o muestras biológicas de pacientes.

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La revisión de la literatura permitió identificar diversos enfoques sobre la histología de la piel, desde descripciones morfofuncionales básicas hasta análisis avanzados que integran técnicas de imagen y estudios moleculares. A continuación, se exponen los resultados principales y se discuten en relación con el estado actual del conocimiento.

Principales hallazgos en la estructura normal de la piel

La mayoría de los estudios coinciden en describir la piel como un tejido compuesto por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis, cada una con células, fibras y funciones específicas [1,8]. En la epidermis, los queratinocitos representan el componente celular predominante y se renuevan de manera constante para asegurar la integridad de la barrera cutánea. Los melanocitos, ubicados en la capa basal, son responsables de la pigmentación y juegan un papel relevante en la protección frente a la radiación ultravioleta [1]. Asimismo, la dermis se caracteriza por su riqueza en colágeno y fibras elásticas, fundamentales para mantener la elasticidad y la resistencia de la piel, mientras que la hipodermis funciona como reservorio de energía y aislante térmico [2,8].

Alteraciones asociadas al envejecimiento y fotoenvejecimiento

Múltiples trabajos resaltan la incidencia creciente de alteraciones cutáneas conforme avanza la edad cronológica y la exposición acumulada al sol. El envejecimiento intrínseco, mediado por el paso del tiempo y factores genéticos, se asocia con adelgazamiento epidérmico, menor producción de colágeno y alteraciones vasculares [3,4]. En el fotoenvejecimiento, se evidencian daños específicos en la dermis, donde la degradación de las fibras elásticas y de colágeno se acentúa, contribuyendo a la aparición de arrugas y flacidez [4]. Estas transformaciones histológicas se correlacionan con manifestaciones clínicas como la pérdida de turgencia y la formación de pliegues profundos en áreas fotoexpuestas [3].

Cambios histológicos en patologías inflamatorias e infecciosas

Varios de los artículos revisados describen las modificaciones estructurales típicas de procesos inflamatorios de la piel, como la psoriasis y la dermatitis atópica [5]. En el caso de la psoriasis, se observan hiperqueratosis, acantosis y presencia de microabscesos de Munro, lo que se traduce en placas eritematodescamativas de carácter crónico [5]. Por otro lado, las infecciones fúngicas (dermatofitosis) producen cambios microscópicos en la capa córnea y alteraciones en anexos cutáneos, como pelos y uñas, requiriendo un diagnóstico histopatológico cuidadoso para un tratamiento adecuado [7].

Cicatrización y formación de cicatrices hipertróficas

El proceso de cicatrización normal implica una secuencia ordenada de eventos inflamatorios, proliferativos y de remodelación. Sin embargo, en ciertas condiciones, la síntesis excesiva de colágeno puede desembocar en la formación de cicatrices hipertróficas [6]. Los estudios analizados reportan un aumento anómalo de fibras de colágeno tipo III y la distribución irregular de estos haces, lo que ocasiona una menor elasticidad del tejido cicatricial [6]. Estas observaciones coinciden en subrayar la importancia de intervenciones tempranas y enfocadas en regular la actividad fibroblástica para reducir la aparición de cicatrices patológicas.

Nuevas técnicas de análisis histológico e imagen

Se evidenció en la literatura un creciente interés por técnicas de imagen no invasivas, como la microscopía confocal de reflectancia y métodos avanzados de inmunohistoquímica, que permiten correlacionar in situ los cambios estructurales con el comportamiento celular [2]. Estos avances tecnológicos facilitan la evaluación en tiempo real de lesiones cutáneas y promueven un diagnóstico más preciso, incluso en etapas iniciales. Asimismo, se destaca el potencial de la biología molecular para el estudio de marcadores de proliferación, diferenciación e inflamación, lo que abre camino a tratamientos más personalizados [3].

Análisis de las discrepancias y brechas en la literatura

A pesar de la abundancia de estudios sobre la histología de la piel y sus alteraciones, se identifican ciertas limitaciones y disparidades. Por un lado, algunos trabajos se centran únicamente en la descripción microscópica sin profundizar en los aspectos moleculares que podrían explicar mejor la patogenia de ciertas enfermedades [4]. Por otro, existe variabilidad en las técnicas de tinción y procesado de muestras, lo que dificulta la comparabilidad entre estudios [2]. Asimismo, en afecciones dermatológicas menos comunes, la evidencia sigue siendo escasa, lo que sugiere la necesidad de una mayor estandarización metodológica y de ensayos colaborativos con poblaciones más amplias [8].

