SUSTANCIAS QUÍMICAS CONOCIDAS EN EL CIGARRILLOS ELECTRÓNICOS QUE CAUSAN MECANISMOS FISIOPATOLÓGICOS EN EL SISTEMA RESPIRATORIO

KNOWN CHEMICALS IN ELECTRONIC CIGARETTES THAT CAUSE PATHOPHYSIOLOGICAL MECHANISMS IN THE RESPIRATORY SYSTEM

REGISTRO DOI: 10.69849/revistaft/fa10202505201542


Andreza Thálita Assunção e Medeiros1
Thuiza Andrade Souza2
Aline dos Santos Atherly Pedraça3
Patrick Torres Nascimento4
Orientadora: Dra. Mg. Maria Luisa Hermosilla de Olmedo5


RESUMEN

El trabajo desarrolla la asociación de las principales sustancias químicas presentes en los cigarrillos electrónicos y los mecanismos fisiopatológicos que estas desencadenan en el sistema respiratorio. La relevancia de la elección del tema radica en el uso creciente de estos dispositivos electrónicos en la actualidad. Se trata de un artículo de revisión bibliográfica de carácter narrativo, en el que se utilizaron 17 referencias bibliográficas, con artículos publicados en los últimos cinco años. Los estudios analizados indican que los componentes químicos de los
cigarrillos electrónicos varían ampliamente, lo que se debe en gran medida a la ausencia de una regulación estandarizada para su composición. Entre las sustancias más citadas en la literatura, destacan el propilenglicol, la glicerina vegetal y la nicotina en los e-líquidos, además de varios compuestos aromatizantes. tetrahidrocanabinol (THC), dietilenglicol, acetaldehído y nitrosaminas. La mayor toxicidad está relacionada con el calentamiento de estas sustancias químicas. En cuanto a los efectos fisiopatológicos, estos dependen del tiempo de exposición, la dosis, la intensidad y la frecuencia de uso. Los efectos más comúnmente descritos incluyen el aumento de citocinas proinflamatorias, que pueden generar afecciones más graves como neumonías y EVALI (e-cigarrette or
vaping asociated ling injury). Se concluye que es necesario ampliar las investigaciones sobre el tema y estandarizar la composición química de los cigarrillos electrónicos para obtener mejores resultados en términos de seguridad.

PALABRAS CLAVE: cigarrillos electrónicos, sustancias químicas, fisiopatología en los pulmones.

ABSTRACT

This article explores the association of the main chemical substances present in e-cigarettes and the pathophysiological mechanisms they trigger in the respiratory system. The relevance of the choice of topic lies in the increasing use of these electronic devices today. This is a narrative bibliographic review article, using 17 references, with articles published in the last five years. The studies analyzed indicate that the chemical components of e-cigarettes vary widely, largely due to the lack of standardized regulation for their composition. Among the most cited substances in the literature are propylene glycol, vegetable glycerin, and nicotine in e-liquids, in addition to several flavoring compounds: tetrahydrocannabinol (THC), diethylene glycol, acetaldehyde, and nitrosamines. The greatest toxicity is related to the heating of these chemical substances. Regarding the pathophysiological effects, these depend on exposure time, dose, intensity, and frequency of use. The most commonly described effects include an increase in proinflammatory cytokines, which can lead to more serious conditions such as pneumonia and EVALI (e-cigarette or vaping-associated ling injury). It is concluded that further research on this topic is needed, as well as standardizing the chemical composition of e-cigarettes to achieve better safety results.

KEY WORDS: e- cigarettes, chemicals, lung pathophysiology.

1. INTRODUCCIÓN

El tabaquismo se define como el hábito de consumir cigarrillos u otros productos que contienen nicotina como principal sustancia activa. En 1997, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el tabaquismo como una enfermedad crónica y epidémica, clasificándolo dentro del grupo de trastornos mentales y del comportamiento debido al uso de sustancias psicoactivas, según la Clasificación Internacional de Enfermedades, décima revisión (CIE-10) (1). Además, la difusión de esta práctica, impulsada por la industria tabacalera, ha contribuido a la existencia de más de 1,25 billones de fumadores en todo el mundo, afectando negativamente diversos aspectos de la vida personal, familiar y social de los individuos (2).