Implicaciones clínicas y orientación futura

La comprensión de los cambios histológicos de la piel no solo contribuye a un diagnóstico más preciso, sino que también impulsa el desarrollo de estrategias preventivas y terapéuticas eficientes. En el envejecimiento, por ejemplo, identificar los mecanismos celulares y moleculares del daño dérmico posibilita el diseño de tratamientos antienvejecimiento mejor dirigidos, mientras que, en enfermedades inflamatorias, un entendimiento detallado de los procesos inmunológicos locales orienta a la creación de terapias biológicas específicas [3,5]. Además, la caracterización histológica de cicatrices hipertróficas orienta la búsqueda de agentes antifibróticos y de tratamientos que modulen la actividad de los fibroblastos [6]. Por ende, la investigación en histología cutánea se perfila como una vía prometedora para generar avances en dermatología clínica y en la ingeniería de tejidos.

En conjunto, los resultados de esta revisión confirman la complejidad de los procesos histológicos asociados a la piel y las múltiples variables que afectan su integridad. Tanto el envejecimiento como las enfermedades inflamatorias, infecciosas y los traumatismos contribuyen a cambios específicos en la arquitectura cutánea, repercutiendo en la función protectora y en la apariencia física de las personas. Aun con los notables avances en técnicas diagnósticas e intervenciones terapéuticas, persisten brechas significativas en la literatura, lo cual sugiere la necesidad de investigaciones adicionales que profundicen en los mecanismos celulares y moleculares subyacentes, y que aborden la variabilidad poblacional en relación con factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Este panorama refuerza la importancia de la investigación continua y multidisciplinaria para mejorar la calidad de vida de los pacientes y optimizar la prevención y el manejo de múltiples afecciones dermatológicas.

4. CONCLUSIÓN

La evidencia reunida en esta revisión demuestra la enorme complejidad de la estructura y función de la piel, así como la diversidad de alteraciones que pueden ocurrir en respuesta a factores intrínsecos y extrínsecos. Desde las modificaciones propias del envejecimiento — con pérdida de colágeno y elasticidad— hasta las transformaciones más específicas que se observan en trastornos inflamatorios, infecciosos o cicatrizaciones anómalas, la histología desempeña un papel central en la comprensión de estos procesos. El análisis detallado de la arquitectura cutánea y de las células que participan en los distintos niveles de la piel permite no solo mejorar la precisión diagnóstica, sino también diseñar estrategias terapéuticas y preventivas más focalizadas.

Asimismo, las técnicas de imagen avanzadas y los estudios moleculares han abierto nuevas posibilidades para correlacionar, en tiempo real, los hallazgos microscópicos con los patrones clínicos. Sin embargo, persisten brechas en la literatura respecto a la estandarización de métodos de análisis y la comprensión integral de los mecanismos fisiopatológicos. Por ello, se requiere continuar investigando, con enfoques colaborativos y multidisciplinarios, para profundizar en las bases biológicas de la patología cutánea y traducir ese conocimiento en innovaciones diagnósticas y terapéuticas que mejoren la calidad de vida de los pacientes y refuercen la medicina preventiva en el ámbito dermatológico.

5. REFERENCIAS

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    Cell Transplant. 2018;27(5):729-738. doi: 10.1177/0963689717725755
  4. Corrêa MC, Alvarenga ML, Santos T, Vieira G. Alterações dermatológicas do
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    https://www.scielo.br/j/abd/a/R4Dz85gL6SGhmBQbP4RCRyG/?lang=pt
  6. Alvarez ML, Landa N, Salas E, et al. Changes in collagen content and
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    Disponible en: https://revistas.ufg.br/iptsp/article/view/59032
  8. Sáez D, Perez C, Rada G. Anatomía e histología de la piel: revisión para no
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    10.5867/medwave.2022.03.8453 Disponible en:
    https://www.medwave.cl/link.cgi/Medwave/Estudios/Clinica/8453

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