La adicción al tabaco es un comportamiento que genera cuestiones psicológicas, sociales y neurobiológicas que dificulta su supresión (3). Frente a este hecho, en que los cigarrillos representan 92% del valor de todos los productos procedentes de lo tabaco en todo el mundo, la industria del tabaco esta siempre buscando alternativas para mantener su facturación (2). Un de los pro ductos actualmente comercializados son los cigarrillos electrónicos, también llamados sistema electrónico de entrega de nicotina o vape o e-cigarete, fue, inicialmente, desenvuelto como una alternativa más segura cuando comparado a los cigarrillos tradicionales. Este dispositivo es compuesto por tres compartimentos que son: un material para calefacción sustenido por una batería, un recipiente o tanque que puede ser recargable cuyo contenido es una solución hecha de propilenglicol, glicerina, nicotina, agua y algunos aromas conocidos como e-líquido y por último un atomizador que vaporiza a la solución cuando es calentada (3).

Los cigarrillos electrónicos, inicialmente, fue lanzado como una alternativa a los cigarrillos convencionales, sin embargo, su uso a nivel global ha crecido. Precipitadamente con el paso de los años, pero sin evidencias toxicológicas y sin ensayos de seguridad (4). La ausencia de estudios concluyentes, junto con la presencia de diversos compuestos químicos en los cigarrillos electrónicos, representa un riesgo potencial, ya que el cuerpo humano puede quedar expuesto a múltiples sustancias, incluidas nanopartículas metálicas liberadas por el propio dispositivo, así como aquellas formadas durante el proceso de calentamiento o vaporización del líquido(1, 5)

Estudios han demostrado que en los cigarrillos electrónicos hay contenidos carcinógenos y sustancias citotóxicas que pueden causar enfermedades pulmonares y cardiovasculares (5), como el propilenoglicol que puede ser irritante para el tracto respiratorio, desencadenar tos y obstrucción de las vías aéreas (2).

La justificación para este trabajo radica en el uso indiscriminado de los cigarrillos electrónicos, su inmensa popularidad, especialmente entre los jóvenes, y la falta de información clara sobre los riesgos para la salud asociados a sus componentes químicos, muchos de los cuales no son debidamente esclarecidos por los fabricantes. Este vacío de información científica y la creciente preocupación por las posibles consecuencias para la salud pública hacen que la investigación en este campo sea fundamental para entender los efectos de estas sustancias en el organismo y para guiar futuras regulaciones que protejan a los consumidores.

Por lo tanto, el presente estudio tiene como objetivo analizar la literatura con el fin de identificar y esclarecer las principales sustancias químicas presentes en los cigarrillos electrónicos que tienen un permisible pernicioso para el organismo humano. Además, busca investigar los efectos del uso prolongado de estos dispositivos sobre el sistema respiratorio y recopilar los efectos fisiopatológicos ya descritos en la literatura en relación con el sistema respiratorio de los usuarios de cigarrillos electrónicos.

2. MATERIALES Y MÉTODOS

Es un artículo de revisión bibliográfica narrativa, conforme la escala SANRA propuesta por Christopher Baethge, Sandra Goldbeck-Wood y Stephan Mertens. La investigación, fue desarrollada a través de una búsqueda automatizada en la base de datos PubMed, Lilacs, Science direct, Google académico y Scielo. Las palabras claves usadas fueron cigarrillos electrónicos, efectos fisiopatológicos en árbol pulmonar, principales sustancias químicas de los cigarrillos electrónicos. El periodo considerado importante para inclusión de los artículos encontrados para esta investigación, fue de los últimos 5 años y fueran elegidos 17 artículos, y incluidos como fuentes bibliográficas.

3. RESULTADOS

Las fuentes consultadas coinciden en señalar los efectos perjudiciales que los cigarrillos electrónicos provocan en el sistema respiratorio, principalmente debido a las sustancias químicas que contienen. Aunque fueron diseñados como una alternativa para ayudar a dejar de fumar, en muchos casos no cumplieron ese propósito y, por el contrario, han contribuido al aumento de la dependencia, especialmente entre adolescentes y jóvenes.

Hoy en día hay una fuerte inversión en marketing con relación al cigarrillo electrónico, como ocurría en el pasado con el cigarrillo tradicional. Esta industria del marketing promueve una mayor adherencia entre los jóvenes, adjuntos los menores de 18 años. Las principales características atractivas de estos dispositivos electrónicos son: el precio, el sabor, la aceptación social (moda), la factibilidad de ser utilizados en cualquier momento y en cualquier lugar, y el olor contenido en este producto (6).

Hay una gran cantidad de sustancias químicas en la composición de los cigarrillos electrónicos. Estos compuestos tienen tipos y concentraciones variables según el fabricante, ya que no existe una regulación específica en cuanto a la composición química de sus e-líquidos. Estos suelen estar compuestos por
propilenglicol, glicerina vegetal, agua y, opcionalmente, nicotina y otros aromas. El propilenglicol tiene baja toxicidad, sin embargo, cuando se calienta e inhala, da lugar al óxido de propileno, una sustancia clasificada como cancerígena por la Agencia Internacional para la Investigación contra el cáncer (IARC). El glicerol,
cuando se vaporiza, origina acroleína, que ha demostrado ser irritante para las vías respiratorias superiores. También se produce formaldehído al calentar estos e-líquidos. Como aromatizantes puede ser encontrado el tetrahidrocanabinol (THC).

Además de estos, podemos mencionar el dietilenglicol, el acetaldehído, la nicotina, las nitrosaminas y otros materiales particulados similares a los que se encuentran en los cigarrillos tradicionales. Particularmente, el acetaldehído está catalogado como potencialmente cancerígeno, y su consumo en la forma antes mencionada puede causar cáncer de nariz, laringe, garganta y pulmón, además de disnea y edema pulmonar. Las altas concentraciones de formaldehído, sustancia que se encuentra en altísimas cantidades en este tipo de productos y catalogada como cancerígena y citotóxica- son hasta 15 veces superiores a las de los cigarrillos convencionales y se asocia a una reacción inflamatoria pulmonar, que puede causar complicaciones respiratorias y lesiones pulmonares. Su toxicidad se puede experimentar a los cinco minutos de su uso con efectos adversos como aumento de la resistencia al flujo en las vías respiratorias periféricas y estrés oxidativo (7).

En consecuencia, se ha observado que la exposición al aerosol generado por los e-líquidos provoca una disminución en la viabilidad celular, un incremento en los procesos de apoptosis, daño al ADN, estrés oxidativo, alteraciones en la respuesta inmunológica y un aumento en las citocinas inflamatorias. Estos efectos fisiopatológicos sugieren una posible relación entre el uso del cigarrillo electrónico y el desarrollo de cáncer, lo que refuerza la evidencia sobre su potencial toxicidad para el organismo humano. (8).

También existe una fuerte correlación de lesiones pulmonares asociadas con el vapeo. Entre las lesiones más frecuentes se encuentran la NEA (neumonía eosinofílica aguda) y la neumonía organizativa fibrosa aguda. Durante la evaluación clínica de pacientes con lesiones pulmonares asociadas al uso de dispositivos electrónicos, comúnmente se observan signos como taquicardia, taquipnea, tos seca e hipoxia, además de imágenes radiológicas que revelan un patrón de vidrio esmerilado en los pulmones. También pueden presentarse varios síntomas respiratorios combinados, junto con manifestaciones inespecíficas como vómitos, y alteraciones en los sistemas cardiovascular, genético e inmunológico. Por lo tanto, el uso del cigarrillo electrónico no representa una alternativa segura al tabaquismo convencional. (9,10 y 11).

Además de los aspectos ya mencionados, existe una enfermedad específica vinculada al uso de cigarrillos electrónicos conocida como EVALI (lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o vapeo). Esta condición fue identificada por primera vez en 2019 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, tras un aumento significativo de casos en jóvenes que presentaban síntomas relacionados con el uso de estos dispositivos. Con todo, hay algunos patrones fisiopatológicos ya confirmados como neumonías diversas (eosinofílica aguda, intersticial, lipoidea, por hipersensibilidad), daño alveolar difuso, hemorragia alveolar difusa, también de bronquiolitis constrictiva, asociada al uso de los saborizantes que, al calentarse, producen diacetilo (12, 13 y 14).

4 DISCUSIÓN

Al observarse los efectos fisiopatológicos en el aparato respiratorio de los usuarios de cigarrillos electrónicos hay una mayor descripción de estos efectos como nocivos a la salud humana. En la bibliografía observase que, de las 16 fuentes consultadas, solamente 3 artículos refieren el uso del dispositivo electrónico como capaz de traer alguna ventaja para sus usuarios en la cesación del uso del tabaco, pero no hay comprobación de su seguridad y ni eficacia para los pacientes que lo quieren usarlo como ayuda a dejaren de fumar (15, 7 y 16).

Sobre el apelo de la industria del tabaco con analogía a los CE en la urbe de jóvenes es más intenso, pues es el rango de edad que más experimenta estos dispositivos, y a consecuencia de esto, obtienen el hábito de fumar. Asimismo, la fabricación es cada día más variada entre marcas, modelos, cantidad y tipo de compuestos químicos en sus e-líquidos. Aparte de esto, notase un mayor uso de cigarrillos electrónicos en jóvenes del sexo masculinos y de clase alta. las estadísticas muestran también que cerca de 20 % de los jóvenes entre 18-24 años ya usaron este producto (7). En cuanto a la composición química de los cigarrillos electrónicos, se ha observado que los disolventes más utilizados en los e-líquidos son la glicerina, el propilenglicol y el glicerol, sin embargo, existe una descripción en menor cantidad de muchos otros compuestos químicos. También existe una diversificación en los tipos de compuestos utilizados como aromatizantes. En este trabajo discutiremos los principales compuestos citados por las referencias bibliográficas citadas (2, 8 y 1).

En cuanto al glicerol y la glicerina, ambos se utilizan de forma segura en la industria cosmética y alimenticia, pero no hay evidencia de que puedan usarse sin causar daños por inhalación humana. Se observa que los solventes con glicerina y propilenglicol, cuando se someten a altas temperaturas, se descomponen en compuestos carbonílicos de bajo peso molecular, como formaldehído, acetaldehído, acroleína y acetona. El glicerol, cuando se calienta a bajas temperaturas, genera acroleína y cuando se calienta a altas temperaturas, genera acetaldehído. También existen registros de subproductos de óxido de propileno y etilenglicol en la vaporización de e-líquidos (2, 12, 15, 6 y 16).

Cabe mencionar que todos los productos químicos liberados mediante la vaporización de los cigarrillos electrónicos dependen de numerosos factores, como el tipo de dispositivo electrónico utilizado, el sabor del e-líquido, su composición en tipos y cantidades de sustancias y, principalmente, el comportamiento de fumar por parte del usuario de estos dispositivos (8 y 3). Además, existe una falta de estandarización para la fabricación de estos dispositivos electrónicos para fumar, lo que dificulta llegar a un consenso sobre sus compuestos químicos, y en consecuencia, un estudio más profundo de los efectos fisiopatológicos de este tipo de cigarrillos (2, 8 y 4). En este estudio se dio prioridad a los principales compuestos químicos ya analizados por la comunidad científica, así como a sus efectos fisiopatológicos ya descritos. También se observó que las concentraciones de nitrosaminas específicas del tabaco, como NNN(N-nitrosonornicotina), NNK(4-(metil-nitrosamino)-1-(3-piridil)1- butanona y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH), eran diferentes a sus especificaciones en la etiqueta de sus envases, en todos los antes mencionados hubo un mayor número de ellos con relación a la descripción del fabricante (2 y 3).

En cuanto a los aromas hubo mayor número de descripciones de sabor a menta, vainilla y canela. Sin embargo, en todos estos aditivos aromatizantes se produce una inducción de efecto citotóxico y varias respuestas proinflamatorias en el cuerpo humano, además de una disminución de la integridad de la barrera hematoalveolar, lo que potencia el efecto citotóxico de la nicotina. (8 y 4). La función principal de los aromas es minimizar la sensación del tabaco en las vías respiratorias superiores, suavizando el humo y facilitando la inhalación y absorción por el sistema respiratorio (2).

Los sabores cítricos y dulces son más dañinos para el cuerpo humano que los saborizantes de vainilla. Entre los compuestos químicos descritos como aromas, además de la vainilla, la canela y el mentol, se encuentran sustancias alergénicas como el aldehído cinámico, la cumarina, eleugenol, el linalol, el alcohol bencílico, el alcohol de anís e incluso la acetamida, un posible carcinógeno. Además de los aromas alimenticios industrializados como el diacetilo y el acetilpropionilo (2 y 8).

De esta forma, si por un lado se fabrican dispositivos con características que proporcionan una experiencia más placentera con los dispositivos electrónicos, por otro lado, sus efectos nocivos se potencian tanto con relación a la propia nicotina, que tiene un efecto más potenciado, como a la diversificación de la composición de sus e-líquidos.

Los e-líquidos y los aerosoles generados por los cigarillos electrónicos también contienen metales y metaloides. Entre los más comúnmente detectado se encuentran el níquel, el plomo, el cadmio y el cromo. aunque en concentraciones bajas. No obstante, estudios han revelado que los niveles de estos metales en la orina y el suero de quienes utilizan cigarrillos electrónicos son más elevados en comparación con los consumidores de cigarrillos tradicionales o puros. (8, 12, 6).

Además de los aspectos ya abordados, otro punto preocupante es el uso de nicotina como componente del e-líquido. Esta sustancia, ampliamente debatida en el contexto del tabaquismo, es conocida por ser el alcaloide más adictivo del tabaco y clasificada como cancerígena por la IARC. La nicotina representa una seria amenaza para la salud pública, siendo responsable de más de 8 millones de muertes anuales en todo el mundo, y continúa presente en los cigarrillos electrónicos, lo que agrava aún más el problema.

Se menciona que esta sustancia, al ser inhalada, modifica la hemodinámica provocando un aumento de la fuerza de cizallamiento sobre las células endoteliales arteriales, provocando un efecto específico sobre los factores trombo hemostáticos que resulta en trombosis arteriovenosa. Promueve también cambios en el sistema nervioso, ya que se une a los receptores nicotínicos de acetilcolina (nAChR) abriendo canales catiónicos, activando un transductor de señales de vida. Lleva al individuo a presentar cambios de conducta; En el sistema nervioso central (SC), provoca el efecto liberador de neurotransmisores como la dopamina, la noradrenalina, el GABA, el glutamato y las endorfinas. La dopamina, asociada a la sensación de placer y bienestar, se considera el principal motivo de recurrencia en la búsqueda de estos efectos (12, 7 y 4).

También existe una sustancia muy utilizada por los fabricantes de e-líquido que contienen tetrahidrocannabinol (THC): el espesante acetato de vitamina E, que cuando se calienta genera compuestos tóxicos, como el gas ceteno. El acetato de vitamina E mejora la calidad de apariencia de la sustancia final y proporciona un aroma y sabor agradables a quienes lo inhalan. Sin embargo, resulta en una lesión pulmonar debido a que los tejidos de este órgano no tienen la capacidad de absorberlo, provocando adherencia y acumulación de este.

Este tocoferol formado por la unión del THC con el acetato de vitamina E estimula la transición de las fosfatidilcolinas de la fase gel a la fase líquida.

También tiende a desestabilizar la tensión superficial pulmonar que se considera normal en la respiración normal. Entre los problemas causados por el uso de CE que contienen este espesante, podemos mencionar la neumonía linfoide, la neumonía eosinofílica aguda (NEA), la neumonía por hipersensibilidad, la hemorragia alveolar difusa, síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), enfermedad pulmonar intersticial asociada con bronquiolitis respiratoria (RB-ILD), neumonía fibrosa organizada aguda y neumonía granulomatosa. También existen otras lesiones asociadas, como la lesión pulmonar aguda (LAP), la proteinosis alveolar pulmonar (PAP) y la neumonía necrotizante (12, 6 y 8).

Los diferentes tipos de manifestaciones patológicas provocadas por el uso de CE probablemente estén vinculados al tiempo de exposición, dosis, intensidad, frecuencia, tipos de sustancias utilizadas en las composiciones y temperatura del agente inhalado. Los casos de NEA inducido por el tabaquismo se producen debido a una considerable incitación inflamatoria, con reclutamiento de macrófagos y neutrófilos en el tejido pulmonar. En consecuencia, se inicia la producción de citosinas pro inflamatorias, como las interleucinas (IL) 5 y 6, que provocarán un exudado con altas concentraciones de eosinófilos en el interior de los alvéolos pulmonares. La IL-5 es sintetizada principalmente por linfocitos y es un agente importante en el desarrollo y diferenciación de los eosinófilos. La IL-6 actúa como un factor importante en las reacciones inflamatorias, siendo uno de los reguladores de la inflamación aguda y promoviendo la atracción de los eosinófilos al sitio de la inflamación (12).

La neumonía por hipersensibilidad se clasifica en aguda, inflamatoria, crónica y fibrótica. Esta patología se desarrolla como resultado de una combinación de reacciones de hipersensibilidad de tipo II, reguladas por aglutinación de complejos inmunes, y reacciones de tipo IV interpuestas por células tardías, provocadas por células T que desarrollan sensibilidad como resultado de la interacción con un antígeno peculiar, en este caso se produce debido a la presencia de compuestos químicos (12).

Por tanto, los cambios fisiopatológicos en el sistema pulmonar provocados por el uso de cigarrillos electrónicos están asociados a la exposición prolongada a los aerosoles de estos productos (3). Dichos cambios van desde complicaciones respiratorias, como se mencionó anteriormente, como asma, enfermedades pulmonares crónicas y una mayor predisposición a la inflamación que puede afectar a otros sistemas, como el cardiovascular. Otro factor importante que hay que mencionar es que independientemente de si el cigarrillo electrónico contiene nicotina o no, las células afectadas por el vapor de este dispositivo electrónico eran más propensas a procesos como apoptosis, necrosis y muerte celular (2, 1 y 4).

Cabe señalar que el proceso de inhalación del dispositivo electrónico puede estar relacionado con su toxicidad, ya que el usuario, para mantener la densidad del aerosol, necesita aplicar una mayor presión mediante bocanadas más fuertes, lo que conduce al envío de dosis no uniformes. de compuestos químicos a los pulmones, así como un acceso más profundo a los tejidos pulmonares. Otro factor por considerar es el tamaño de las partículas presentes en el aerosol, cuyo tamaño varía desde nanopartículas hasta submicras. Este pequeño tamaño de partícula puede llegar a otros órganos como la médula ósea, el bazo, el corazón e incluso el sistema nervioso central (2 y 11).

Además de las enfermedades vinculadas al uso de cigarrillos electrónicos, destacan las lesiones pulmonares asociadas a la EVALI (lesión pulmonar relacionada con el uso de cigarrillos electrónicos o vapeo). Según un estudio sobre este tipo de daño pulmonar, se identificaron como principales responsables el THC (tetrahidrocannabinol) en el 82% de los casos analizados, la nicotina en el 14% y el acetato de vitamina E en un número significativo de muestras, siendo este último utilizado como agente espesante en los e-líquidos. Frente a estos hallazgos, tanto la comunidad científica como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han advertido sobre los riesgos del uso de estos dispositivos y han sugerido la necesidad de su regulación y control. (13 y 14).

5 CONCLUSIÓN

Existen numerosas investigaciones y estudios desarrollados sobre los cigarrillos electrónicos, los cuales revelan una carencia de legislación estandarizada respecto a sus componentes químicos. La ausencia de una regulación adecuada permite que los fabricantes empleen diversas combinaciones de compuestos químicos en los cigarrillos electrónicos. Esta variabilidad en la formulación da lugar a niveles distintos de toxicidad, lo que aumenta significativamente los peligros para la salud. La falta de estandarización en los ingredientes utilizados hace que los efectos sobre el organismo de los usuarios sean impredecibles y motivo de seria preocupación desde el punto de vista sanitario.

En términos generales, no se recomienda el uso de cigarrillos electrónicos como una alternativa segura en el tratamiento para dejar de fumar, ya que su eficacia en este contexto es limitada y, en muchos casos, puede derivar en una nueva dependencia o en problemas de salud adicionales. A nivel del sistema respiratorio, se han identificado efectos adversos significativos, entre ellos afecciones graves como la bronquiolitis, distintos tipos de neumonía y la enfermedad conocida como EVALI (lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o al vapeo). Estos problemas están directamente relacionados con la mezcla de componentes químicos presentes en los cigarrillos electrónicos, especialmente cuando estos se calientan, lo que aumenta significativamente su toxicidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha manifestado en diversas ocasiones su preocupación respecto a los efectos a largo plazo del uso de cigarrillos electrónicos, enfatizando la urgencia de establecer normativas más rigurosas que regulen tanto su comercialización como los componentes utilizados en su elaboración. Sin estas medidas, los daños potenciales seguirán afectando a millones de personas, especialmente a las poblaciones más jóvenes, quienes son los principales usuarios de estos dispositivos.

Terminamos diciendo, que los daños a la salud asociados al uso de cigarrillos electrónicos son reales y preocupantes. Es imperativo que se establezcan leyes que estandaricen la composición química de estos productos para reducir sus riesgos y permitir el desarrollo de investigaciones más exhaustivas y precisas sobre sus efectos en el organismo humano. Esto no solo contribuiría a una mejor comprensión de los peligros que representan, sino que también facilitaría la adopción de medidas preventivas que puedan proteger a la población.

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1Universidad de la Integración de las Américas, Ciudad Del Este
Paraguay andrezamedeiros607@gmail.com
ORCID ID: 0009-0009-0550-1799

2Universidad de la Integración de las Américas, Ciudad Del Este
Paraguay thuizaandradeadv@gmail.com
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3Universidad de la Integración de las Américas, Ciudad Del Este
Paraguay alinepedraca7@gmail.com
ORCID ID: 0000-0001-9146-3454

4Tecnitorres123@gmail.com
ORCID ID: 0009-0006-4596-1819

5maluolme31@gmail.com
ORCID ID: 0000-0003-4910-6562
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